El Comité Monetario y Financiero Internacional (CMFI) tiene la función de asesorar e informar a la Junta de Gobernadores del Fondo Monetario Internacional (FMI), conforma conduce y da forma al sistema monetario y financiero internacional. También observa la evolución de la liquidez mundial y la transferencia de recursos a los países en desarrollo; Considera propuestas de enmienda del Convenio Constitutivo presentadas por el Directorio Ejecutivo, y hace frente al desarrollo de los acontecimientos que puedan perturbar el sistema monetario y financieromundial.
Comunicado de la Cuadragésima Segunda Reunión del CMFI . Bajo la presidencia del Sr. Lesetja Kganyago, Gobernador del Banco de Reserva de Sudáfrica
Expresamos nuestro pesar por la pérdida de vidas humanas provocada por la pandemia de COVID-19 y reiteramos nuestro compromiso de mitigar el impacto sanitario y económico de la pandemia en la población de todo el mundo.
Se encuentra en marcha una recuperación económica mundial vacilante, respaldada por medidas de política macroeconómica extraordinarias. Pero la recuperación es parcial y despareja y está caracterizada por una considerable incertidumbre, dado que la pandemia continúa propagándose en algunos lugares. La crisis amenaza con dejar cicatrices persistentes en la economía mundial, tales como un menor aumento de la productividad, mayores cargas de la deuda, vulnerabilidades financieras más agudas y una mayor pobreza y desigualdad. Asimismo, persisten otras dificultades de larga data.
A fin de respaldar la recuperación seguiremos respondiendo de manera extraordinaria y ágil mediante políticas económicas adaptadas a las diferentes etapas de la crisis y a las circunstancias específicas de cada país. Nos comprometemos a utilizar todos los instrumentos de política económica disponibles, de manera individual y colectiva, para restablecer la confianza, el empleo y el crecimiento. Estamos preparados para prestar asistencia a los países y poblaciones más vulnerables. Hacemos hincapié en la necesidad de cooperación internacional para acelerar la investigación, desarrollo, producción y distribución de diagnósticos, terapias y vacunas contra la COVID-19, con el objetivo de respaldar el acceso equitativo y a costo asequible para todos, que es fundamental para superar la pandemia y apoyar la recuperación económica mundial. A medida que la crisis se disipe seguiremos procurando lograr una robusta recuperación del crecimiento reasignando gradualmente los recursos fiscales destinados al respaldo de amplio alcance hacia objetivos más focalizados y facilitando la transformación estructural, amortiguando el impacto en los puestos de trabajo, la población vulnerable y las empresas viables, preservando a la vez la sostenibilidad de la deuda. Las políticas monetarias deben seguir siendo acomodaticias, en consonancia con el mandato de los bancos centrales. Continuaremos vigilando y, según sea necesario, atacando las vulnerabilidades financieras y los riesgos para la estabilidad financiera, entre otras formas mediante políticas macroprudenciales. Reafirmamos nuestros compromisos relacionados con los tipos de cambio.
Mantendremos y redoblaremos los esfuerzos por lograr un crecimiento vigoroso, sostenible, equilibrado e inclusivo, aprovechando al máximo las transformaciones económicas, sociales, ambientales, tecnológicas y demográficas en curso, de manera congruente con nuestra agenda previa a la crisis. Seguiremos adelante con las reformas estructurales para estimular el crecimiento, el empleo y la productividad. La inversión y el comercio internacional de bienes y servicios libre, equitativo y mutuamente beneficioso son motores fundamentales del crecimiento y la creación de empleo. Promoveremos inversiones de alto rendimiento económico y social, y procuraremos explotar el potencial de la economía digital a la vez que abordamos los desafíos que trae aparejada. Reafirmamos nuestro compromiso con una sólida gestión de gobierno, lo que incluye atacar la corrupción. Mantendremos un sistema monetario internacional que funcione correctamente y redoblaremos nuestros esfuerzos por fortalecer la cooperación y los marcos internacionales. Nos comprometemos a trabajar mancomunadamente para ayudar a los países vulnerables a cubrir sus necesidades de financiamiento. También trabajaremos juntos para seguir mejorando la transparencia de la deuda y promoviendo prácticas de financiamiento sostenibles tanto por parte de los deudores como de los acreedores, públicos y privados. Respaldaremos los esfuerzos de los países por mantener la sostenibilidad de la deuda o por restablecerla en los casos en que la deuda sea insostenible, y trabajaremos en conjunto con todas las partes interesadas a fin de mejorar los mecanismos de resolución de la deuda soberana.
Celebramos la Agenda Mundial de Políticas de la Directora Gerente.
