“Proteccionismo es un nombre equivocado. La única gente protegida por derechos, cuotas y restricciones comerciales, son aquellos comprometidos en una actividad desperdiciadora y antieconómica. El libre comercio es la única filosofía compatible con la paz y prosperidad internacionales.” Walter Block
La causa es el chavismo
El fondo del problema creado por Chávez y el chavismo, fue y ha sido la ausencia de Sentido de Estado en la relaciones económicas internacionales y la carencia de prioridades acentuadas en el post chavismo, agregue la falta de madurez política y la visión de túnel que anima a los hacedores de política y su entorno, un jiraferero más pendiente de su figuración que de su obligación de decir y asumir verdades amargas a cualquier precio. Ahí está la colección de errores cometidos como demostración de la certeza de la premisa. Los asesores siguen anclados con sus padrinos, y lo que es peor sucede a los dos lados de la controversia y de la crisis.
El Art. 153 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela establece que: “La República promoverá y favorecerá la integración latinoamericana y caribeña, en aras de avanzar hacia la creación de una comunidad de naciones, defendiendo los intereses económicos, sociales, culturales, políticos y ambientales de la región. La República podrá suscribir tratados internacionales que conjuguen y coordinen esfuerzos para promover el desarrollo conjunto de nuestras naciones, y que garanticen el bienestar de los pueblos y la seguridad colectiva de sus habitantes. Para estos fines, la República podrá atribuir a organizaciones supranacionales, mediante tratados, el ejercicio de las competencias necesarias para llevar a cabo estos procesos de integración. Dentro de las políticas de integración y unión con Latinoamérica y El Caribe, la República privilegiará relaciones con Iberoamérica, procurando sea una política común de toda nuestra América Latina. Las normas que se adopten en el marco de los acuerdos de integración serán consideradas parte integrante del ordenamiento legal vigente y de aplicación directa y preferente a la legislación interna”.
Una mirada al panorama existente demuestra ab initio que la CRBV era solo un librito azul para destruir al país y sus instituciones, cargada de subliminales complejos chauvinistas, alejadas por completo de todo compromiso que no fuese político e inundados de complejos voluntaristas contra la mundialización. Han sido 22 años perdidos e irrecuperables, donde se desmanteló la institución e institucionalidad aduanera.
La Globalización como problema.
Si bien es indubitable que la Globalización necesariamente tendrá que cambiar como consecuencia de la pandemia, no es menos cierto que los Estados Nacionales, el Capitalismo, las Organizaciones Intergubernamentales y la Relaciones Internacionales deberán hacerlo también y a ritmo de urgencia humanística. Está en juego el destino del mundo.
Bien vale recordar que recién la Comisión de Inteligencia de la Cámara de los Lores publicó el Informe que demostró que las manos de Putin estuvieron metidas en las elecciones del Reino Unido que causaron el Brexit, y como se afirma en USA posiblemente en la elección de Trump. El mundo se encuentra sorprendido de la Guerra Irrestricta de Xi Jinping y de los alcances del sistema de control virtual que tiene repercusiones por su agresiva política comercial y las relaciones internacionales. Por el otro lado Trump solo tiene tres objetivos, la guerra comercial con Xi, mantener sus oscuras relaciones con Putin y ganar las elecciones.
También es necesario puntualizar una vez más que si la dictadura militar tuviese un cognomento ideológico, sería facho-stalinismo bananero, y por su desempeño no puede existir duda que es una kakistocracia, con claras características de Crimen Organizado Transnacional imbricado abiertamente en la Corrupción, el Narcotráfico y toda suerte de Tráficos Ilícitos. Como se puede aseverar y concluir, y que se ha expandido gracias a las ventajas de la mundialización. En materia internacional Venezuela se ha convertido en el paraíso de los Tráficos Ilícitos.
La Integración latinoamericana.
LATAM ha producido la mayor cantidad de trabajos académicos sobre la Integración que se conocen, pero mientras la EU es la tercera economía del mundo, continuamos anclados a la oratoria y declaraciones ampulosas que no logran el objetivo y llevan a los venezolanos por lo menos en veloz carrera al IV Mundo. Véanse los resultados del NAFTA, MCCA, Caricom, Pacto Andino, Mercosur y los restos de un ALADI que se resiste a morir y ojalá no fallezca porque allí reposa el arsenal técnico-Jurídico de nuestros fallidos intentos de desarrollo.
