“Vamos a demostrarle una vez más al imperialismo norteamericano y a la gente que le sirve, que nosotros somos soberanos y libres y que vamos a seguir siéndolo. Pero para ello se requiere de mucha fuerza unitaria, conocimiento moral, conciencia, entendimiento y acción conjunta de trabajo”. Hugo Rafael Chávez Frías. (Primer Gabinete Móvil Comunal, Teatro Teresa Carreño, 6 de febrero de 2006)
Si en algo es experto el imperio norteamericano es en utilizar sus fichas y sus alfiles entrenados para entrar en acción en cualquier momento oportuno y cumplir así el papel asignado, en el guion de la obra que necesitan ejecutar en un momento determinado, en cualquier país de la tierra.
El juego de poder va tejiendo su entramado y avalado por las élites que verdaderamente dominan el mundo, se lanzan para clavar sus garras en la presa elegida y sacar el mayor provecho posible de cualquier oportunidad que se les presente en el escenario mundial.
Una vez superada la coyuntura interna de definir las piezas de su propia nación, tal como acaba de ocurrir recientemente en el escenario político norteamericano, el plan macro sigue en su ejecución y si bien cuenta con nuevas caras en el tablero geopolítico, también se lanza a sacar el mayor provecho de las nuevas circunstancias mundiales.
Los mecanismos hasta ahora manejados han cumplido en parte su objetivo, pero el desgaste y la madurez de los pueblos han acelerado un nuevo cambio de estrategias y por ello intentan ahora adaptarse a las nuevas coyunturas, tal como ocurre en el escenario latinoamericano y en especial en Venezuela, donde se realizarán elecciones para la Asamblea Nacional en los próximos días.
Nuestro país, en el marco de la Revolución Bolivariana, se apresta a celebrar unas elecciones parlamentarias que se suman a los 25 procesos que se han efectuado en los últimos 20 años, después de la llegada al poder del Comandante Hugo Chávez Frías.
El trance vivido por el pueblo venezolano en estos últimos años no ha sido fácil. Los más variados intentos de golpes de Estado, magnicidios y guarimbas han sido ensayados sin éxito, hasta buscar los más diversos mecanismos de negociación con el Gobierno del Presidente Nicolás Maduro.
El proceso Bolivariano y con él, el pueblo venezolano han resistido con valor a una guerra híbrida, hasta avizorar el desgaste de una oposición con los más descarados métodos de sumisión y de lacayismo, que jamás había vivido nuestro país en los último cien años de vida republicana.
Lo que estará en juego el próximo 6 de diciembre no es un simple cambio de actores y el fin de un lustro de fracasos y de entregas descaradas lideradas por Guaidó, de nuestros pasivos y riquezas al imperio norteamericano y a sus secuaces europeos.
¡No! lo que estará en juego el próximo domingo 6 de diciembre es el fin de una política fracasada de una oposición arrastrada y corrupta, que tira sus salvavidas y ve la estampida de ratas que abandonan el barco y huyen despavoridas, en busca de una guarida protectora.
Y como dice la vieja sentencia política “a rey muerto rey puesto”, los grupos de poder, quienes siempre han sido mutantes, ante esta nueva coyuntura en la Venezuela de Chávez y Bolívar, se lanzan a la búsqueda de una nueva estrategia para dejar a la deriva a los usados “condones del imperio”.
Ya veremos si el Gobierno Revolucionario del Presidente Nicolás Maduro, por la exigencia de un pueblo que ha soportado con estoicismo los últimos años de estrangulamiento económico, sanciones y bloqueo, pasará factura a lacayos que como Guaidó y demás agentes del imperio, nos llevaron a este desastre en el cual se encuentra nuestro país.
A todo ello se suma – desde luego – la satánica manipulación del dólar, estrategia económica de la oposición la cual ha hecho mella en el bolsillo del pueblo venezolano y que nos ha sumido en niveles de miseria y de postración, jamás vividos en los últimos años por el pueblo venezolano.
