Hace 98 años nació el hombre que entendió la política como supremo servicio público. Un presidente a quien ninguna conjura arrancó ni arrancará del alma de todos los venezolanos, por quienes luchó denodadamente. El estadista vinculado consustancialmente a Venezuela, desde 1945. Carlos Andrés Pérez Rodríguez, nació un 27 de octubre, en la hacienda La Argentina, en la aldea Vega de la Pipa, estado Táchira. Un hombre de acción consecuente con sus ideas y principios, con limitaciones, carencias y virtudes que no le tuvo miedo a las dificultades ni a la pólvora. Un hombre que transformó al país y, que lo hubiera puesto en los senderos del desarrollo definitivo e irreversible, sino hubiese sido víctima de la maledicencia humana. Para Carlos Andrés Pérez, el socialismo democrático fue la constante reforma de la sociedad, siempre sujeta a principios de justicia social, en un ambiente de libertad y de sano idealismo. Desechaba el exagerado pragmatismo porque, a su juicio, debilitaba el futuro, dogmatizaba procesos eminentemente dinámicos, dialécticos y sin verdades absolutas. A ello debemos, dos estilos de gobierno, adaptados a la evolución permanente del pensamiento y el desarrollo de los pueblos. De ahí, que sea difícil conseguir un precedente a la obra social de los gobiernos de Carlos Andrés Pérez. Su huella profunda a todo lo ancho de la extensa topografía nacional, así lo demuestra. Su acción redentora llegó hasta el más apartado rincón venezolano.
Sólo la ignorancia o la mezquindad política podrían negar su grandeza. Adelantó en 14 años la terminación de la Presa Raúl Leoni (Guri), puso en ejecución La Planta Centro Morón. Echó a andar las industrias del aluminio de Venalum y de Interalúmina. Impulsó el Plan IV de Sidor, así como se empeñó en promover el desarrollo de la agricultura y la agroindustria, mediante la democratización del crédito a través de organismos creados con tal fin, mientras que, al mismo tiempo, fomentó la pequeña y mediana industria gracias a otra de sus iniciativas fundamentales: CORPOINDUSTRIA. Construyó un gran número de acueductos regionales y el complejo de Turimiquiri. Incrementó considerablemente la capacidad del sistema eléctrico, ejemplo está el de Nueva Esparta, la Planta Luisa Cáceres y el primer cable submarino, que originó la creación del Puerto Libre y el desarrollo del Estado Nueva Esparta, por cierto hoy destrozado. Que decir, de la nacionalización del petróleo y del hierro. En educación, basta nombrar el Plan Mariscal de Ayacucho, para que no haya parangón alguno con su obra. Muy larga sería esta nota, si nos detuviéramos a nombrarlas todas.
Platón dejó para la posteridad una sentencia: “Siempre ha sido posible para los individuos con un esfuerzo supremamente humano detener el proceso de decadencia de las sociedades. En Venezuela desde 1945 un esfuerzo de esa magnitud fue necesario hacer por Betancourt y los líderes demócratas de ese país, en los que destaca Carlos Andrés Pérez; Pero lamentablemente, fracasó en su segundo intento. Consecuencia de la envidia, de los odios incubados en las axilas por los derrotados en su primer intento, con las armas y políticamente. Los notables, náufragos del rencor, esperaron el momento para vaciarlos en venganza personal y política. Planificaron varios actos de política de albañal y de fuerza, donde se cuenta el criminal golpe fracasado, del 4 de febrero de 1992, que detuvo el proceso más serio y coherente intentado en Venezuela, para diversificar la economía y salir del subdesarrollo. Ya tenemos un cuarto de siglo de atraso por aquel zarpazo militar.
La vigencia y presencia de Carlos Andrés Pérez en la vida nacional es una necesidad histórica. Es indispensable en la situación actual, para solucionar la crisis que estamos viviendo, un profundo cambio de actitud, una revolución mental que vemos plasmada en la figura de ese gran conductor social. El mejor honor que podemos realizarle a ese extraordinario estadista, quien fue el primer presidente en llegar dos veces al mandato por voto popular, es la, asumir su ejemplo, detener esta decadencia, unificar el ciclo que fue fracturado por este retroceso anti histórica que sufrimos y emprender el rescate de Venezuela, a partir de una alianza social, donde proyectemos lo que pretendemos sea la patria en las próximas décadas. La labor de los progenitores de la democracia no puede seguir extraviada. Manos a la obra!
@cesarmalave53