Expertos y dirigentes gremiales sostienen que si Maduro mantiene paralizado el país hasta que todos los venezolanos sean vacunados terminaría de acabar con lo poco que ha quedado de economía tras siete años en una profunda recesión y casi tres años en hiperinflación.
Cinco días después de que el sector productivo pidiera al gobierno flexibilizar de manera continua y controlada todas las actividades económicas del país, en un momento en el que la mitad de las empresas corre el riesgo de cerrar sus puertas por la crisis económica y la pandemia, Nicolás Maduro anunció que planea extender la cuarentena hasta que todo el país sea vacunado, lo que paralizaría la economía al menos hasta 2021.
«Mientras no tengamos la vacuna y estemos vacunando a la población, tenemos que mantener el 7+7», dijo el gobernante el domingo 16 de agosto, cuando cerraba una semana de flexibilización parcial de la cuarentena y anunciaba el inicio de siete días de confinamiento «radical». «Y el primero que se va a vacunar soy yo».
Los expertos creen que, en el mejor de los casos, el mundo podrá contar con una vacuna a mediados de 2021. Hasta entonces Maduro evalúa mantener el país paralizado, lo que, según economistas y dirigentes gremiales, terminaría de acabar con lo poco que queda de economía tras siete años de una profunda contracción de 70% del Producto Interno Bruto (PIB), además de casi tres años en hiperinflación. Y contra una economía completamente destruida no hay vacuna que valga.
El economista Asdrúbal Oliveros, director de la consultora Ecoanalítica, asevera que si el gobierno extiende la cuarentena hasta que llegue una vacuna y en paralelo continúa la escasez de combustible, el colapso de los servicios públicos, la disminución del crédito y la contracción del tamaño del mercado, habrá más cierre de empresas, más informalidad, más desempleo, más subempleo y más economía negra. «Veríamos unos niveles de mayor precariedad del tejido económico».
«Una situación de cuarentena extendida, donde además el sector privado enfrenta otras serias limitaciones para operar, impacta negativamente su capacidad de crecer, de generar ventas y de mantener flujo de caja a positivo. Eso por supuesto se profundiza en un contexto donde el Estado venezolano no tiene ningún tipo de plan de estímulo o de ayuda hacia el sector privado ni a la familia«, asegura el experto.
En los primeros cinco meses de cuarentena se ha incrementado el riesgo de que entre 40 y 50 por ciento de las empresas tengan que cerrar sus puertas como consecuencia de la paralización de sus actividades y la ausencia de ayudas para sobrevivir a los efectos del estricto confinamiento.
En otros países del mundo, los gobiernos han cambiado las cuarentenas por la aplicación de estrictos protocolos de bioseguridad en las empresas. Adán Celis Michelena, presidente de la Confederación Venezolana de Industriales (Conindustria), señala que esto es lo que necesita la economía venezolana.
«No se puede tener un país sujeto a una cuarentena porque vas a terminar con una economía completamente destruida. Esas declaraciones de Maduro son muy lamentables. Esperamos que eso se repiense, porque lo que está en juego son las empresas, los puestos de trabajo y los productos que se necesitan en el país».
La mayoría de las empresas no han podido operar durante la cuarentena o han operado de manera intermitente por el esquema de flexibilización, que primero fue de 5×10 y luego, tras una semana de aplicación, fue modificada a 7×7 el 5 de junio.
Apenas 20% de las cerca de 2.145 industrias que quedan en el país se encuentran operativas, debido a que están dentro de los denominados sectores priorizados (alimentos, salud y servicios).
«Veo un futuro negro si Maduro no permite que abran las empresas», afirma el ingeniero Ezio Angelini, presidente de la Cámara de Comercio de Maracaibo. En ese panorama desalentador, el dirigente gremial vislumbra cierre de más empresas, aumento del desempleo y una mayor caída del consumo. «Eso de aguantar a que llegue la vacuna es una locura. No es nada viable. Yo soy de los que dice que la covid-19 llegó para quedarse, y tenemos que aprender a trabajar con ello».
Señala que en todos los países donde llegó la covid-19, las empresas han sido ayudadas por el Estado. «Han recibido una cantidad de beneficios, como reducción de impuestos y pago de nóminas. Aquí no pasa nada de eso. Hemos tenido que sobrevivir completamente solos. Hay que flexibilizar de manera continua porque si no habrá más despidos. Debemos entender que venimos de seis años de una economía destruida, y que la covid-19 puso esto peor de lo que estábamos. No estoy descubriendo el agua tibia, lo dicen gremialistas y economistas: si no nos mata la covid-19, nos mata la crisis económica«.
De acuerdo con el gobernador del estado Zulia, Omar Prieto, la entidad tenía hasta el lunes 10 de agosto 21 semanas sin ninguna flexibilización. Hasta el 16 de agosto el gobierno había reportado 4.605 casos de coronavirus en este estado.
El impacto económico que ha tenido el coronavirus y la cuarentena impuesta por el gobierno para tratar de frenar su expansión, ocasionó que los comercios de la ciudad de Maracaibo, estado Zulia, registraran una caída en sus ventas de 80% durante el segundo trimestre de 2020, de acuerdo con la Encuesta de Coyuntura Económica realizada por la Cámara de Comercio de Maracaibo. Esta situación hizo que 61% de las empresas marabinas se vieran obligadas a reducir su personal.
«Ya hay empresas que están cerradas. Vemos un futuro muy negro si seguimos en esta política. Se prevé que más de 50% de las empresas no podrán abrir y que se perderán tres millones de empleos. No podemos seguir trabajando una semana sí y una semana no, y si no se cambian las políticas económicas del Estado un 180 grados, esto tampoco seguirá para adelante, porque mañana salimos de la covid-19 pero seguimos con la hiperinflación y el desastre económico», refiere Angelini.
Para Felipe Capozzolo, presidente del Consejo Nacional del Comercio y los Servicios (Consecomercio), en este momento hace falta un diálogo entre el gobierno y el sector privado para acordar los planes que beneficiarán a la población. «Tenemos que entrar en una etapa de diálogo, porque si la pandemia se extiende hasta el año que viene, y por supuesto tener a toda la población vacunada puede tardarse más, estarían en peligro los comercios, las industrias y la actividad agropecuaria».
«No hay medida paralela a la cuarentena. Nos han pedido que nos quedemos en casa pero no se ha dado un estímulo, no se le ha dado facilidad financiera o fiscales para esta situación».
Ante esta situación que atraviesa el sector productivo, los gremios Conindustria y Consecomercio proponen al país un plan de desescalada controlada que permita una reactivación verdadera de las fuerzas productivas de la nación, siguiendo los más estrictos controles de bioseguridad.