Si las circunstancias del día 6 le son propicias al Gobierno y obtiene él solo los 2/3 de la AN, habría que analizar la legitimidad del resultado. Si la abstención es demasiado grande, el resultado probablemente representaría el descreimiento generalizado acerca del voto y el tipo de democracia que nos ha impuesto el Gobierno y su partido PSUV, que solo sirve a las élites que nos gobiernan.
En caso contrario, si la votación es masiva y el resultado no favorece al Gobierno y la mayoría de la an queda del lado de la oposición no genuflexa a Washington─ lo que no es descartable─, habría ocurrido un acontecimiento de singular importancia: El resultado se habría obtenido mediante la participación activa del país y por medio del voto.
Aun si esto ocurriera el Presidente Maduro no saldría de Miraflores. Tampoco comenzaría a arreglarse automáticamente la economía del país ni los trabajadores comenzarán a discutir sus convenciones colectivas y a decidir si mueren o no de mengua por la política salarial impuesta por el gobierno, como por ejemplo el decreto 2792. No se trata de un referendo revocatorio ni una elección presidencial, por tal razón, no tiene sentido pensar en no votar porque Maduro no sale con votos. Lo que debería interesarnos a los ciudadanos, sería impedir que la AN que caiga también en poder del Gobierno y rescatarla de esa oposición que la usa como coartada para pedir sanciones contra venezolanas y venezolanos de a pie.
Algunas implicaciones
- Derrota política para el Gobierno. Lo trascendente en este caso es que el resultado se habría producido mediante el voto popular, pacíficamente, sin violencia ni intervencionismo extranjero.
- Derrota política para esa oposición que pide que nos invadan. Con la participación representativa del país en la elección, esa oposición quedaría aislada y balbuceando incoherencias de su exclusivo interés. No podrían justificar su tesis de la ilegitimidad adelantada del voto argumentando el CNE tuerce la voluntad de los electores con las máquinas de votación y otras argucias.
- Los venezolanos experimentarían un cambio de perspectiva respecto de la relevancia del voto como forma pacífica de resolver asuntos políticos importantes que afectan la vida del país. Quizá podríamos comenzar a recuperar la confianza en métodos democráticos para ver qué hacemos con nuestro país, sin violencia y sin intervenciones extranjeras.
- De ocurrir este resultado los ciudadanos se animarían a participar en elecciones de gobernadores, de alcaldes y concejos legislativos para oponerse al dominio absolutista y totalitario que ejercen el Gobierno y su partido sobre los ciudadanos. Sería un nuevo comienzo para democratizar el ejercicio del poder político en el país.
- Este cambio de perspectivas en los ciudadanos hacia el voto podría preludiar un cambio constitucional de presidente.
¿Es esto posible?
No es impensable una derrota del gobierno el o6 de diciembre y que no logre los 2/3 de la AN, aun con todas las artimañas, abusos y recursos de los que dispone.
Algunos signos sugieren que el gobierno y el partido de gobierno no saldrán airosos en diciembre. La prisa por Aprobar la Ley Antibloqueo que únicamente permitiría bloquear una AN posiblemente adversa y, hasta la propia Constitución, es una dramática muestra. Hay miedo en las cúpulas gubernamentales. Varios sondeos de opinión nos dicen que el Pueblo quiere votar y expresar su descontento con la no-vida que se le impone desde aquí dentro de nuestras fronteras, tanto como desde Estados Unidos donde no creen mucho en la voluntad de los ciudadanos. Una votación masiva de mas del 60% manifestando su malestar acabaría con los planes de Maduro y del PSUV de controlar la AN del mismo modo, solito, tal y como lo hace con los otros poderes y toda la institucionalidad del país. Los descontentos saldrían a votar contra el mal gobierno.
Por qué votar y por quién votar.
La trascendencia de que la mayoría de la AN quede del lado de la oposición no genuflexa a Washington, debió ser la razón para votar el 06 de diciembre. Rescatar la AN de la férula de la oposición genuflexa que hoy negoció CITGO y otros activos del país, además de impedir que las élites oficialistas que alguna vez tuvieron el control absoluto de la AN (en 2005) y dilapidaron ese poder de transformación del país, repitan de nuevo la experiencia para su propio provecho.
Y no solo hay razón para votar, también hay dignas venezolanas y venezolanos que merecen nuestra confianza y nuestro voto.
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