Argentina se está enfrentando a un éxodo de multinacionales, que están concluyendo sus negocios en ese país porque es muy complicado y poco rentable, independientemente de la situación de la pandemia.
Poderosos sindicatos, políticas volátiles, controles de precio y de divisas, y otras formas de intervencionismo y socialismo, han hecho que sea una pesadilla hacer negocios y crear empleos en Argentina. Ahora, luego de varios años de recesión y de una complicada crisis de deuda soberana, muchas empresas extranjeras están empacando su maleta y despidiéndose de Argentina, llevándose sus negocios y empleos con ellos para otro lado.
Desde que Alberto Fernández asumió la presidencia el ambiente para hacer negocios se ha complicado aún más. Su administración ha hecho más complejo acceder a dólares, ha incrementado los impuestos y a sancionado los despidos. Su decisión de entrar en default también ha empeorado las cosas.
Los expertos dicen que esto iba a suceder, aún si la pandemia no hubiera ocurrido. El gobierno sencillamente mató a la economía e hizo imposible hacer negocios en ese país.
Esto es lo que ocurre cuando mezclas socialismo en la economía.
Los impuestos a las empresas, las regulaciones a las empresas, los fuertes sindicatos de trabajadores, el salario mínimo y las demás formas de intervencionismo del gobierno que supuestamente fueron implementadas para proteger a los empleados y conservar puestos de trabajo, terminan costando el empleo a millones de personas en Argentina.
Esto es lo que pasa cuando no cuidas a los empresarios e inversores y no los reconoces cómo las personas más importantes que existen en la economía.
Esto es lo que pasa cuando ignoras toda lógica y sentido común y decides creerle a un político que promete darte “algo gratis”.
El gobierno es bueno únicamente haciendo una cosa: sabe cómo romperte las piernas, darte muletas y decir, “lo ves, si no fuera por mí no podrías caminar”.
Fundador de Grizzly Traders