Antonio Urdaneta Aguirre: Promociones escolares de facto

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Para quienes hemos dedicado lo mejor de nuestras vidas al ejercicio docente, la magia de dotar de conocimientos a niños, adolescentes y jóvenes, la satisfacción de formar valores y recursos humanos para el país, es muy cuesta arriba hacer silencio, ante la crisis creciente en la que está sumida la educación venezolana. En ningún momento de nuestra historia republicana, el sistema educativo nacional había acumulado tantas insuficiencias y debilidades. Su infraestructura física y administrativa cada vez se acerca más al caos definitivo; y su calidad en acelerado descenso desde hace mucho tiempo, está a punto de llegar al piso.

En medio de ese panorama sombrío, aparece la pandemia china, la cual empeora la situación de manera preocupante. Las aulas han sido cerradas para evitar la propagación del virus y proteger la vida y la salud de maestros y alumnos. Por supuesto, una decisión acertada e inevitable. La medida se tomó con efecto a partir de marzo de 2020; justamente a mitad del año escolar. Este hecho obliga a suspender las clases presenciales; es decir, el contacto maestro-alumno desaparece de súbito. Indudablemente un drama de previsibles consecuencias: la posible pérdida del año lectivo o, lo que sería peor, la aprobación de facto y masiva de los alumnos.

El régimen dictatorial, por intermedio de su Ministro de Educación, ha puesto en marcha una arremetida propagandística. Según los contenidos e imágenes de ésta, cada casa se convertirá en una escuela. En esencia lo que se pretende sembrar en la mente de maestros, padres y alumnos, es que se dispone de recursos y medios tecnológicos eficientes para mantener la interacción maestro-alumno por la vía del Internet. A tanto llega la irresponsabilidad de la dictadura, que ya vaticinan un 90% de éxito del año escolar. Semejante mentira, bien manipulada además, se convertirá en una herida abierta, sin posibilidad de cicatrizar en corto tiempo, en todo el cuerpo de la nación. ¡Con la educación nadie puede jugar al azar!

En ningún caso dudo de la posibilidad que en el país funcionen idóneos servicios tecnológicos. Por supuesto que hay empresas que ofrecen esos recursos, pero sólo están al alcance de quienes poseen los medios económicos para adquirirlos. Cuentan esas empresas con la adecuada infraestructura, incluso, satelital. Esta fuente tecnológica está a mucha distancia de quienes habitan en un rancho. Éstos sólo cuentan con las señales del sector público, servicios que, como todos los demás, tienen una cobertura limitada, dadas sus constantes interrupciones. A toda esa debacle se agrega el hecho de que el satélite Simón Bolívar también decidió irse del país. Visto así el escenario educativo nacional, nada exagerado hay en la siguiente expresión: las promociones de facto que están en la agenda del régimen, constituyen un crimen de catastróficas consecuencias. ¡Los padres y representantes del alumnado, deberán emprender una contundente cruzada para evitar ese monstruoso crimen!

Educador – Escritor

urdaneta.antonio@gmail.com – @UrdanetaAguirre

 

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