Luego de una larga vida llena de experiencias, las personas de la tercera edad merecen disfrutar de los resultados de todo el arduo trabajo que realizaron durante tantos años. Merecen tranquilidad, respeto, una vida digna, con ingresos que le permitan cubrir los gastos básicos. Sin embargo, hoy en Venezuela la mayoría de los abuelos padecen la crisis y los problemas que ha causado el régimen con su corrupción e ineptitud.
La difícil situación en la que se encuentran las personas mayores en el país es preocupante. Son una población vulnerable que no debe estar expuesta a graves problemáticas, como la falla constante de los servicios, la inflación o la escasez de medicinas. El dinero que perciben con la jubilación o la pensión es tan bajo que no les alcanza para comprar ni siquiera la medicina para la tensión, mucho menos para poder tener una alimentación que cubra necesidades. Y al régimen no le importa esta miseria, solo siguen aferrados al poder, enriqueciendo sus bolsillos.
En la actualidad, la mayoría de los jubilados y pensionados depende de la ayuda de sus familiares cercanos, tanto quienes están en el país como de aquellos que migraron, pero aun así sus condiciones son bastante precarias y lamentables. Es común que en algunos hogares los abuelos dejen de comer una o dos veces al día para que sus nietos puedan alimentarse, al igual que los casos de personas de la tercera edad que pasan por problemas graves de salud por no poder adquirir o conseguir medicamentos.
Contrario a la realidad actual, todos los trabajadores venezolanos tienen derecho a percibir una jubilación y pensión dignas, que les permita vivir sus últimos años con comodidad y calma. No son un regalo como quiere hacer creer el régimen, son una compensación por todos sus años de esfuerzo y trabajo. Este es un tema de justicia social que es vital para tener una sociedad que avance al progreso.
Por si fueran pocas las dificultades, los abuelos también sufren por el país que perdieron. Atrás quedaron épocas mejores, los recuerdos son cambiados por las preocupaciones del día a día. Muchos han tenido hasta que vender sus electrodomésticos y demás bienes para poder sobrevivir. Además, también se alarman ante el futuro que puedan dejarle a sus hijos y nietos, porque el destino parece negro e incierto.
Por eso, los venezolanos no vamos a rendirnos ante aquellos que tanto sufrimiento han causado. Nuestra causa para regresar la democracia a Venezuela, es para que nuestros abuelos y todos los ciudadanos puedan vivir mejor y tener condiciones decentes. Le pondremos un alto a la pobreza, la desigualdad y el hambre. Debemos trabajar para hacer realidad el cambio político y social que queremos y reconstruir a Venezuela. Solo así viviremos en una tierra llena de progreso social, desarrollo, donde jubilarse no sea un problema más, si no un derecho para gozar de un retiro digno. Seguiremos luchando sin descanso, hasta lograr nuestra meta.