La verdad es que a lo largo de estos veinte y pico de años de desgobierno chavo-madurista uno se ha acostumbrado a vivir con la mentira; que se ha instaurado como política de Estado, y, en ese sentido, a dudar de todo lo que sale de eso que se ha dado en llamar la sala situacional de Miraflores; como parte de una guerra mediática; de modo que uno ha creado como una especie de meta-oído, en el sentido de que le da una interpretación a cada cosa que escucha, proveniente de dicha sala; de acuerdo a las situaciones que se van viviendo en el momento.
Es así como nadie ha creído lo de la enfermedad de Diosdado Cabello, infectado, supuestamente, con el Covid-19, en un momento en que pareciera que ha caído en la desgracia. Por supuesto, esta pandemia le ha resultado como anillo al dedo al régimen; no sólo por el hecho de que por aquí tiene una razón para justificar su pase a un congelador alguno de los altos funcionarios, como ha ocurrido con Cabello; sino también para mantener a la sociedad controlada; como señalan los especialistas en el tema de la opinión pública, en un momento en que la precariedad de vida, que padece nuestra población, y en la que sólo un 1% está en condiciones de subsistir por más de un mes, así lo impone; una situación que de por sí incita a la movilización de la gente, para protestar por mejoras en la calidad de vida; pero, además, por el problema de la escasez de gasolina.
Incluso ya antes del reporte de su pase a retiro, Cabello había causado extrañeza, porque no había aparecido por su programa nocturno; uno de cuyos participantes más asiduos era el propio Nicolás Maduro, vía telefónica, y en el que hablaba de lo humano y de lo divino; no obstante, esto último era muy raro; diríase más bien de lo humano y de lo infernal; dado el carácter implacable, con el que sometía al escarnio público a los que consideraba sus enemigos políticos; caracterizándose por el hecho, de que no los llamaba por su nombre de pila, sino que a Juan Guaidó, por ejemplo, le tenía un apodo; lo mismo a María Corina Machado, y así sucesivamente; según el odio venenoso que sentía por cada uno de ellos.
Por supuesto, allí no dejaba de estar presente la cizaña; derivada de la posición que mantienen los distintos actores de la oposición, en lo que atañe a sus intereses políticos; sobre todo, la de los más radicales, cuyo día a día consiste en no darle tregua a Juan Guaidó y al G-4, en su conjunto, y para el caso mostraba una cartelera, donde había una colección de citas de cada uno de ellos, en el marco de las críticas que hacen éstos, con respecto a la estrategia política que siguen dichos actores; como parte de sus burlas; ya que siendo de carácter satírico el programa, tenía su parte de comicidad, y que era el lado más perverso de este personaje, y a quien, por lo demás, le ha venido saliendo una barbilla mefistofélica, mientras su fisonomía se vuelve cada vez más rolliza.
Así lo hemos visto en un video encamarado en una mata de aguacate; que ha echado a rodar por las redes sociales, se supone que en su casa de habitación, y que ha sido obra de él mismo, ya que se trata de un video muy familiar; porque allí debajo se oye la voz de su hija, que le imparte indicaciones, con respecto a la ubicación de las frutas; aunque hay aquél que se ha atrevido a decir, que es un video viejo; puesto que en el escenario aparece un poco más flaco; de modo que si lo ha hecho adrede, eso formaría parte de su cinismo.
No se presentó en los actos protocolares de este 5 de julio; aun cuando, a decir verdad, esta gente se ha venido cuidando mucho de no figurar en lugares públicos abiertos, a raíz del atentado contra Nicolás Maduro en la avenida Bolívar; mediante un dron, y del que salió ileso, porque la acción fue muy mal ejecutada, pero ya esa es otra historia; lo cierto es que se mantuvo al margen de la escena durante la celebración de tan importante efemérides patria; considerándose, por lo demás, el segundo hombre de a bordo del régimen, dada su investidura de presidente de la Asamblea Nacional Constituyente; cuando no, el verdadero mandamás detrás de Maduro; sin embargo, lo más grave de todo es que toda su estructura de poder militar quedó desmantelada, y es lo que han hecho ver los diversos analistas políticos; llamando la atención de la circunstancia de que toda su promoción fue pasada a retiro, y eso que estamos ante el más frío y calculador de los “muchachos” de Hugo Chávez, como él mismo llamaba, a quienes propiciaron con él la aventura del 4F; siendo considerado en su momento por aquellas infidencias de Mario Silva, que dio a conocer Ismael García, a propósito de unas grabaciones, que se filtraron del alto poder, como un hombre muy peligroso, y por el que tuvieron que violentar la Constitución, una vez muerto Chávez, para impedir que asumiera la presidencia de la República, como le correspondía con motivo de su condición de presidente de la Asamblea Nacional (AN), por temor a que se atornillara allí; contando con su influencia sobre el estamento militar, y no le diera paso a Maduro; de acuerdo a la jugada que se había preparado desde La Habana, antes de dicho fallecimiento.
No olvidemos que en vida de Chávez le arrancó de las manos esa presidencia de la AN; cuando se impuso, incluso, contra la voluntad de éste, y quien había manifestado que le gustaría que presidiera la misma aquel famoso Fernando Soto Rojas, que entonces ocupaba ese cargo desde que se había instalado la que había sido electa para el período 2010-2015, y donde se demostraba esa influencia que tenía sobre el estamento militar; con el que se había mantenido hasta el día de hoy; siendo desplazado, al parecer, por Vladimir Padrino López, cuyas declaraciones han mostrado quien es el segundo hombre de a bordo en este momento en Venezuela, no obstante la violación de la Constitución, que las mismas suponen.
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