Tiempo de cuaresma. Tiempo para reflexionar sobre los temas más trascendentes de nuestra vida. Para meditar acerca del sentido de nuestra existencia como personas y como miembros de una comunidad.
Quiero dedicar este espacio a una de las bienaventuranzas: “Bienaventurados los mansos porque heredarán la tierra.”
Hoy nos toca meditar sobre estos temas en medio de una terrible pandemia, que afecta al mundo entero, y en medio de una crisis prolongada que nos afecta a los venezolanos.
Humildemente le pedimos a Dios que nos auxilie en esta oscuridad para superar la pandemia y nuestra terrible tragedia.
No seas vencido por el mal, sino vence con el bien el mal. (Rom 12,21). En el evangelio la mansedumbre es algo específico de Jesús, una virtud que lo distingue. Es, por tanto, una característica que debe distinguir a los cristianos, a los discípulos de Jesucristo. La mansedumbre es una virtud humana, una virtud que se opone a las actitudes de violencia, dureza, agresividad.
Ya en el Antiguo Testamento, en el libro de los Números, Moisés es definido como un hombre manso, más que cualquier otro hombre sobre la tierra (Num 12,3).
Mateo, en el Nuevo Testamento, presenta a Jesús como el nuevo Moisés y nos presenta unas palabras suyas muy significativas: “Vengan a mí todos los que están cansados y agobiados y yo les daré descanso. Tomen sobre ustedes mi yugo y aprendan de mí que soy manso y humilde de corazón y encontrarán descanso para sus vidas.” (Mt 11, 28-29). Porque es manso se propone como el que puede dar apoyo, paz, descanso a los que están cansados y agobiados.
Dice el Señor: “Habéis oído que se dijo ‘amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo’. Pero yo les digo: amén a vuestros enemigos y oren por los que los persiguen.”
Jesús exige romper con el círculo infernal del odio y la violencia. El cristiano no debe responder a la violencia con violencia, al mal con mal, al odio con odio, sino que debe responder con el amor, la oración y la bendición.
Termino con una cita de Gandhi: “La no violencia no es una renuncia a toda lucha concreta contra la injusticia. Al contrario, la no violencia es una lucha más activa, más eficaz y más concreta que la represalia, cuyo único efecto es el aumento de la injusticia”.
Seguiremos conversando.