Carlos Casanova: El Parlamento y su transformación comunal

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La revolución socialista, llamada del siglo XXI, es un proceso de involución que transforma las instituciones que hemos conocido, hasta desaparecerlas, para que surjan las nuevas; de igual forma, se verifica el proceso de eliminación de derechos individuales. Liquidaron la autonomía de estados y municipios, así como de los poderes públicos, vaciaron el contenido de la Constitución, para construir el modelo de dominación de pensamiento único.

Los poderes públicos nacionales perdieron su autonomía funcional, todos sirven al propósito de concretar el proyecto revolucionario (todo dentro de la revolución, nada fuera de ella); la Asamblea Nacional, único poder que no controlaban, la inhabilitaron por vía del TSJ; sustituyeron la doctrina militar, asimilando el socialismo como juramento; cambiaron la forma de gobierno. Todos los órganos de control fiscal, administrativo y judicial, que deben ejercerlo sobre el gobierno, ya no cumplen esa función.

La Asamblea Nacional, que hemos conocido desde la aprobación de la Constitución de 1999, que fue primero Congreso de la República, se transformará en Parlamento comunal el próximo año. La premisa que debemos tener clara los opositores demócratas es que este modelo que se impone excluye toda forma de pensamiento plural, para ir sobre el pensamiento único, en razón a que, declarada Venezuela como Estado socialista, lo que no lo sea será ilegal.

Así tenemos que, el 5 de enero del 2021, se instalará la nueva Asamblea Nacional, y el 4 de febrero está convocado el bloque histórico socialista para aprobar el nuevo sistema de gobierno popular. ¿Qué le puede hacer pensar a usted que la AN no será transformada, si es lo único que falta por transfigurar?

Pues bien, la revolución propone y dice que ya fue consultado con el pueblo por vía de los consejos comunales, que el parlamento “necesita formas novedosas para su actuar”, de esas consultas surgirá lo que denominan “para que sea el pueblo el que elabore un programa de cambios de la Asamblea Nacional”.

Con este cuento dicen tener 60 mil propuestas, que incluyen leyes y reformas, la excusa la de siempre, no son ellos sino el pueblo. Ahora bien, definieron 12 leyes para iniciar, entre las que se encuentran la ley de ciudades comunales y la ley del parlamento comunal.

Con la primera dibujarán una nueva geometría del poder, y con la segunda el parlamento comunal, que tendrá distribución territorial y funcionará verticalmente con el propósito de construir el socialismo, de donde la AN que se elige quedará subsumida en el nuevo parlamento comunal, que para la revolución tiene más importancia, toda vez que formó parte de la reforma constitucional propuesta por Chávez en el 2007, y que fue rechazada por el ciudadano, es decir el parlamento comunal es el proyecto final, y no la Asamblea Nacional que hemos conocido.

El Gobierno, para lograr este último objetivo, se jugó unas cartas, que a su vez llevan a la oposición a la ilegalidad. La primera, les expropió a los militantes sus partidos y se los entregó a los que se acordaron con el Gobierno; dicho de otra forma, se quedaron sin partidos, y los que los asumieron se quedarán sin ellos cuando entre en vigor el parlamento comunal, toda vez que allí no existirá representación partidista.

Es importante tener claridad de los retos que tenemos enfrente.

Dios nos bendice.

Carlos Casanova, director del Centro de Estudios de Frontera e Integración de la Universidad de Los Andes, (CEFI)

 

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