1-Indignación (léase arrechera). Así se resume lo que sienten los venezolanos en este momento ante la crisis de gasolina, electricidad, agua, gas, desempleo, hambre, pandemia. Provocar adrede tanta tragedia humana ya no es un tema político, es simplemente un caso clínico y ético.
2- Vengo diciendo que Nicolás Maduro esta retando en extremo la paciencia de los venezolanos. Los estallidos esporádicos que vemos en este momento en el país son suficiente alerta de lo que estamos a punto de ver: un estallido social muy violento y no controlado por nadie, lo cual es sumamente peligroso para el destino de la nación.
3- ¿Cómo piensa el gobierno controlar un escenario de violencia generalizada? ¿Ordenando una masacre?3- ¿Están seguros de querer llegar a ese escenario? ¿Están midiendo con madurez las consecuencias?
4- En este momento los venezolanos que no tienen comida, ni electricidad, ni agua, ni gas, ni gasolina, ni hospitales están en Modo Ira. No hay espacio para fríos razonamientos sino para la ira. Y esta no es buena consejera para tomar las mejores decisiones.
5- Hace meses advertí que la crisis de la pandemia en Venezuela sería una gran catástrofe humanitaria, pues somos uno de los países más vulnerables del mundo. Ya estamos entrando firmemente en ese escenario. El gobierno no tiene recursos para frenarlo. Lo saben.
6- Algo debe estar claro. Las protestas que comenzamos a ver, por parte de un país indignado y en caos, no responden a ningún movimiento político. Por el contrario, estas son la más fiel expresión de un país arrecho con sus políticos, tanto los del gobierno como los de oposición. Es grande el rechazo a ambos. Deben saberlo.
7- Por más que el gobierno y buena parte de la oposición sigan huyendo a acuerdos ganar-ganar, “esto terminará en una mesa de negociación” (Elliot Abrams). Y llegaremos a ella de dos maneras: con muertos o sin muertos. ¿Cómo lo preferimos? Los libaneses necesitaron 50 mil muertos para entenderlo. Nosotros llevamos cientos, y aún no hemos visto lo peor.
8- ¿Qué esperamos para buscar una solución definitiva y donde todo el país gane? ¿O es que no terminamos de entender que la dimensión de esta crisis sobrepasa la capacidad individual de respuesta tanto del gobierno como de la oposición? Todos hacemos falta. Todos. Porque aún unidos la tendremos muy difícil. Subestimar la crisis de la pandemia es un error capital.
9- Creo que es hora de parar. Nadie saldrá ganando con este caos criminal. NADIE. El gobierno de Maduro ya no tiene ninguna forma de revertir este caos por su propia cuenta. No tiene ingresos ni nadie que le preste, y tampoco atrae a ningún inversionista serio. Debe llegar de manera urgente a grandes acuerdos con actores clave.
10- Resolver la crisis política por la vía violenta significa no resolver la crisis económica, ni la crisis de servicios públicos, ni la crisis social y mucho menos la crisis emocional. Y eso es traicionar a los venezolanos.
11- La crisis económica sólo se resuelve con inversión privada, y éstos huyen de los países enguerrillados e inestables. Simple. Y vale la pena recordar esto a los políticos de oficio que nos llevaron de manera irresponsable a este fatal callejón…