Enrique Meléndez: ¿Para evitar el control político?

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De acuerdo a lo que se viene señalando, la llamada Ley Antibloqueo constituye un recurso de sobrevivencia que un régimen, del tipo del que impera hoy en día en Venezuela, ha venido adoptando frente a una realidad, en la cual está por encima de todas las cosas el respeto a los derechos humanos; lo que supone el imperio en forma masiva del gobierno de corte democrático; lo que los antineoliberales califican como el sistema del pensamiento único; pues así como el saber racional no nace sino gracias a una gran libertad, que se da en el orden de las ideas en la Atenas de Sócrates, y que supone una ruptura con la visión de mundo mitológica; la razón se impone por encima del instinto; así el respeto a los derechos políticos, a los derechos jurídicos y a los derechos de la propiedad, no se da sino bajo regímenes, donde se ha constituido un Estado apolíneo; como diría Schiller: donde el hombre se realiza en libertad, en igualdad y en legalidad, es decir, bajo un orden regido por la tolerancia y la dialéctica de la ideas, y que implica una estética de la praxis política; pues no se olvide que la conciencia racional ve en la política una represión de nuestras pasiones, y no sin razón Von Clausewitz dijo en una oportunidad que la política era la continuación de la guerra por otros medios. Estamos ante el esquema de lo que no dejó de ser abordado por nuestros escritores, sobre todo, del siglo XIX, esto es, la diferencia entre barbarie y civilización, y de modo que gobiernos de regímenes, que ostentan la primera categoría, esto es, la barbarie; que se salen del sistema democrático, que se ha impuesto en forma generalizada en la sociedad moderna, tienden a quedar desplazados de ese mundo moderno de hoy, a propósito de los acuerdos internacionales, que ha venido a significar el desarrollo de los procesos de democratización, que nacen ya con los griegos; en lo que Hegel conocía como la infancia de la humanidad; con la polis griega, ahora convertidos en imperativo mundial, y agrupados en organismos multilaterales, a los cuales, por lo demás, se pertenece, y que se rigen por unas normas, que dan lugar a lo significa sanciones, y que bajo un eufemismo esta gente llama bloqueo, a propósito del grado de tirantez, con el que se gobierna.

Porque una ley como la de marras se trata de un instrumento jurídico supraconstitucional, es decir, una ley diseñada para nadar a contrapelo; cuando se juega a la otredad; siendo la otredad hoy en día el régimen de carácter totalitario; lo que supone, que no existe ningún respeto ni por la libertad ni por la justicia ni por la propiedad; de modo que en estas condiciones se cae en el estado de paria; se camina por la cuerda floja,  y es cuando la riqueza del país, como en este caso de la Ley Antibloqueo, se arrebata con conciencia de pillo, esto es, con la idea de venderla al mejor postor, tomando en cuenta que se está en la etapa de lo que en términos periodísticos se conoce como raspar la olla.

Que es el temor que abriga la opinión pública venezolana; tomando en cuenta que el populismo, del que esta gente se valió como política de Estado, fue diezmando las empresas estatales; cuando le comenzó a poner la mano; en especial, con una mentalidad rentista, y es así como las dejó en el hueso y, en vista de que uno los de rasgos típicos del bárbaro es la soberbia; en lugar de admitir el fracaso en la gerencia de esas empresas, y llamar a la concordia de los venezolanos, para emprender un plan de recuperación, al respecto, se prefiere entregarlos a manos extranjeras, con la idea de que sea reactivada la producción de esos activos estatales; tomando en cuenta que el personal con experticia que se desempeñaba en allí voló del país, a medida que las condiciones de trabajo y de vida se vinieron deteriorando a lo largo de estos 20 años de desgobierno chavo-madurista, y cuando hablo de desgobierno me refiero también al hecho de que, si bien la misión que le impuso la gerencia, que se ocupó de Pdvsa, la CVG y el resto de empresas del Estado, fue la del clientelismo político; desterrando, en ese sentido, la política de la meritocracia; la visión sería la del reparto del botín; lo cual no es un secreto, pues por todas partes afloran las denuncias de casos de corrupción de estas empresas; como nunca antes se había visto en el país, y eso que esta gente llegó al poder denunciando que la Pdvsa de Luis Giusti y sus antecesores, se trataba de una caja negra, es decir, que sus balances eran maquillados.

Pero lo más grave de todo es que esta Ley Antibloqueo, más que para el remate de las empresas del Estado, no está pensada sino en función del Arco Minero; que es lo que le ha venido dando dividendos a la elite gobernante, y que es lo que nos permite volver a lo primero que decíamos: formas de bypsear el escenario internacional, pero a cambio de oro sangriento; como lo ha llamado el diputado Américo de Grazia; a propósito del arrase, que lleva consigo su extracción; por supuesto, aquí en este concepto del diputado de Grazia está implicada la extracción de diamantes y coltán, y esto porque se trata de incursionar en un territorio, que hasta entonces la división política del país lo tenía clasificado en parques nacionales y reservas forestales y acuáticas; lo que se conoce como áreas protegidas; legalizar la minería depredadora, en dos palabras, y que, según las denuncias, ya ha hecho un importante daño al medio ambiente.

El espíritu, además, del legislador; que no es otro que una Asamblea Nacional Constituyente ilegítima, no deja de pecar de cínico, por cuanto en uno de los artículos se prohíbe el acceso a documentación, que haya sido calificada como confidencial o reservada; así como “se declaran secretos y reservados los procedimientos, actos y registros efectuados con ocasión de la implementación de las medidas establecidas en la ley, que supongan la desaplicación de normas de rango legal”, es decir, lo que es público, se ventila con una gran opacidad.

melendezo.enrique@gmail.com

 

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