El fracaso país que tanto daño ha hecho y sus dimensiones deben atribuirse en general. a la falta de voluntad política, la dependencia tecnológica, a la vocación autárquica, falta de planificación regional, incomprensión de la multidisciplinaridad y sobre valoración de capacidad económica. La excepción es la Alianza Pacífico y es necesario resaltarlo.
La falencia más importante es que no hemos sido capaces de formular con claridad unas Política Comercial, Aduanera y Arancelaria Común que fije un norte y tabla raza a las negociaciones regionales y subregionales partiendo de nuestras diferencias, Ella per se es una prioridad estratégica que debería conducir al aumento del comercio y el desarrollo sustentable y sostenible. Hoy seguimos siendo básicamente países proveedores de materias primas.
Sirva lo anterior para recordar que en su planificación para el 2010 ALADI concibio que se “adoptarían las disposiciones del Marco Normativo y adherirían al CKR (Convenio de Kyoto Modificado) de esta organización (OMA); y de la consolidación, en la región, de un cuadro de regionalismo plural, consecuencia del éxito de las distintas iniciativas en curso, en especial del Convenio Multilateral para la Cooperación y Facilitación Aduanera de los países de América Latina, España y Portugal (COMALEP), de una actividad consolidada y permanente del Consejo de Asuntos Aduaneros y de la profundización de los acuerdos entre los países miembros de la ALADI, constituyéndose un Acuerdo de Alcance Regional (AAR) para la Facilitación Aduanera protocolizado al amparo del Tratado de Montevideo 1980 (TM80) de la ALADI.” Desde 1999 reposa engavetado en el SENIAT y el despacho del Presidente de la Republica el respectivo proyecto.
A tiempo llegó el Acuerdo de Bali sobre Facilitación Aduanera de la OMC, único éxito de La Ronda de Doha y de obligatoría internalization para Venezuela y nada ha logrado, como tampoco a nivel regional y subregional. Seguimos actuando como compartimentos estancos, sin llegar a una Internalización normativa. Clara, ágil y estandarizada de los Acuerdos y Tratados negociados, nuestra integración tiene tres características básicas, no cumple plazos, se viola con irresponsabilidad y no se perfecciona modernizándose.
A manera ilustrativa recordemos que la Aduana es un servicio público que tiene por competencia reglada y excluyente del resto de la administración pública la Intervención, vigilancia y control de la entrada, transito (nacional e internacional) y salida de personas, mercancías y medios de transporte por las fronteras, y zonas con aduaneras de la República; La determinación, y la recaudación de los Derechos de Aduanas y demás obligaciones tributarias causadas por tales hechos; la que resolución de los reclamos, recursos, peticiones y consultas de los interesados; y, la prevención, persecución y sanción de las infracciones aduaneras. Los servicios aduaneros comprenden la recepción, el almacenamiento, verificación, valoración, aforo, liquidación, recaudación tributaria y el control y vigilancia de las mercaderías ingresadas al amparo de los regímenes aduaneros especiales. Es decir que tiene erga ommes competencia sobre la aplicación de los Tratados y Acuerdos y correspectivamente en las Políticas Comercial, Aduanera y Arancelaria
Vale resaltar que el país por el proceso programado de destrucción económico-Institucional carece de política comercial, aduanera y arancelaria, añadiendo a lo precedente el incumplimiento de los compromisos comerciales internacionales suscritos por el país, con un régimen caracterítizado por PA proliferación de restricciones y barreras discrecionales a la importación, que pervivio con un sistema heterodoxo de control de cambios y precios, destruyó el agro e industria nacional, y hoy es incapaz de garantizar el abastecimiento interno y menos aún exportar excedentes.
La política de integración es una necesidad para los países emergentes, si quieren ingresar eficientemente en el mercado internacional. Empero sin políticas de exportación serias e incentivos legítimos, es imposible ingresar a otros mercados. El ejemplo Chino es una pauta importante a transitar, partiendo de la base que a los viejos paradigmas, como la planificación central, el intervencionismo económico, la lucha de clases, el colectivismo, el comunalismo, el estatismo quedaron atrás, en el basurero del fracaso histórico, no tiene dolientes, solo quedan las excepciones que confirman la regla de los viejos dogmas autoritarios ancestrales.
