“Yo no quiero nada con política”. Cuántas veces no hemos oído esta expresión de gente buena, que quiere trabajar por alguna causa pero que considera que la “política es mala”. Tal vez porque conocemos políticos malos, pero resulta que el papa Francisco, en su última encíclica Fratelli Tutti (Todos hermanos) nos habla de la “mejor política” y reivindica esa dimensión de la vida en sociedad.
La buena política, dice el Papa, “busca caminos de construcción de comunidades en los distintos niveles de la vida social, en orden de equilibrar y reorientar la globalización para evitar sus efectos disgregantes” (182) Y añade “La caridad política se expresa también en la apertura de todos. Principalmente a aquel a quien le toca gobernar, está llamado a renuncias que hagan posible el encuentro… Sabe escuchar el punto de vista del otro, facilitando que todos tengan espacio”
O sea, que la buena política es inclusiva, vela por todos, escucha al otro. ¿Qué tal si en Venezuela los que les toca gobernar escucharan?
Política de la buena, nos dice el Papa, es aquella que se preocupa por el bien común… Y por eso Francisco menciona la urgencia en repensar nuestra relación con la naturaleza, en mirar nuestros estilos de vida que acaban con el ambiente, en la necesidad de fomentar la solidaridad entre los seres humanos en contra de la indiferencia que discrimina.
¿No nos hace falta esa política aquí en Venezuela? Desde la micro política, esa que hace el dirigente comunitario, hasta la macro, las que deben hacer los que toman las grandes decisiones en el país. Sobran los ejemplos de la necesidad de la política de la buena: política para llegar a acuerdos nacionales y salvar la educación; política de la buena para parar el ecocidio que acaba con los ríos y las selvas en el Estado Bolívar, esos territorios que los hermanos indígenas han cuidado por siglos y ahora los deterioran de manera acelerada con la sed del oro-; política de la buena se necesita para que los actuales dirigentes, de la franela del color que sea, vean los grandes y graves problemas como la inseguridad alimentaria que está matando niños lentamente…
En la Laudato Si, en el capítulo II, el Papa dice cosas muy interesantes sobre la política, destacamos algunas. “…el marco político e institucional no existe sólo para evitar malas prácticas sino también para alentar las mejores prácticas, para estimular la creatividad que busca nuevos caminos, para facilitar las iniciativas personales y colectivas” Pues mucha creatividad que le hace a los políticos de este país, tenemos el juego trancado con el agravante de que la emergencia humanitaria compleja deja víctimas, urge pensar en grandes para ahorrar sufrimientos.
Nos dice también Francisco en la Laudato Si, (172) que “La grandeza política se muestra cuando, en momentos difíciles, se obra por grandes principios y pensando en el bien común a largo plazo. Al poder político le cuesta mucho asumir este deber en un proyecto de nación”
Venezuela necesita de grandes políticos para que hagan política en grande, con P mayúscula. Es verdad que hay que ocuparse del ahora, pero hay que poner mirar más allá. ¿Es solución acabar con los ríos de Guayana por sacar oro para enriquecerse hoy unos cuantos? Por ejemplo. ¿Es tan difícil o buscar elementos que nos afectan a todos y ponerse de acuerdo en beneficio del bien común?
Seguimos con Francisco, “Si la política no es capaz de romper una lógica perversa, y también queda subsumida en discursos empobrecidos, seguiremos sin afrontar los grandes problemas de la humanidad” (197) Cambie usted la palabra “humanidad” y ponga “los problemas del país” y parece que estuviera hablando para nosotros. Discursos empobrecidos abundan en este país.
En fin, la Política es una dimensión muy importante para la sociedad. La buena política es necesaria para construir el bien común. Venezuela está urgida de buena política y de buenos políticos,
@luisaconpaz