El que gana con la profundización de la crisis de la movilidad, el transporte y el tránsito en Venezuela es el que menos trabaja por ella, porque tanto los usuarios como los transportistas pierden.
La profesora Yelmira Jiménez, presidente de la línea la Voluntad de Gandhi en la parroquia Caricuao, municipio libertador, Caracas, Venezuela, sostiene que la grave crisis de movilidad, tránsito y transporte en el país, genera un inmenso cuello de botella con el cual solo ganan muy pocos y pierde la gran mayoría del país, porque, argumentó “Con la paralización de las actividades productivas, educativas, la inmovilización de la población, la economía, la sociedad y la calidad de vida resultan seria y negativamente afectadas. La gente, los empresarios, trabajadores, el personal profesional, médicos, operadores, entre muchos otros al no poder circular libre y ampliamente, por las numerosas restricciones, dificultades e impedimentos para transitar por el territorio nacional, de un municipio a otro, de un estado a otro e incluso dentro del área del propio municipio o de una parroquia imposibilita que, tanto los transportistas de carga como el transporte público puedan laborar con eficacia y prestar un servicio de calidad y competitivo”
Ya antes de la pandemia del Covid-19 la situación del país era angustiante y grave, explica la docente de la parroquia Caricuao “Pero, a partir de la realidad del Coronavirus en Venezuela, las dificultades y carencias alcanzan progresión exponencial, donde cada vez son mayores los suplicios y los problemas se multiplican sin encontrar vías de solución inteligente y racional”, precisó, “La persistente inflación, la dolarización de costos, repuestos e insumos, la escasez de combustibles y lubricantes, la imposibilidad de garantizar la sustentabilidad del servicio con las irrisorias tarifas vigentes coloca a los transportistas en situación de colapso, por eso un 85% de paro técnico y las grandes dificultades que confrontan los usuarios que se ven impelidos para cumplir con su trabajo o por las duras contingencias que vivimos que salir a resolver precariamente su existencia” Aunque reconoce la imposibilidad de los usuarios de pagar las tarifas reales y las restricciones que imponen los protocolos sanitarios y la bioseguridad ante los peligros que representa la pandemia en un país en emergencia humanitaria.
Yelmira Jiménez además de transportista público, es educadora, fue la sub-directora de la U.E. Pedro Emilio Coll y actualmente es actualmente candidata a diputada para estas elecciones programadas para el 6 de diciembre por el circuito 5 (Paraíso, la Vega, Antimano, Macarao) postulada por el partido Unión Progreso, donde otra mujer Mercedes Malavé es la presidenta nacional, Eduardo Fernández el mentor ideológico y político de dicho proyecto y Miguel Parra el secretario General Nacional. Precisó “Paralizar, detener, inmovilizar el país no le conviene a nadie, insiste la transportista y educadora, ya 22 años de malas políticas públicas son suficientes, las erradas decisiones han llevado al transporte público y de carga a una situación de minusvalía que, amenaza de impedir cualquier acción positiva que procure revertir, corregir los graves problemas que atraviesa el país” prosigue sin pausa “ Con el parque automotor más anticuado de América latina y de los más contaminantes e inseguros, con una industria automotriz operando al 10%, sin reservas, ni divisas, la nación en default, por la imposibilidad de honrar su amplia deuda externa y paralelamente con un sistema de transporte no adaptado para brindar un adecuado servicio a las personas de la 3era edad, a los usuarios discapacitados e impedidos, nos encontramos en una situación que exige el concurso y consenso de los mejores para construir las soluciones que el país requiere”
Manifiesto la profesora-transportista Yelmira Jiménez “Los usuarios venezolanos están más allá de los niveles de pobreza crítica, los estándar internacionales establecen como indicador de la pobreza crítica de una nación, el disponer de un ingreso igual o menor a 2 dólares diarios y un porcentaje cada vez más grande de venezolanos, entre 55% y 65% de los venezolanos devengan salarios y pensiones entre los más bajos del mundo, los cuales no les permiten pagar la tarifa que corresponde de acuerdo a los niveles de inflación y devaluación existentes y que adicionalmente les permita a los transportistas garantizar la sustentabilidad del servicio”.
Concluyo “Otro elemento de gran preocupación para la educadora-transportista es el aspecto formativo e informativo tanto de los transportistas como de los usuarios, la alternativas reales para resolver los problemas del país pasan por tener una economía productiva y sana, lograr una mayor y mejor democracia que, los venezolanos tengan la opción de recibir más y una educación de calidad que, el trabajo creador y competitivo sea la norma y no la excepción, por eso nos comprometimos a no quedarnos en casa y observar con tristeza que el país se destruya cada vez más y salimos, como todos los días a trabajar duro por Venezuela”
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