Venezuela: Después de siete meses sin ver a su familia, un comandante preso rompió el protocolo y corrió a besar a su esposa
La Dirección General de Contrainteligencia Militar organizó un reencuentro para mostrar ante las cámaras la intimidad de los detenidos con sus parientes e intentar lavar su imagen ante las innumerables denuncias de abusos.
Con presencia del GD (Ej) Carlos Enrique Terán Hurtado, director de Investigaciones de la DGCIM, se desarrolló la primera visita, después de siete meses, para los detenidos en la Dirección General de Contrainteligencia Militar. Se aseguró el alto gobierno de dejar grabada con sumo cuidado, toda manifestación de emotividad, de risas, de alegría entre los maltratados presos de esos sótanos infernales y sus padres, esposas o hijos, para mostrar al mundo que ellos no están tan mal, que no hay rastros de tortura, pero lo que no va a aparecer en esas cámaras es la destrucción de las familias, el miedo, la zozobra y la amenaza.
Durante todos estos meses, desde que en marzo suspendieron visitas, llamadas, ingreso de alimentos e información. El desespero de los familiares se combinó con el miedo ante el temor de que la pandemia llegara a los sótanos, de que se acentuara el deterioro de la salud de quienes casi nunca reciben sol y que las patologías de la cual algunos sufren se agudizasen ante el filtro para entrar medicamentos.
A medida que fueron pasando los días, las semanas y los meses, sin visitas y sin llamadas, la presión se hizo manifiesta por parte de los familiares sobre los delegados de la Comisión de Michelle Bachelet, sobre diputados y funcionarios. “Fue desesperante, porque nadie nos daba respuesta convincente, nadie quiso acompañar a los familiares hasta la Dgcim para pedir fe de vida”.
La visita esta vez no fue en La Pecera, porque la grabación requería un lugar menos deprimente, así que se hizo en un comedor, donde hay mesas de hierro con sillas soldadas a ella. Solo una vez anteriormente se les permitió comer en ese lugar. En La Pecera no hay mesas y para comer deben colocar los recipientes sobre las piernas.
Los familiares hacen fila para entrar. Los detenidos están sentados mientras reciben instrucciones de qué no deben hacer: “no pueden tocarse, nada de abrazarse, prohibido quitarse los tapabocas o los guantes, deben mantener distancia, no pueden levantarse de la silla, no pueden sentarse a un lado de la visita sino diagonal”, repiten una y otra vez los custodios.
Empiezan a pasar los familiares. Las ansias de estrechar al ser amado deben reprimirse. Cada uno trata de respetar las reglas. Ya hay cuatro detenidos con sus respectivas visitas, mientras una irrespetuosa cámara lo graba todo y los custodios se mueven con sigilo y, más allá, el general Terán Hurtado vigilando todo.
Cuando le corresponde acercarse a la esposa del teniente coronel Igber Marín Chaparro, el joven oficial se paró sobre la silla, se subió encima de la mesa, caminó sobre ellas, se bajó, se quitó el tapaboca, abrazó a la impresionada joven y la besó.
Un silencio impresionante cubrió el lugar, todos esperaban la reacción ante tamaña irreverencia. Solo fueron unos segundos. Se generó una reacción en cadena y todos los presos empezaron a abrazarse con su familia, a quienes desde hace siete meses no veían, no abrazaban, no tocaban, apenas si habían recibido algunas llamadas telefónicas.
Marín Chaparro es un oficial del Ejército, señalado por un intento de rebelión que nunca ocurrió, en una oportunidad no le permitieron, durante tres meses, recibir visita de familiares ni abogados y ninguna llamada telefónica. Parece que esta vez no quiso desaprovechar el momento de abrazar y besar a su familia.
Cada uno de los familiares sintió molestia y se saben usados por la DGCIM para grabar un momento que debió ser personal e íntimo, pero pudieron evidenciar la felicidad de ver a sus seres queridos. Ninguno cree que fue inocente. “Eso es para justificar el informe de la ONU”, es lo que la mayoría de esposas o hijos de los detenidos dice, refiriéndose al informe de la Misión de Determinación de los Hechos que reveló las brutales y sostenidas torturas y violaciones de derechos humanos que se han cometido en esas mazmorras del régimen venezolano.
Los símbolos de tortura
Venezuela ha tenido varias épocas de tortura. Lamentablemente lo que ocurre hoy en la DGCIM y el Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin) no es una novedad. Cada vez que ha llegado un gobierno al poder, le imprime su característica especial. Hay gobiernos que nunca se caracterizaron por eso, entre ellos podemos mencionar al del destacador escritor Rómulo Gallegos, que solo gobernó nueve meses, hasta el Golpe de Estado de 1948, aun cuando fue el primer mandatario del siglo XX que gana elecciones de manera directa, universal y secreta en Venezuela y quien obtuvo la indiscutible mayoría de 80% de votos. También los generales Eleazar López Contreras e Isaías Medina Angarita, quien fue derrocado por un golpe del Ejército y Acción Democrática.
