Al culminar el Encuentro Mundial de la Organización Internacional del Trabajo (OIT, Ginebra, 9 de julio, 2020) el diagnóstico es claro para los trabajadores y trabajadoras, los empleadores y los gobiernos que deben seguir las recomendaciones de los expertos en el tratamiento de la realidad laboral.
Son tantas las nuevas perspectivas que en cada país deben crearse equipos de análisis de la situación de las grandes, medianas y pequeñas empresas, los trabajadores y trabajadoras ocupados en el sector formal de la economía, público y privado, el papel de las personas que laboran por cuenta propia, el número de cesantes y la protección del seguro de paro forzoso, el entrenamiento a los amparados por ese régimen para incorporarse a nuevas profesiones, la incorporación de los jóvenes al sector productivo, el sostenimiento de la seguridad social contributiva y los recursos destinados a los no contributivos, la garantía del pago de las jubilaciones y pensiones, en síntesis, elaborar un Plan de Acción para los próximos años, paralelo a la lucha de la humanidad para derrotar al virus infeccioso de la pandemia mundial.
Esta es una de las conclusiones de la Conferencia Mundial:
“El mundo del trabajo se ve profundamente afectado por la pandemia mundial del virus. Además de ser una amenaza para la salud pública, las perturbaciones a nivel económico y social ponen en peligro los medios de vida a largo plazo y el bienestar de millones de personas. La OIT y sus mandantes –gobiernos, trabajadores y empleadores– tendrán un papel decisivo en la lucha contra el brote, pues han de velar por la seguridad de las personas y la sostenibilidad de las empresas y los puestos de trabajo.”
Millones de trabajadores y trabajadoras han quedado sin empleo en todos los países. Las personas que reciben sus ingresos por cuenta propia, descienden a la pobreza. El capital se concentra en grandes corporaciones, utilizando tecnología moderna, sin generar nuevos empleos.
¿Cómo van a resolver los gobiernos esta situación? La Organización Internacional del Trabajo (OIT) da orientaciones generales, pero cada país va a tomar decisiones para impulsar la economía, crear empleos, garantizar el nivel de vida y bienestar a los ciudadanos.