Coro, Maracaibo y Guayana no se solidarizaron con las siete provincias que a partir del 19 de abril de 1810, iniciaron las acciones en la búsqueda de la autonomía y luego de la ansiada como inexistente libertad. Entre Coro y Caracas existía una rivalidad solapada a partir de la mudanza del obispado en 1637; antagonismo que sirvió a las autoridades realistas para utilizar la región caquetía como un permanente aliado.
El Libertador interesado en lograr la liberación y apoyo de los corianos, desde su cuartel general instalado en Escuque, emitió el 21 de octubre de ese año una proclama:
“Corianos: El ejército Libertador va a ocupar vuestro territorio. No le temáis, porque él no viene a destruir ni a vengar, él viene a restablecer el reinado de la paz. Vuestros esfuerzos a favor de la causa del rey, han sido aciagos para la patria, y aciagos para vosotros; con ellos no habéis hecho más que prolongar las miserias de la guerra y las vuestras propias. El fruto de la injusticia es amargo para todos.
La República de Colombia va a acogeros bajo la protección de sus leyes benéficas. La Constitución española separa los hermanos con distinciones odiosas y tiránicas; la nuestra une todos los hermanos y restablece la igualdad de la naturaleza. Aquella por premio de vuestros servicios os excluía de la soberanía nacional; y nosotros os damos los títulos sublimes de ciudadanos, a pesar de haber sido vosotros nuestros más crueles enemigos. Pero ya el tiempo de los enemigos no existe.
Mirad a vuestros compatriotas y compañeros de armas, gloriosamente incorporados a su afligida y abatida patria. Imitad al coronel Vargas, al comandante Torralba, al teniente coronel Silva y a sus cuerpos enteros del ejército español que han vuelto a reunirse a sus hermanos de Colombia. Abandonad esas banderas de maldición, que la justicia del cielo ha abandonado al terror de vuestras armas, y contad que seréis tenidos entre los más distinguidos ciudadanos de la República.
Contad con el olvido de lo pasado, y con el corazón fraternal de vuestros hermanos del ejército libertador”.
El 28 de enero de 1821, Maracaibo se suma a la causa republicana, aspecto considerado por el jefe realista Miguel de la Torre y Pando como una violación a los Tratados de Trujillo firmados el 27 de noviembre de 1820. La heroína Josefa Camejo (1791-1862), liberó la península de Paraguaná el 3 de mayo de 1821; su tío monseñor Mariano Talavera y Garcés (1777- 1861) y un grupo de notables, esperaron a Urdaneta (1788-1845), el 9 de mayo en Mitare para informarle del éxito de Josefa y la salida apresurada de los realistas hacia Puerto Cabello, embarcándose en Puerto Cumarebo.
Urdaneta desde el caserío de Cujima cerca de Coro, emitió el día 10 una proclama a su tropa:
“Soldados: El pueblo de Coro que vais a ocupar, es uno de los que forman el Departamento de Venezuela en la Gran Colombia. Este pueblo que ha servido fielmente a los agentes de la tiranía, acaba de ser evacuado quedando a discreción de nuestras armas, y los mandatarios españoles en premio de sus importantes servicios han puesto el sello a las angustias de los corianos, dejando minado el depósito de pólvora, que en su explosión ha arruinado edificios y sepultado inocentes. …Soldados: el robo y toda especie de vejación a los vecinos os es absolutamente prohibido. Ninguno de los individuos de la división a mi mando, tiene facultades de tomar nada ajeno. El que lo hiciere, con infracción de este artículo y de los bandos generales del ejército, será castigado con la última pena.
El 11 de mayo a las once de la mañana ingresó a la Ciudad Mariana; dedicándose a organizar la parte administrativa designando al coronel Juan Escalona Gobernador de la Provincia y a preparar un batallón integrado por corianos, que lo acompañarían a San Carlos en cumplimiento de la concentración del ejército que participará en Carabobo.
Urdaneta llegó hasta Carora, no pudiendo continuar la marcha por problemas de salud. El Libertador en su Cuartel General ubicado en San Carlos escribió en San Carlos el 6 de junio un mensaje dirigido a los habitantes de Coro:
“Corianos, es una satisfacción para la República de Colombia llamaros sus hijos. Vuestra conducta en este último período es conforme a lo que debéis hecho de vuestro celo y valor, y me prometo que en lo futuro seréis los más fieles republicanos. Nombrad vuestros representantes en el Congreso Nacional; allí seréis soberanos de Colombia, y en vuestro suelo seréis ciudadanos más libres, protegidos por las leyes que dicten vuestra conciencia y voluntad. Todos, corianos, sois iguales en Colombia, como en España todos erais desiguales; a todos dividían barreras, con privilegios inicuos y degradaciones absurdas. Esta es la República de Colombia, ella sin duda penetrará en vuestros corazones y se colocará en vuestro amor, porque ella es madre y todos son sus hijos”.
La única vez que Bolívar visitó Coro fue en diciembre de 1826 en su último viaje a Venezuela procedente del Perú.
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