Esa es la mejor caracterización de las superpotencias y lo asumen con estúpida arrogancia. Y me estoy refiriendo específicamente a USA y la UE, esas que aviesos e ingenuos identifican como el sumo democrático. Daré sólo dos ejemplos de cómo ven ellas a los demás países.
1º. La exsecretaria de Seguridad Interna de USA, Elaine Duke, acaba de revelar, al New York Times, que el energúmeno Trump preguntó en el 2017 si Puerto Rico podría venderse… No se le ocurrió que tal vez era más digno darles la independencia.
2º. El jefe de la diplomacia de la UE, ese infeliz español llamado Borrell, que se ha cansado de anunciar bloqueos contra Venezuela, acaba de declarar que las sanciones norteamericanas a Europa por permitir la construcción del gasoducto ruso es contraria a la ley internacional. Para él la ley internacional es un fuero del norte.
