Después de la magistral Campaña de Ayacucho, “Cumbre de la gloria americana”, culminada el 9 de diciembre de 1824, Sucre, “el caballero de la historia”, se movilizó hacia el Alto Perú Sur, cuyas provincias dependían del Virreinato del Río de la Plata; el joven cumanés convocó por decreto el 9 de febrero de 1825, a una Asamblea Nacional de diputados que decidirían la suerte del futuro país. Nuestro egregio paisano se adelantó en la aplicación del Principio de Auto determinación de los Pueblos. Por su parte el gobierno de Buenos Aires, decidió el 9 de mayo dejar en libertad a dichas provincias, para que asumieran el régimen político adoptado por voluntad popular.
El Congreso del Alto Perú se instaló en la Sala de Sesiones de Chuquisaca el 10 de julio de 1825. El presidente de la Asamblea José Mariano Serrano junto a una Comisión, redactó el “Acta de la Independencia” de fecha 6 de agosto de 1825, para conmemorar el año cuando Bolívar en su último combate, derrotó a José de Canterac en la Batalla de Junín.
Serrano dijo en esa histórica ocasión: “El mundo sabe que el Alto Perú ha sido en el continente de América, el Ara donde vertió la primera sangre de los libres y la tierra donde existe la tumba del último de los tiranos. Los departamentos del Alto Perú, añade en su parte resolutiva, protestan a la faz de la tierra entera, que su resolución irrevocable es gobernarse por sí mismos”. Estuvieron presentes en la declaración de la independencia: 7 representantes de Charcas, 14 de Potosí, 12 por La Paz, 13 por Cochabamba y 2 por Santa Cruz , formando una nueva nación que recibió el nombre oficial de “República de Bolívar” en homenaje al Libertador, designado “Padre de la República”, con los honores de Protector.
Bolívar agradeció estos honores, pero declinó aceptar el cargo de Presidente y nombra al mariscal de Ayacucho Antonio José de Sucre. Nuestro gran caraqueño exclamaría emocionado:
“Mi desesperación se aumenta al contemplar la inmensidad de vuestro premio, porque después de haber agotado los talentos, las virtudes, el genio mismo del más grande de los héroes, todavía sería yo indigno de merecer el nombre que habéis querido daros, ¡el mío! ¡Hablaré yo de gratitud, cuando ella no alcanzará jamás a expresar ni débilmente lo que experimento por vuestra bondad que, como la de Dios, pasa todos límites”.
El Congreso pidió al Libertador que redactara el proyecto de Constitución para el nuevo Estado, la cual una vez revisada fue aprobada ese año. Se determinó que la capital del Departamento de Chuquisaca llevaría el nombre de “Sucre” en honor al Gran Mariscal de Ayacucho. Sucre, ciudad colonial de gran valor histórico, puesto que allí tuvo lugar el primer grito emancipador, el 25 de mayo de 1809. La ciudad de Sucre es también la capital constitucional e histórica de Bolivia, donde residen el poder Judicial y la Asamblea Constituyente.
Se decretó: nombrar como: Padre, Protector, y Primer presidente a Simón Bolívar, la creación de la nueva moneda, los símbolos patrios, el escudo y la bandera, los tres poderes del Estado: Ejecutivo, Legislativo y Judicial. Se obsequiaron dos medallas de oro con incrustaciones de piedras preciosas: una para el Libertador, quien la devolvió al Congreso Nacional para que se utilizara como insignia de mando a los presidentes de Bolivia y la otra, le fue entregada al Gral. Sucre, quien la envió a Cumaná su terruño natal.
Días más tarde se volvió a debatir el nombre de la nación; el diputado por Potosí Manuel Martín Cruz dijo: “Si de Rómulo Roma, de Bolívar Bolivia”; de allí que la nueva República adoptó oficialmente el nombre de “Bolivia” el 3 de octubre de 1825, acepción aceptada por Bolívar, reconociéndola como “la hija predilecta”.
Antes de trasladarse de Chuquisaca a Lima el 9 de enero de 1826, exteriorizó: “Seréis reconocidos como país independiente y recibiréis la constitución más liberal del mundo, vuestras leyes orgánicas serán dignas de la más avanzada civilización”.
En 1830 el Libertador, enfermo, defraudado y humillado, deseaba ir a Cartagena para dirigirse hacia Curazao, continuar a Jamaica y Londres, pero no poseía ni salud para soportar la travesía, ni dinero para los gastos. En comunicación del mariscal Andrés de Santa Cruz con fecha 15 de octubre de 1830, Bolivia le ofreció el cargo de Ministro Plenipotenciario en la Santa Sede.
Esta hermana República, recibió el 18 de marzo del 2009, la denominación de “Estado Plurinacional de Bolivia”.
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