Semanalmente e incluso casi a diario el costo los productos alimenticios de primera necesidad aumentan de precio, ocasionando así que el actual inapreciable sueldo de 400.000 bolívares de los trujillanos no les permita ni siquiera cubrir el costo de una harina pan.
En ese sentido, para los trujillanos el hecho de llenar sus alacenas y neveras de alimentos se ha convertido en una tarea imposible de realizar puesto que, solo pueden comprar – en la mayoría de los casos – los productos que les servirá para comer durante el día.
Y es que, la mayoría de los ciudadanos deben contar con la ayuda económica de sus familiares que están en el extranjero para de esa manera, cubrir los gastos de la comida. Mientras que, otros tantos trujillanos, afirman que básicamente viven y se alimenta “gracias a los bonos de la patria” que son el doble o hasta el triple de un sueldo mínimo.
“Soy docente por lo tanto el sueldo no me alcanza para la comida, tengo que esperar que me lleguen los bonos y así poder comprar”, expresó Carmen Linares madre de tres niños.
Otra parte de la población, se ha visto en la obligación de abandonar o renunciar a sus trabajos y profesiones para laborar en otros sectores como el comercio por ejemplo, o dedicarse a otros oficios que les generen más dinero. Incluso, actualmente existen personas que han apostado al teletrabajo para obtener ganancias en divisas.
Sin embargo, ganar ingresos mediante el teletrabajo también es una tarea imposible para los trujillanos debido a los constantes cortes eléctricos que se registran en la región diariamente los cuales, se extienden desde cuatro, seis u ocho horas seguidas. Además, también influyen las fallas en el internet.
“Con los cortes y bajones eléctricos y el internet lento no puede trabajar”, aseguró Yesenia Montilla de 20 años de edad, recién graduada de Licenciada en Contaduría Pública, quien decidió aprovechar la oportunidad de trabajar desde su casa cómo vendedora a través de las redes sociales para una empresa en Colombia, y así poder ayudar a sus padres con los gastos del hogar.
Ingresos solo comer
Por otra parte, debido a la hiperinflación que vive el país actualmente ocasiona que los pocos ingresos con los que pueda contar un venezolano solo sean destinados para cubrir los gastos de la comida.
Comprar ropa y calzado nuevo por ejemplo, o lo que es peor aún cubrir el monto de una consulta médica es completamente imposible. En ese contexto, los venezolanos han calificado el hecho de comprar productos y cosas que no sean de primera necesidad o salir a pasear, comer en restaurantes, ir al cine o cualquier actividad que se le parezca como “lujos”.
Bolsillos vacíos
Se puede afirmar entonces, que mientras los anaqueles y estanterías de los abastos, negocios y supermercados están llenos, los bolsillos de los ciudadanos están vacíos.
“Salgó a comprar todos los lunes con mi lista que casi siempre pasa los 10 o 15 productos sin contar la carne, y siempre regresó a casa con tres o cuatro”, afirmó Rosa Pérez.
El Tiempo de Valera