En el muro de una urbanización de aquí de Carrizal (Miranda), donde habito, se lee: “Desayunan, almuerzan, senan (sic). Tú votas por ellos, y te acuestas sin comer”. He allí una frase que, quizás, está ahí desde hace tiempo, pero que va mucho con el momento que vivimos; pues alude la situación, que está planteada, a propósito de las elecciones parlamentarias; pautadas para el próximo 6 de diciembre, y que nos demuestra que el universo se mueve sobre la base de correspondencias; vasos comunicantes; como los llamaba Baudelaire; pues responsabiliza a su prójimo de haber cometido un acto; por el cual está pagando una penitencia, y es el hecho de haber sufragado en un proceso comicial, como el que se avecina; tomando en cuenta que por aquí se demuestra que el acto de votación dejó de ser un instrumento, para colocar en los destinos de nuestra sociedad, a las personas que le van a garantizar un gobierno, donde haya la mayor suma de felicidad posible, la mayor suma de seguridad y la mayor suma de bienestar; parrafeando al Libertador, sino para legitimar a una camarilla; que no piensa en tu hambre, sino en la exclusiva suya, con una gran dosis de mezquindad.
La frase no dice: “vota, para salir de esta gente”; que constituía la alternativa, con la que se contaba durante la República civil; puesto que la ciudadanía le perdió fe al sufragio. Ya no se trata de un acto democrático, y esto porque constituye un proceso que ha sido secuestrado. Forma parte del botín, que se reparte la actual elite gobernante; transformado en el instrumento de legitimación de despotismo, y esto es lo que se ha venido dando cuenta la ciudadanía; si se parte del hecho, de que hasta ahora ningún proceso comicial ha permitido un cambio en esa elite, y de allí el que haya surgido la revisión de lo que fue la línea abstencionista, que se adoptó en el 2005; donde se abstuvo casi el 80% del electorado, y que incluso vendría a refutar la tesis de vocación participativa, que han venido sacando los sostenedores de la misma; cuando dicen que en esa oportunidad se cometió un grave error; a partir del hecho de que se le entregaba en bandeja de plata la Asamblea Nacional al chavismo, y que se explica por la circunstancia, de que veníamos de un fallido intento de refrendar a Hugo Chávez en la presidencia; momento en que la ciudadanía, sobre todo, la clase media, que ahora se sentía culpable de haber llevado a este señor a la alta magistratura, había puesto todas sus esperanzas en dicho intento; comprobada la ineptitud de Hugo Chávez como gobernante, y en donde había habido mucho tejemaneje de parte del oficialismo, que era lo que había dado lugar a ese escepticismo en el alma del ciudadano, y que vino a ser una postura contestataria, con respecto al resultado de ese tejemaneje, con la que había llevado ese proceso refrendario el oficialismo, tanto en lo temporal, como en la operatividad misma.
No se olvide que estamos en el momento, en el que un Jorge Rodríguez incorpora en el proceso la automatización, además de las famosas captahuellas; cuya negociación, según las malas lenguas, dejaba a aquel señor multimillonario; es decir, el proceso comicial, además de ser un instrumento de legitimación, pasó a ser también un instrumento de lucro; como, al parecer, ha sucedido en esta oportunidad; cuando se han adquirido 45 mil máquinas electorales, que han dado lugar a pingues negociados; origen, según también las malas lenguas, de la abrupta salida del recién nombrado rector del Consejo Nacional Electoral, Rafael Simón Jiménez, a partir del reparto de las famosas comisiones, cosa que no me consta; pero que va en la línea, de lo que digo en el sentido de que el chavismo desde la llegada al poder, le dio ese carácter de botín a las instituciones.
Pero estábamos en que aquella postura abstencionista se había considerado un error; que, de acuerdo a esta gente, se había subsanado a partir de un cambio, que se produce en la percepción de la ciudadanía, con respecto a la efectividad del voto, y entonces decide participar en las elecciones de 2006, y esto gracias a la iniciativa de un Teodoro Petkoff, de un Manuel Rosales y de un Julio Borges, con el lanzamiento de sus respectivas candidaturas; lo que generó una dinámica en el seno de las fuerzas opositoras, y que fue lo que motivó nuevamente a la ciudadanía a abrigar esa fe en el voto; aunque, en honor a la verdad, las condiciones electorales entonces eran otras.
Empezando, porque en las presentes circunstancias están todavía pendientes las elecciones presidenciales que, desde el punto de vista constitucional, se le deben a la ciudadanía, y que es lo que ha dado lugar a la calificación de usurpador a Nicolás Maduro; toda vez que permanece en la presidencia de la República, con motivo de la realización de un proceso electoral, que también fue objeto de toda clase de tejemanejes; fuera del marco de la Constitución; que es lo que le da ese carácter a todos los eventos electorales, que lleva a cabo esta gente, de legitimación de su despotismo, y no de aprobación de un resultado gubernamental.
Pero, además, porque no sólo puertas adentro se tiene ese recelo, razón de la existencia de ese graffiti en un muro de Carrizal, sino también afuera; pues el mundo entero ha admitido esa realidad; cuando en el 2005 en la comunidad internacional había un consenso generalizado, de que la abstención no era la vía más expedita; que también fue lo que convenció a los partidos políticos a llamar a participar; incitados por estos puntos de vista de dicha comunidad; mientras que hoy en día ha expresado su rechazo a las presentes elecciones; repito, sobre todo, por esos oscuros tejemanejes, y lo que dará lugar a la elección de una AN, tan ilegítima como la Asamblea Nacional Constituyente; cuya existencia sólo se justifica en tanto que aparato de terror.
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