Cuando las pinturas antiguas ayudan en la investigación de los alimentos

Compartir

 

Estamos familiarizados con muchas frutas en la pintura “Obststand” de Frans Snyder. Sin embargo, el melón con pulpa blanca desconcierta.

Las imágenes de comida no son un descubrimiento de las redes sociales. Un historiador de arte y un biólogo se han unido para investigar la evolución de los vegetales y frutas, analizando antiguas obras de arte.

Ya sea como una instantánea o como una puesta en escena precisa, Internet está llena de imágenes de comida. De manera que si las generaciones futuras quieren saber de qué nos hemos estado alimentando en el siglo XXI, las fuentes son abundantes: #foodporn.

Pero hace siglos, los artistas representaban alimentos en pinturas. Por ejemplo, el cuadro “Puesto de frutas” (imagen de portada) del pintor flamenco Frans Snyders (1579 – 1657) muestra una abundancia de frutos. En este se puede ver manzanas, uvas, melocotones, alcachofas, pero también una mitad de melón de aspecto inusual con interior blanco.

Cuando la historia se encuentra con la biología

La obra se encuentra en el mundialmente famoso Museo de Arte Hermitage en San Petersburgo, Rusia, donde atrajo la atención de dos investigadores académicos. “Así deben haber sido las sandías en aquel entonces”, especuló el historiador de arte David Vergauwen al mirar la pintura. Su colega Ive De Smet, profesor de biología molecular, reaccionó con escepticismo y replicó que tal vez Frans Snyders simplemente no era un pintor particularmente bueno. Pero, según Vergauwen, Snyders fue uno de los mejores artistas del siglo XVII.

Es así como despertó la curiosidad de ambos científicos: “Estuvimos de acuerdo en que ha habido docenas de variedades de frutas y verduras con interesantes historias de desarrollo que no conocemos en detalle”, explica Vergauwen. Decidieron combinar sus diferentes campos de investigación, biología e historia del arte, para rastrear la evolución de los vegetales, desde sus inicios hasta las variedades modernas.

Los investigadores David Vergauwen (der.) e Ive De Smet buscan frutas y verduras en el lienzo cuando visitan museos

¿Plátanos silvestres con semillas? No, gracias.

Pues muchos de los alimentos de origen vegetal que tenemos en nuestras cocinas solían tener un aspecto completamente diferente. Sus antepasados silvestres fueron domesticados, cultivados y adaptados a nuestro gusto. Se cultivaron variedades más grandes o plantas que dan más frutos.Pero también las características indeseables desaparecieron con el tiempo.El plátano silvestre con sus semillas del tamaño de una avellana, por ejemplo, ya no se puede encontrar en el supermercado.

El dúo de investigación espera que el enfoque interdisciplinario les dé una idea concreta de cómo habrían sido las variedades de frutas y verduras silvestres y cómo podrían haber evolucionado. Aunque los rastros de ADN pueden ser muy útiles en la investigación evolutiva, no muestran una imagen clara.

“Es posible que tengamos parte del código genético para ciertas plantas antiguas, pero a menudo no tenemos especies bien conservadas”, explica De Smet, que trabaja en el Instituto de Biotecnología en Gante, Bélgica.

En el “Jardín de las Delicias” de Hieronymus Bosch, las fresas son a veces tan grandes como las personas

Demasiado abstracto: “Jarra y frutero” de Picasso

Aquí es donde la historia del arte entra en juego, porque a lo largo de los siglos numerosos artistas han representado alimentos vegetales, a menudo con gran detalle. Con la ayuda de obras de arte, los científicos ya han podido conocer la domesticación y los colores de las zanahorias, la producción del trigo moderno, el cultivo de las fresas o el origen de la sandía, según la revista Trends in Plant Science.

Pero el método también tiene sus dificultades. Por supuesto, surge la pregunta de cuán fiables son las imágenes antiguas, dice Vergauwen. “Si, por ejemplo, investigáramos el fenotipo de las frutas a principios del siglo XX usando el “Jarra y Frutero” de Pablo Picasso (1931) como ejemplo, probablemente sacaríamos conclusiones erróneas”. Y hasta los viejos maestros del arte podrían generar confusión. Aunque la obra de Hieronymus Bosch “Garden of Earthly Delights” (1503-1515) representaba correctamente la fresa en su forma y color, el tamaño era claramente desproporcionado.

Vergauwen explica que es tarea de los historiadores de arte mostrar qué artistas son confiables y por qué: “Si un artista pintó un edificio que todavía está en pie, o un instrumento musical que todavía existe, es probable que haya hecho lo mismo con los alimentos perecederos”.

Con el fin de crear una extensa base de datos de obras de arte de frutas y verduras, Vergauwen y De Smet esperan ahora la ayuda de los museos y amantes de arte de todo el mundo. “Es fácil para nosotros ir a las colecciones europeas como el Louvre en París, pero hay museos en Asia o en América Central y del Sur que podrían enseñarnos mucho”, comentan.

Y así, los dos investigadores también aprovechan la dinámica de Internet.Con el hashtag#ArtGenetics, están llamando a la gente a marcar imágenes de obras de arte de todo el mundo que representan alimentos vegetales.

DW

 

Traducción »