Me incorporé a la revolución en aquella “toma de Caracas” del año 1963. Son recuerdos velados por lo furtivo. Así tenía que ser, por aquellos años, el trabajo en la célula comunista del liceo Luis Razetti. Hasta que, allá en 1971, La Causa R, nacida del deslinde del PCV, luchó por romper con lo subterráneo, donde el resto de la izquierda, con su silencio, pretendió mantenernos. Imagino que, tal vez, de ese pasado y siempre tapado, trajinar, brotó mi perplejidad de hoy por la reunión política que la dirección del partido de gobierno, dirigida por el propio presidente de todos los venezolanos, acaba de hacer nada menos que en cadena de radio y televisión. El hecho me produjo un pálpito disonante que me hizo recordar a Cabrujas cuando se refirió a nuestra precariedad institucional. En todo caso, decidí hacer eso que decía Groucho Marx: Encuentro a la televisión muy educativa. Cada vez que alguien la enciende, me voy a otra habitación a leer un libro…