Trabajar una gandola en Puerto Cablleo no es rentable

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Ante la escasa mercancía que llega a los muelles de la costa carabobeña hay sobreoferta del servicio de transporte, lo que impacta en la caída del precio de los fletes

Asfixiado y luchando para sobrevivir. Así está el sector transporte de carga pesada en Puerto Cabello, el cual moviliza hacia todo el país 70% de la materia prima alimentaria y alimentos importados, advirtió José Petit, presidente de Asociación de Pequeños Propietarios y Conductores de Carga de Contenedores y Similares de Puerto Cabello (Asotracontainer).

Como propietario de un transporte, Petit padece en carne propia los embates de la crisis generada en el sector, cuyo origen es multifactorial y abarca desde la aguda escasez de combustible, hasta el colapso de la economía nacional, que influyó en la merma de los contenedores que llegan al muelle de Puerto Cabello.

Para ilustrar el impacto de la falta de combustible, relató que su gandola realizó un viaje hacia Carúpano, Sucre, y se tardó 12 días, cuando en condiciones normales podía hacer esa misma ruta en cuatro días. “Más de 50% del tiempo que emplean las unidades de carga en trasladar una mercancía lo pasan haciendo una cola para surtir gasoil”.

En promedio una gandola puede llegar a pasar hasta seis días de espera en cola para surtir combustible y después ir al muelle a cargar un conteiner, en su mayoría de comida. El destino suele ser Caracas, Maracay, Valencia, Barquisimeto, Maracaibo, Puerto Ordaz, Ciudad Bolívar, entre otras ciudades.

Esta situación se repite incluso cuando se trata de viajes a ciudades cercanas, como las del centro del país, cuyo tiempo estimado es de dos días: el de ida y el de regreso. “Pero si le sumas los cuatro días que pasas en la estación de servicio para intentar surtir combustible, ya son seis días. Esto repercute en toda la cadena de suministro para que llegue la comida al pueblo”.

Y como si el complicado panorama de las kilométricas colas para comprar diésel no fuese suficiente, agregó: “Si no se le da uno o dos kilogramos de arroz al bombero, te surte solo 100 litros de gasoil. Hay que darles eso para que puedan surtir 200 litros. Esto es fin de mundo lo que estamos viviendo los transportistas”.

Según el vocero de Asotracontainer, los reiterados aumentos de las tarifas del peaje por parte de la Gobernación de Carabobo también representan un problema para ellos, ya que se incrementan sus costos operativos. En los últimos seis meses de la cuarentena han sido anunciados cuatro incrementos.

Para un viaje corto, hacia Caracas o Maracay, se deben contar con al menos 20 dólares para el pago de peajes y 13 para consumo de comidas del chófer de la unidad de carga. “Todo esto ha hecho que muchos compañeros abandonen el sector de transportistas. Ya no es rentable tener una gandola. Vamos a llegar al punto de que no va a haber unidades de carga para hacer ningún viaje”.

Petit recordó la época en la que en Puerto Cabello se descargaban al día entre mil y mil 500 contenedores. Pero ya eso quedó para el recuero. Hoy solo llegan entre 50 y 300 contenedores. Los transportistas luchan por lograr hacer un viaje, porque hay sobre oferta del servicio de carga ante la escasa llegada de mercancía.

“Se pelean para poder ganarse un viaje y llevar la comida a la casa”, relató. Esto trajo como consecuencia una obligada disminución de las tarifas. “Hasta Valencia está establecido en 450 dólares, pero se están haciendo los viajes en 150 o 120 por la necesidad, a eso hay que restarle lo que se gasta entre combustible, peaje y comida”.

El Carabobeño

 

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