Un mototaxista lleva a un usuario por la calle Petión de Tucupita. Imagen ilustrativa.
La coyuntura generalizada por la que atraviesa Venezuela obliga a los deltanos a realizar trabajos que no hacían antes para generar un ingreso monetario extra.
Justo Martínez es uno de los deltanos que, a pesar de percibir un salario por el Ministerio de Educación, decidió trabajar como mototaxista en la localidad para sobrevivir a la crisis de Venezuela.
Martínez se desempeña como docente de educación física y entrenador deportivo, específicamente en la disciplina del voleibol. A medida que avanzaba la crisis en el país, decidió subirse su motocicleta y prestar el servicio.
“A medida que la crisis iba avanzando, hemos tenido que hacer otro tipo de actividades que no se hacía antes”, afirmó.
Aseguró que con estos dos trabajos ha logrado mantener a su familia. Su esposa también ha implementado una labor que no hacía antes; ahora es costurera y vende confiterías en casa.
Cuando Justo Martínez sale a trabajar en su motocicleta, ella se dedica a vender dulces y a remendar ropa vieja.
“Antes en mi casa no se vendía dulces, no se bordaba, pero ahora mi esposa ha vuelto a coser”, afirmó.
Fe y Alegría Noticias