Tal como ocurrió en las pasadas elecciones parlamentarias las cuales llevaron a los verdugos como Ramos Allup, Julio Borges, Ismael García, hermanos Guanipa, Florido y su combo amarillo y los anaranjados de Leopoldo López a la “malnacida” Asamblea Nacional gracias a su última cola.
Ahora, ante estas nuevas elecciones parlamentarias, la oposición entreguista ha cambiado de matiz y luego de los esfuerzos del Gobierno del Presidente Maduro, por buscar una negociación en mesas de diálogo, han optado por participar en unas elecciones, ahora disfrazados de corderos y con nuevas figuras (algunas no tan nuevas) para ir a medirse en una contienda electoral.
Su trayectoria no es desconocida y la estrategia con la cual pretenden recoger el descontento de los venezolanos, golpeados por una crisis económica provocada; ahora busca como en la “última cola”, recoger los votos y llegar de nuevo a la Asamblea Nacional.
El desgaste y el descontento se han acrecentado en nuestro país y la madurez del pueblo venezolano se pone de nuevo a prueba el próximo domingo 6 de diciembre.
Paralelamente a la conducta de los zamuros de la oposición, que si bien cambia de figuras, aunque en el fondo sean los mismos, los formados por el imperio para ser serviles y lacayos, en nombre de una falsa democracia a la cual dicen defender.
No debemos llamarnos a engaño. Los nuevos actores que sustituyen las caras de los hijos de papi y mami y quienes estaban liderando la oposición, dirigidos desde la Casa Blanca por Donald Trump, ahora sucumben y hacen lobbies de manera desesperada, en los pasillos del Capitolio en Washington.
Gracias a las bondades de la Revolución, viejos líderes encantadores de serpientes y también sumisos al imperio, aparecen ahora a pescar en rio revuelto y a recoger los votos del descontento, de un pueblo castigado por ellos mismos, gracias a su entreguismo y su sumisión.
Así como el Presidente Nicolás Maduro dibujo con acierto, desde un primer momento el perfil de Juan Guaido, al momento de autoproclamarse- como “hijo de la CIA” – así debería tener ya en sus manos, las fichas de los nuevos opositores, quienes aspiran estar en los asientos del nuevo parlamento venezolano.
En las elecciones del domingo están habilitados 107 organización políticas y acudirán a votar el próximo 6 de diciembre los 20.710.421 venezolanos para elegir a 277 diputados a la Asamblea Nacional. Alianza Democrática formada por los partidos de oposición Acción Democrática (AD), Copei, Esperanza por el Cambio, Cambiemos y Avanzada Progresista, estarán en los próximos comicios. También la Gran Polo Patriótico, Alianza Venezuela Unida y la Alternativa Popular Revolucionaria, entre otros partidos.
Líderes como Timoteo Zambrano, Claudio Fermín, José Brito, Javier Bertucci y Bernabé Gutiérrez y socialcristianos de Copei, como Enrique Mendoza y Carlos Melo (ahora en AD), han desfilado por organizaciones de Washington, en tiempos no muy lejanos, para ser financiados por trasnacionales petroleras e incluidos en listas para recibir cursos y formación para servir al imperio, en el momento más oportuno (buscar archivos).
Igual ocurre con el otro arfil agazapado como JavierBertucci, financiado por las iglesias pentecostales y evangélicas del imperio (Al estilo Jair Bolzonaro) para esperar el momento de la jugada perfecta.
Ejemplos no sobran y existen muy recientes en América Latina, como en los casos de Lenin Moreno en Ecuador y Jeanine Añez de Bolivia.
Los alfiles del imperio están listos para cumplir su nuevo papel en la venidera Asamblea Nacional y la Revolución Bolivariana nuevamente se somete a una prueba, para esperar la decisión salomónica y consciente que tomará el pueblo venezolano, en la nueva jornada democrática del próximo domingo 6 de diciembre.
¡Amanecerá y veremos!