El desastre de La Armada Invencible, en las costas británicas, dio inicio a un nuevo orden mundial.
Los resultados de las dos guerras mundiales, que a lo mejor fue la misma guerra en realidad con una corta pausa de 19 años, dio inicio a un nuevo orden mundial.
La caída del comunismo soviético, abrió las puertas a un nuevo orden mundial signado por el globalismo.
La estrategia del Partido Comunista Chino de prestarle dinero a naciones subdesarrolladas para luego torcerles el pescuezo y obligarlos a cuadrarse con ellos, obedeció a su visión estratégica de hacer de China la potencia dominante en el mundo post EE.UU.
La crisis global por la peste china, haya sido o no una crisis inducida, sirvió a los propósitos de las élites occidentales de las finanzas y la cultura, a fin de imponer un nuevo orden mundial ateo, anti familia, anti vida, anticristiano, transhumanista.
El año 2020 se inició con las noticias de la peste que nos asola y de la inminente crisis económica global que arrasaría con el bienestar de occidente.
Ante ese escenario hay dos tipos de personas y de naciones: las que se encerraron y pusieron la máscara sin chistar y se tragaron completo el cuento chino y además siguen a pie juntillas todas sus coartadas, y aquellas naciones y personas que creemos que hay que luchar por la vida, la democracia, los valores judeo cristianos de occidente, la libre empresa y por la integridad e intereses de nuestros países.
Eso es lo que realmente está en juego en estos momentos y está claro que la visión que defiende Donald Trump, los logros de sus primeros 4 años al frente de la Presidencia de los EE.UU., son diametralmente opuestos a la estrategia opresora del PC Chino y la banda criminal pedófila que en occidente le hace el coro, inyectadora en mano y todo.
Por eso, la propuesta de Joe Biden, del Partido Demócrata, la única originalidad que proponen, cual es hacer obligatorio el uso de las mascarillas, revela su verdadero y único plan: ejecutar el cuento chino de destrucción de la cultura occidental. Y es que todo lo demás que Joe Biden dijo en su soporífera aceptación de su ya derrotada candidatura presidencial, es una mala copia de la agenda de Donald Trump, en ejecución y en desarrollo.
El capitalismo y la democracia tienen que ser refundados, pero con más capitalismo y más democracia, con la familia heterosexual (es una redundancia) con su rol recuperado de centro de gravedad de la sociedad y con los postulados éticos revelados en Los 10 Mandamientos y El Sermón del Monte, como guía de conducción de la vida. Esto es lo que defiende Donald Trump, por lo que lucha y lo que está en juego el 3 de noviembre.
Por eso el contraste entre la mascarilla de Biden, los Demócratas y el PC Chino por un lado y la Agenda que Donald Trump ha presentado, es completamente antagónica. Y son los intereses de la Gente Común y Corriente los que hoy tenemos que defender y que están bajo ataque. Hoy se nos metieron en nuestras casas con unas mascarillas. Mañana podría ser con unos grilletes si no nos ponemos del lado correcto de la disputa más intensa en occidente, tal vez desde la caída del Imperio Romano.