Finalmente llegaron a Venezuela los tres tanqueros cargados con miles de barriles de gasolina para solventar el problema de escasez del combustible.
Desde este lunes, más de 1.500 estaciones de servicio están abiertas para surtir de gasolina al país, una parte a precios internacionales (0.50 centavos de dólar) y la otra subsidiada.
Conseguir esa gasolina le ha costado al Ejecutivo cargamentos de oro llevados a Irán. Y eso no es un secreto, las mismas autoridades de ese país lo han confirmado.
Por otra parte, aunque con problemas, las refinerías del país están trabajando y producen cada una entre 10.000 y 30.000 barriles diarios, mismos que sirven para ser llevados a distintos puntos de Venezuela.
No obstante, aún las colas no han bajado en las subsidiadas. Las largas filas en las estaciones de servicios se están produciendo porque hay pocas gandolas y tardan en llegar a cada gasolinera.
Actualmente, para ser honestos, Venezuela consume 200.000 barriles diarios de gasolina, es decir, unos 5 millones de barriles al mes.
Esto quiere decir que hay un déficit de combustible. De allí el racionamiento obligado.
La llegada de la pandemia de coronavirus sirvió para aplacar un poco la escasez y el primer envío de combustible, también de Irán, logró solucionar el parte del problema.
Hay que ser honestos: la Refinería El Palito producía 500.000 b/d. de gasolina y así por el estilo las otras refinerías.
La clave para solucionar el problema es un plan eficiente para atraer inversionistas internacionales y una reestructuración de la industria petrolera.
También sería positivo que el sector privado importe gasolina y el precio de venta debería ser con una ganancia para el que importe.
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