Celebramos las medidas extraordinarias tomadas por el FMI para ayudar a los países miembros a superar la crisis mediante asesoramiento en materia de política económica, actividades de fortalecimiento de las capacidades y el rápido suministro de respaldo financiero. Confiamos en que el FMI mantendrá una fuerte participación en estrecha colaboración con sus asociados. En ese sentido, respaldamos los esfuerzos del FMI para utilizar plenamente sus instrumentos de crédito y, en caso necesario, seguir adaptándolos para ayudar a sus países miembros a atender sus necesidades de financiamiento en la incierta coyuntura creada por la pandemia. Solicitamos además que el FMI siga estudiando otros instrumentos que puedan servir para atender las necesidades de los países miembros conforme evolucione la crisis, aprovechando las experiencias pertinentes extraídas de crisis anteriores. Respaldamos la reanudación de la supervisión bilateral focalizada por parte del FMI. Celebramos la atención continua que el FMI presta a las cuestiones relacionadas con la crisis y el respaldo que brinda a los países miembros para construir una economía más resiliente, entre otras formas abordando desafíos de larga data cada vez más apremiantes. En este contexto, respaldamos la labor del FMI en lo que respecta a otras cuestiones, cuando sean macrocríticas y compatibles con su mandato, entre ellas las consecuencias macroeconómicas y las políticas relacionadas con el gasto social, la gobernanza, el cambio climático, las tecnofinanzas y la digitalización. Respaldamos la asistencia reforzada del FMI para ayudar a los Estados pequeños, los Estados frágiles y afectados por conflictos, y los países que albergan refugiados, a superar los retos particulares que enfrentan.
Es esencial asegurar que el FMI pueda brindar respaldo a sus países miembros más pobres y vulnerables, que no tienen acceso sustancial a los mercados. Celebramos la prórroga del alivio del servicio de la deuda por otros seis meses en el marco del Fondo Fiduciario para Alivio y Contención de Catástrofes (FFACC) y los avances para conseguir recursos adicionales para préstamos del Fondo Fiduciario para el Crecimiento y la Lucha contra la Pobreza (FFCLP). Respaldamos los esfuerzos del FMI por ampliar aún más los recursos del FFCLP y el FFACC y confiamos en que se recibirán nuevas aportaciones adicionales para donaciones, incluso de nuevos participantes. Respaldamos la prolongación de la Iniciativa de Suspensión del Servicio de la Deuda (ISSD). Nos sentimos defraudados ante la ausencia de avances en cuanto a la participación de acreedores privados en la ISSD, y los alentamos vivamente a participar en condiciones comparables cuando lo soliciten los países participantes. Propugnamos la plena participación de los acreedores bilaterales oficiales. Pedimos al FMI que siga apoyando la aplicación eficaz y transparente de la ISSD, conjuntamente con el Banco Mundial. Celebramos el acuerdo al que ha llegado en principio el G-20 sobre un “Marco común para el tratamiento de la deuda más allá de la ISSD”, al que se ha sumado el Club de París. Aguardamos con interés la publicación del marco común para cuando los ministros de Hacienda y los presidentes de los bancos centrales del G-20 se reúnan en noviembre de 2020. Asimismo, celebramos los esfuerzos continuos que realiza el FMI para facilitar la resolución oportuna e integral de la deuda brindando apoyo para una mayor coordinación de los acreedores oficiales, identificando las deficiencias de los mecanismos internacionales de resolución de las acreencias privadas e interactuando con los acreedores privados y otras partes interesadas, y reconsiderando las políticas del FMI sobre la deuda soberana. Instamos al FMI a preparar un análisis de las necesidades de financiamiento externo de los países en desarrollo y las opciones de financiamiento sostenible.
Reafirmamos nuestro compromiso de que el FMI siga siendo una institución sólida, basada en cuotas y con una dotación suficiente de recursos, en el centro de la red mundial de protección financiera. Expresamos nuestra satisfacción por los progresos para que la duplicación de los Nuevos Acuerdos para la Obtención de Préstamos (NAP) y la nueva ronda de acuerdos bilaterales de préstamo (ABP) entren en vigor el 1 de enero de 2021, e instamos a todos los participantes en los NAP y los ABP a proceder a la ratificación interna de su participación lo antes posible. Seguiremos examinando de cerca la demanda de recursos del FMI. Mantenemos nuestro compromiso de reconsiderar la idoneidad de las cuotas y llevaremos adelante el proceso de reforma de la estructura de gobierno del FMI en el marco de la Decimosexta Revisión General de Cuotas, incluida una nueva fórmula de cálculo de las cuotas que sirva como guía, para el 15 de diciembre de 2023.
Nuestra próxima reunión está prevista para el 10 de abril de 2021.
15 de octubre de 2020