Juan Vicente Gómez asume el poder después de traicionar a su compadre Cipriano Castro y desarrolla, desde 1908 hasta que muere en 1935, una larga dictadura, disfrazada de elecciones, decretos, excusas legales, tortura y muerte. Por supuesto no todo fue negativo, porque en casos así nunca lo es y el descubrimiento del petróleo se lo permitió; gobernó con dádivas y tortura.
La Rotunda. Esa cárcel, ubicada en Caracas, fue el símbolo de tortura del gomecismo; hoy se encuentra ahí la Plaza La Concordia; ahí se aplicaron brutales torturas físicas y psicológicas, además de la muerte, para lo cual se usaba el envenenamiento; los presos eran obligados a usar pesados grilletes. Se decía que era “la última morada de los opositores a Gómez porque, casi siempre de ahí se salía sin vida”. Un año después de la muerte de Gómez, el presidente Eleazar López Contreras ordenó su demolición.
Las Tres Torres. Se construyó, con una hermosa arquitectura, en Barquisimeto, estado Lara, como una moderna cárcel. Años después, para 1908, se llena de presos políticos que disentían del Gobierno de Cipriano Castro, después los de Juan Vicente Gómez y finalmente los que adversaron a Eleazar López Contreras. El entonces gobernador Eligio Anzola Anzola ordenó demolerla en 1946.
Seguridad Nacional. Durante la dictadura del general Marcos Pérez Jiménez, entre 1952 hasta que es derrocado el 23 de enero de 1958, las torturas contra opositores políticos se efectuaban en las sedes de la Seguridad Nacional. Aunque perdió las elecciones se robó el triunfo y se proclamó presidente. Un hecho interesante es que Pérez Jiménez, obtuvo las más altas calificaciones de su promoción y del Ejército venezolano. Hoy, pero en calidad de preso político en la DGCIM, está el teniente coronel Igber Marín Chaparro, considerado el más alto promedio de calificaciones en la Fuerza Armada. Alto progreso económico y social hubo durante su mandato, pero también crueles torturas y asesinatos de adversarios políticos en la SN, que funcionó hasta 1953 en El Paraíso en Caracas y después al centro de Caracas; : las dos sedes de la SN fueron demolidas. Ahora funcionan ahí la Clínica El Paraíso y el Hotel Alba Caracas (antes Hotel Hilton). Atrás quedaron la cámara de hielo, el ring de tortura que destruye la planta de los pies, golpes con bolas de acero, cintillos eléctricos, planazos, etc.
DIGEPOL. La Dirección General de Policía (Digepol) sustituyó a la Seguridad Nacional. Las torturas se daban en las sedes de la Digepol y en los centros de reclusión como la isla El Burro en Valencia, El Dorado, entre otros. El Batallón de Cazadores y los Teatros de Operaciones antiguerrilleros, entre ellos el más famoso fue el TO-3 Urica de El Tocuyo, también fueron centro de brutales torturas. Los gobiernos de Rómulo Betancourt y Raúl Leoni, también tienen en su historia brutales torturas contra adversarios políticos, desapariciones y asesinatos.
En la investigación más reciente de ese hecho se refleja que hubo 20 campamentos técnicos y 6 Teatros de Operaciones, donde se torturaba y que incluían personal médico para hacer más efectivo el procedimiento. Uno de esos muertos fue Alberto Lovera, secretario general del PCV. La Digepol fue eliminada en 1969, dando paso a la Dirección de los Servicios de Inteligencia y Prevención (Disip).
DISIP, fue desaparecida durante el Gobierno de Hugo Chávez, pero recibió fuertes críticas por torturas y asesinato, una de ellas la del padre de la vicepresidente Delcy Rodríguez y su hermano Jorge; a Jorge Antonio Rodríguez lo capturan por el secuestro de William Niehous, lo torturan y lo asesinan en la Disip en 1976, aunque el gobierno del momento dijo que fue por un infarto; ese hecho conmocionó a la opinión pública venezolana.
DGCIM y SEBIN. Son los organismos de inteligencia que han cometido atroces torturas, violaciones a los derechos humanos y al debido proceso, secuestro y desapariciones. Surgen en el seno de la revolución bolivariana que condujo Hugo Chávez y ahora Nicolás Maduro. Son sitios más simbólicos la sede de DGCIM en Boleíta Caracas y El Helicoide y La Tumba del SEBIN. En octubre del 2018 la muerte del concejal Fernando Alban, cuando su cuerpo se estrella contra el pavimento, desde el piso 10 del SEBIN, conmociona al país. Ocho meses después, junio 2019, la tortura y asesinato del capitán de corbeta Rafael Acosta Arévalo, cuando estaba en manos de la DGCIM, levantó una airada respuesta de protesta no solo en Venezuela sino a nivel de muchos países.