Container en el puerto La Guaira | Foto archivo
El régimen Nicolás Maduro comenzó a promover en Venezuela que sean los empresarios quienes exporten e importen desde países de Asia y Oriente Medio, como un mejor método para sortear las sanciones de Estados Unidos al reducir el protagonismo de entes públicos en el intercambio internacional, dijeron cuatro fuentes conocedoras de las conversaciones.
El plan que está en marcha ha conseguido ampliar las relaciones comerciales con países como Turquía e Irán, aliados de Maduro, que han enviado alimentos, medicinas y combustible a Venezuela a cambio de oro. Y también ha permitido a empresarios venezolanos vender productos en Irak, Malasia, India o Emiratos Árabes este año, indican datos portuarios.
La recién designada ministra de Finanzas, Delcy Rodríguez, llevaba cerca de un año adelantando la estrategia de abrir mercados para sortear un amplio paquetes de sanciones, señalaron las fuentes, lo que allanó el camino para que empresas privadas exporten mangos a Irán o importen pasta de Turquía.
Apenas asumió el cargo en septiembre, Rodríguez creó un viceministerio de comercio exterior para fijar las líneas de trabajo y meses antes había enviado colaboradores del mundo diplomático y abogados internacionales a países de Asia y Oriente Medio para promover la idea, según una revisión de decretos y documentos oficiales.
Canalizar el comercio a través de empresas privadas venezolanas hace que los negocios sean más atractivos para los socios extranjeros porque enfrentan un riesgo menor de violar las sanciones que al pactar directamente con el régimen, dijeron las fuentes. Las empresas locales que exportan frutas o frijoles también encuentran menos obstáculos al mover los negocios más allá de América o Europa, agregaron.
Si bien el volumen total de comercio sigue siendo bajo, es una muestra del esfuerzo del régimen de eludir las sanciones, mientras aguardan por la nueva administración de Biden, que ha dado pocas señales de preparar otras medidas a Maduro.
“Abrieron un nuevo juego. Están montando una nueva institucionalidad para enfrentar las sanciones“, dijo una fuente del sector financiero testigo de las discusiones. “Hay una transición de occidente a otros mercados en Asia y Medio Oriente. Con la diferencia que van a permitir a privados internacionales y locales participar de los negocios sin que esté el gobierno involucrado”, agregó.
Rodríguez, junto a asesores expertos en diplomacia, han estado participando en foros virtuales y reuniones con empresas locales y extranjeras para discutir el comercio exterior, según fuentes consultadas y documentos públicos.
La actitud de los funcionarios representa un paso más en el abandono de los férreos controles del Estado sobre la economía por parte de un régimen que por años mantuvo regulaciones, nacionalizó empresas y también se interesó en participar en todos los negocios con naciones aliadas.
“He autorizado legalmente la exportación de hasta 30% de los productos. Vamos a convertir a Venezuela en un país exportador”, dijo Maduro en una alocución hace dos meses, lo que contrasta con los muchos años que su equipo restringió la salida al extranjero de alimentos y puso trabas al manejo de divisas.
Los ministerios de Información y Finanzas no respondieron a las solicitudes de comentarios.
Los pactos comerciales con naciones más lejanas se reflejan en los datos proporcionados por Import Genius, una firma de asesoría que recopila registros aduaneros para la industria de importación y exportación. Las cifras muestran volúmenes, pero no los valores monetarios asociados.
Según esos registros, este año al menos unas 35 compañías venezolanas realizaron compras en Turquía en los primeros seis meses del año, cuando solo 7 de ellas ya lo habían hecho el año pasado. Las empresas trajeron 140.000 toneladas de productos que incluyen pasta, aceite y carne enlatada a junio de 2020.
Cuspal, el ente estatal que en 2018 y 2019 había importado bienes de Turquía detuvo este año las importaciones desde ese país, muestran los datos. Pero alimentos turcos se ofrecieron en noviembre a trabajadores de entes públicos en programas de ventas de comida. El Ministerio de Alimentación, que supervisa a Cuspal, no respondió a una solicitud de comentarios.
Una empresa llamada Casa Fresca envió en julio 122 toneladas de mangos y 200 toneladas de piñas a Irán, dijo la directora ejecutiva de la empresa, Luz Rodríguez, a la televisión estatal en agosto, y agregó que el objetivo de la empresa es exportar frutas exóticas a Oriente Medio.
La directora ejecutiva y Casa Fresca no respondieron a solicitudes de comentarios.
En contravía, el Grupo Freemed, que se describe como un importador y distribuidor de alimentos, medicinas y cosméticos, importó este año 4,6 toneladas de sildenafil, utilizado para tratar la disfunción eréctil, según datos portuarios. A través de una cuenta de Instagram, ofrece también medicamentos para la hipertensión y el corazón fabricados por laboratorios iraníes.
Freemed no respondió a una solicitud de comentarios.
En julio, una empresa iraní instaló un supermercado, que vende en gran medida productos de ese país, en un local que perteneció a una cadena de supermercados expropiada por el régimen en 2010. En la inauguración, transmitida por la televisión estatal, estuvo Delcy Rodríguez.
Venezuela no compraba mercancía a Irán desde 2006 y a junio de este año empresas importaron más de 2.000 toneladas de comida y medicinas, según registros portuarios de Import Genius.
Con Irak, una nación con la que no se tenía vinculación comercial desde hace década, un grupo de ganaderos concretó dos veces la venta de carne en 2020. Esa operación contó con ayuda del régimen, dijo una fuente del sector agrícola.
Productores exportaron a Malasia, India, Filipinas, Turquía, Emiratos Árabes, y por primera vez, 10.700 toneladas de frijoles chinos. Otro grupo de empresarios vendió hasta junio 12.000 toneladas de camarones en mercados en Asia, seis veces más de lo que despachó a esa región en el mismo período de 2019.
Reuters