Durante una audiencia ante el Senado, el enviado especial de EEUU para Venezuela aclaró que el gobierno de Trump sólo está dispuesto a dialogar con el régimen sobre la salida del dictador, y pidió a la comunidad internacional más presión y sanciones contra el chavismo.
Elliott Abrams aseguró que la administración de Donald Trump está trabajando “duro” para que el dictador venezolano, Nicolás Maduro, no siga en el poder a fin de año y urgió a la Unión Europea (UE) y a países latinoamericanos a imponer más sanciones contra el régimen chavista para lograr ese objetivo.
“Esperamos que no siga en el poder para final de año y estamos trabajando duro para que eso suceda”, afirmó el enviado especial de EEUU para Venezuela este martes durante una audiencia en el comité de Exteriores del Senado.
En las últimas semanas trascendió la posibilidad de un eventual diálogo entre el gobierno norteamericano y el régimen chavista; Incluso una delegación de Noruega viajó a Caracas para analizar la situación del país caribeño. En línea con lo expresado al respecto por altos funcionarios de la administración Trump, Abrams fue tajante: “Con Maduro estamos dispuestos a hablar de su salida. Si quiere quedarse en Venezuela o irse, pero de ninguna manera hablaremos con él sobre quedarse en el poder”.
Además, urgió a Canadá, la Unión Europea y los países signatarios del Tratado de Río a imponer más sanciones contra Maduro: “Necesitamos más sanciones, sanciones personales, de las del tipo que Canadá, la UE y los países del Tratado de Río han hecho. Necesitamos restricciones de viaje. En este caso, cuantas más sanciones mejor porque ponen más presión sobre el régimen”.
Para evitar que Maduro continúe en el poder, Abrams dijo que “el pueblo venezolano debe reaccionar” contra las elecciones legislativas en Venezuela del 6 de diciembre y consideró que la comunidad internacional, incluidos los 59 países que reconocen como presidente interino al líder opositor Juan Guaidó, también deben “rechazar esos comicios como un completo fraude”.
El 6 de diciembre, Venezuela celebrará elecciones para renovar la Asamblea Nacional (AN) y a las que el grueso de la oposición venezolana no se presentará por considerarlas un fraude, lo que deja vía libre para que el chavismo retome el control de este órgano, que desde 2015 está en manos de los opositores.
Al respecto, Abrams adelantó que Washington no reconocerá la legitimidad de esos comicios y continuará reconociendo a Guaidó como presidente de la AN y jefe de Estado interino, independientemente de cualquier resultado.
“Unas elecciones corruptas no cambiarán el estatus de Guaidó (…) Nuestra política es que reconocemos a Guaidó como presidente, seguiremos haciéndolo después de estas elecciones parlamentarias corruptas”, sostuvo.
Por su parte, recordó el alzamiento militar del 30 de abril de 2019, cuando un gran número de uniformados se rebeló al dictador. Sobre las diferentes versiones que surgieron ese día, Abrams indicó: “No tengo la información de inteligencia precisa pero una versión dice que Cilia Flores se fue y otra, que el embajador de Rusia se encontró con Maduro y lo convenció de no irse”.
En la audiencia, Abrams recibió preguntas muy duras de senadores demócratas y republicanos como Mitt Romney, que cuestionaron la política hacia Venezuela de Estados Unidos, que fue el primer país en enero de 2019 en reconocer a Guaidó como jefe de Estado interino.
Desde entonces, Washington ha liderado una campaña internacional para aislar a Maduro mediante la imposición de sanciones.
“Hay que dejar claro que nuestra política hacia Venezuela en el último año y medio ha sido un desastre absoluto y si no somos honestos sobre eso no podemos corregir nada”, apuntó el senador demócrata Chris Murphy.
“Nuestra gran jugada -agregó- de reconocer a Guaidó desde el principio y de movernos rápidamente a la imposición de sanciones no ha funcionado. Lo único que ha hecho es fortalecer la jugada de Cuba y Rusia en Venezuela y ha permitido a Maduro pintar a Guaidó como un chivo expiatorio de Estados Unidos”
Con información de EFE
Interpelación de Abrams devela diferencia de estrategias bipartidistas sobre Venezuela
Parlamentarios estadounidenses de ambos partidos apoyan en líneas generales la oposición al Gobierno de Nicolás Maduro, de Washington. No obstante, en la interpelación de este martes 4 de agosto en el comité de Relaciones Exteriores del Senado de Estados Unidos, a Elliott Abrams, delegado de la Casa Blanca para Venezuela, sacó a relucir las diferencias de enfoque sobre el tema entre demócratas y republicanos.
Abrams fue cuestionado duramente por el senador demócrata Chris Murphy, quien lo interrogó por la posición escéptica que Estados Unidos adoptó frente a los intentos de mediación de Noruega.
“Debemos ser claros en que nuestra política hacia Venezuela durante el último año y medio ha sido un implacable desastre, y si no somos honestos sobre eso, entonces no podemos autocorregirnos”, dijo Murphy al diplomático.
En la audiencia, Abrams recibió preguntas muy duras también del republicano Mitt Romney, quien cuestionó la política hacia Venezuela de EE UU, que fue el primer país en enero de 2019 en reconocer a Juan Guaidó, presidente del Parlamento, como jefe de Estado interino.
Desde entonces, Washington ha liderado una campaña internacional para aislar a Maduro mediante la imposición de sanciones.
Abrams, en respuesta a otra pregunta del republicano Ted Cruz, insistió en la esperanza del gobierno de una pronta caída de Maduro.
“Obviamente tenemos la esperanza de que no sobreviva este año y estamos trabajando duro para que eso ocurra”, dijo Abrams.
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