El constituyente Néstor Francia escribió un artículo en aporrea.org que tituló “El fiasco constituyente”, el cual comienza recordando cómo fue convocada la Asamblea Constituyente en el año 1999, pero no hace ni un comentario sobre el procedimiento utilizado para convocar la Constituyente de la cual él forma parte.
Ese pequeño «lapsus, olvido» es fácilmente explicable. Francia tiene un cargo de conciencia. Sabe que la convocatoria no se hizo respetando la Constitución. Fue copartícipe de su violación. Se prestó para ella, por eso se hace el musiú. Aceptó formar parte de un ente que tenía como objetivo fundamental desconocer la Asamblea Nacional (AN) elegida en 2015.
Esta constituyente no ha discutido públicamente y, al parecer, tampoco en privado según palabras del propio Francia ni un solo artículo de la nueva constitución, que es a lo único que se debería dedicar una constituyente. Pero no descarta que se aparezcan «con un proyecto constitucional aprobado en el cenáculo o llevado a la carrera a una plenaria obsecuente que dará el sí probablemente entre vítores».
A Francia, de repente, le molesta que sus colegas constituyentes no debatan, no discutan, no propongan, simplemente acaten lo que Nicolás pida. Cree que por lo menos debieron debatir si la ANC terminaba su actuación en diciembre, aunque sea para guardar las formas.
El que aprueben todo lo que Picolas pida es, simplemente, una costumbre. Lo mismo hacían con todo lo que pedía el difunto «eterno». Por otro lado, parece ser el único interesado en guardar las formas, algo tarde, pues se pasó tres años sin importarle que no se guardaran.
Terminando su artículo dice lo siguiente: «La frase ‘lo que diga Nicolás’ revela una grave estulticia en el conglomerado peseuvista. No solo es pusilánime y pueril, tampoco habla bien de quien recibe sin chistar ese dudoso beneficio».
Es un buen retrato de la abrumadora mayoría, casi todos, los dirigentes y militantes chavistas. Antes ciegos obedientes a Chávez, hoy igual con Nicolás. Esa ceguera permitió desguañangar al país, y usted Francia fue uno de los desguañangadores.