El secretario de Estado norteamericano Mike Pompeo visitó a nuestros vecinos para crear un “cordón de profilaxis criminal” alrededor de Venezuela, que aumente la presión y debilite al régimen a fin de facilitar la salida de Maduro y promover una transición hacia la democracia.
El Secretario de Estado realizó una gira por la periferia venezolana. Esta incluyó Surinam, Guyana, Brasil y Colombia. Antes de partir anunció que “destacaría el compromiso de Estados Unidos de defender la democracia, combatir el COVID-19, revitalizar las economías tras la pandemia, y fortalecer la seguridad contra las amenazas regionales”. Lo de las “amenazas regionales” sin duda se refiere a Venezuela y sus aliados.
Las giras
Pompeo venía de una exitosa gira por otros cuatro países de la región: El Salvador, México, Ecuador y Argentina, donde también el tema de Venezuela estuvo presente. La política exterior de la administración Trump toma puesto de honor con la reanudación de relaciones diplomáticas entre Israel y los Emiratos Árabes y Bahréin (“Acuerdos de Abraham”), lo cual se enmarca en su dura política contra Irán.
Como sabemos, la administración Trump tiene una política recia contra Irán, China y Cuba, tres de las bases de apoyo internacional del régimen de Maduro. Sobre la cuarta base, Rusia, la posición es un poco más cautelosa; pero sin duda los asuntos de Crimea, Ucrania y ahora Bielorrusia, donde Putin está muy involucrado, muestran lo complejo de las relaciones geopolíticas vis-a-vis Venezuela.
La Venezuela problemática
Antes de partir para este segundo viaje a la región, un vocero del Departamento de Estado dejó saber que Venezuela además de producir “…refugiados, está generando problemas de seguridad para todos estos países al albergar a terroristas y narcotraficantes”. Y agregó que “Estamos tratando de interceptar las drogas y hemos puesto muchos de nuestros activos en eso y hemos trabajando en estrecha colaboración con todos los socios caribeños. ¿De dónde vienen esas drogas? Una gran parte de las actividades que parecen estar centradas en Venezuela ahora”. Es el ataque a la sustancial vertiente criminal del régimen, que lo convierte en un “Pranato”.
Guyana y Surinam
En la primera visita de un Secretario de Estado a Guyana y a Surinam, Pompeo enfatizó los problemas asociados con la cooperación china y habló a favor de una asociación con EE.UU. Pero también reiteró la importancia de la democracia y el libre mercado. Empero, también el tema de las drogas, el narcotráfico y el lavado de dinero fueron parte importante de las conversaciones y acuerdos. En ambos países destaca la asistencia para combatir el narcotráfico.
Guyana y el Esequibo
Con Guyana firmó un acuerdo bilateral, denominado “Bilateral Shiprider Agreement”, que permitirá a EE.UU. patrullar conjuntamente el espacio aéreo y marítimo guyanés para combatir el tráfico de estupefacientes. Esto tiene un doble impacto para Venezuela. Por una parte, refuerza la estrategia de combatir el narcotráfico y el contrabando que sale de Venezuela, fuente fundamental de ingreso del “Estado delincuente” o “Pranato”. Por la otra, compromete nuestra justa reclamación del Esequibo. El propio presidente guyanés manifestó que el acuerdo les ayudará a “… proteger la Zona Económica Exclusiva contra narcotraficantes”.
Vale recordar que sobre una parte importante de esta zona existe una controversia, pues abarca en gran medida nuestra salida al Atlántico y se desprende de la zona en reclamación del Esequibo. La apuesta de los venezolanos es que la Corte Internacional de Justicia acepte su “no jurisdicción” sobre ese tema y volvamos a una negociación para una solución práctica y satisfactoria para las partes (“Acuerdo de Ginebra”). Mientras tanto EE.UU. y Guyana seguirán patrullando en ese mar Esequibo. Asunto que debe manejar el gobierno de Guaidó muy diplomáticamente.
Brasil
En Brasil, Pompeo incluso visitó la frontera con Venezuela para evaluar el tema de la migración venezolana. La crisis en Venezuela y la salida de Maduro del poder fueron temas claves. Incluso anunció cooperación con Brasil para la “prevención de la minería ilegal y el contrabando de oro”, en prístina referencia a la tenaza que está creando alrededor de Venezuela para combatir estos flagelos. Pero además dejó claro, junto al Canciller carioca, que Maduro tenía que salir del poder para restaurar la democracia en Venezuela. Este es el empeño de EE.UU. Por cierto que la visita de Pompeo coincidió con ejercicios militares brasileños, en una hipótesis de invasión de un país vecino.
Colombia
En su última parada, el jefe de la diplomacia estadounidense se reunió con el presidente colombiano, Iván Duque. En Bogotá anunció que abordaría “las amenazas a la seguridad regional de los narcotraficantes, los grupos terroristas y del régimen ilegítimo de Maduro”. Y coincidieron en la necesidad para la región y el pueblo venezolano de que Maduro dejara el poder a fin de recobrar la democracia en Venezuela y se hizo un “llamado urgente a convocar y realizar elecciones libres y creíbles en Venezuela”. Adicionalmente, reiteró el apoyo norteño para combatir las FARC, el ELN y Hezbolá, tres grandes aliados del régimen de Caracas, que además han encontrado refugio en Venezuela.
Al igual que en Brasil la visita coincidió con los ejercicios militares conjuntos, denominados “Operación Poseidón” vinculados a la lucha contra las drogas. Por cierto, el presidente Duque remarcó la necesidad de llevar a instancias judiciales el informe del Consejo de Derechos Humanos de la ONU que señala a Maduro y a su entorno como criminales de lesa humanidad.
La tenaza
Esta gira y sus acuerdos, junto a la exitosa operación mejorada antinarcóticos 2020 (lanzada también este año en el Caribe) muestra la tenaza que se está construyendo alrededor del régimen de Maduro, creando un “cordón de profilaxis criminal” a fin de combatir el narcotráfico, el contrabando o tráfico ilícito de minerales preciosos y el terrorismo internacional. Esto hay que entenderlo como otra forma de apoyo “al presidente interino Juan Guaidó y a la transición democrática para una Venezuela soberana sin influencia maligna de Cuba, Rusia e Irán” (Pompeo dixit). Este es el empeño de la administración Trump, en conjunto con los gobiernos de Iván Duque en Colombia y Bolsonaro en Brasil, nuestros dos poderosos vecinos a los que se les han sumado Guyana y Suriname. Así por aire, mar y tierra se cierne una barrera con el fin de privar al régimen de ingresos ilícitos y debilitarlo al combatir sus alianzas políticas y terroristas.