Vale la pena reiterar una vez más que la mejor política económica es la seguridad jurídica, que busca y garantiza la inversión extranjera e incentiva la empresa privada, la producción exitosa es la única manera de acabar con la pobreza. Como escribió Argelia Ríos tiempo atrás y mantiene vigencia, solo existe la presencia de”… Gobiernito cursi, con ínfulas de grandeza”, y agrego yo, en cuestiones de integración, solo expresa “relinchos de caballo capón”. Como dice Carlos Fuentes, con resultados desafortunados, “seguimos siendo el territorio de la utopía”, y por nuestros errores, el pasado siempre nos pasara factura. Hoy quienes lo desconocen quieren proyecto al futuro en la AN.
La política arancelaria se puede definir como el instrumento de política económica mediante el cual un Estado define la estructura tarifaria que regirá el comercio exterior de mercancías e implementará las medidas no arancelarias permitidas por la OMC para acceder a las ventajas de la globalización salvaguardando los intereses nacionales.
La Política Aduanera se concibe como el conjunto de estrategias de negociación y aplicación que los Gobiernos adoptan para salvaguardar los intereses, propósitos y objetivo de sus Políticas Comercial y Arancelaria, mediante el uso de los instrumentos internacionales para facilitar la aplicación de la política económica en el intercambio de bienes y servicios para influir en el flujo de importaciones, exportaciones y capitales.
Como hemos sostenido con anterioridad la transición requiere contar con una clara Política Comercial, entendida como la instrumentación legal que permite al Estado, intervenir, participar, regular. y negociar las relaciones comerciales del país en la globalización, con estricto apego a la legislación nacional y a los Acuerdos, Convenios y Tratados suscritos y ratificados por el país, de acuerdo a su estrategia de desarrollo.
Es necesario convencer al mundo de que no habrá retroceso al pasado, que el futuro lleva como marca registrada la igualdad de oportunidades, en la sociedad del bienestar, en el capitalismo con rostro humano y la garantía creíble a las generaciones por venir, de un futuro donde tendrán educación de primera, sanidad pública y seguridad ciudadana de calidad. La garantía que este será un país moderno, culto y justo donde el futuro se viva con dignidad. Para ello es necesario descartar definitivamente a todos aquellos que tienen el horizonte en la punta de la nariz, porque estorban.
No podemos tener miedo a las importaciones, pero poniendo el objetivo en las exportaciones. Keynes y Piketty andan en la misma onda, la CEPAL, el BID y el BM han tenido que revisar su vademecum. La Escuela de Chicago está convaleciente y los economistas austríacos están démodé. Es fundamental abrir el mercado. La política comercial, aduanera y arancelaria debe asumir en las primeras de cambio una gran autonomía y diversidad más allá de las FTZ y Acuerdos bilaterales y plurilaterales de asociación o membresía, lo primero de hacer sin existir un orden de prioridades sería el Arco Pacífico, por las dimensiones e importancia del mercado, hecho que resalta la activa participación China en ASEAN.
Todo lo anterior encierra para la Presidencia de la Asamblea Nacional y su Presidente una respetuosa recomendación, la más exitosa política macroeconómica requiere para su ejecución de una clara Política Comercial, Aduanera y Arancelaria. Debemos explorar una Política Autónoma. Asociaciones con todos los esquemas de Integración que lo permitan, latinoamericanos, caribeños, asiáticos, europeos, africanos y norteamericanos. Acompañado de un bilateralismo agresivo con los países que sean de nuestra conveniencia. El Paraguas de ALADI nos ofrece el marco jurídico amplio y seguro, bien lejos del proteccionismo. La integración es un negocio donde nada debe ser gratuito. Mucho cuidado con la piratería y con los expertos de maletín. Hay que buscar persona parecidas a Jean Monnet que no querían nada para él; esta frase cambiando lo que haya que cambiar es todo un programa: “Es imposible resolver los problemas europeos entre Estados que conserven su plena soberanía.”
@doserre