El Momento más oscuro de la noche, es siempre aquel Que precede al día.
Sólo nos queda la alternativa de la Unión para el Progreso para intentar salvar a Venezuela.
La Ruta escogida por Leopoldo López, María Corina Machado, Antonio Ledezma, Juan Guaidó, el G4 y el frente amplio (No Votó), aunque ampliamente favorecida por los resultados del 6 de diciembre, al ganar la abstención, no pareciera cambiar significativamente el cuadro político nacional. La derrota de Donald Trump en las elecciones presidenciales norteamericanas los dejó sin su principal mecanismo de presión política internacional (Todas las cartas están sobre la mesa) y nos llevó a un callejón que nos conduce al abismo y que sólo tiene como alternativa profundizar dichos métodos de lucha, escalar el conflicto y allí el régimen pareciera tener todas las de ganar como efectivamente ha ocurrido hasta ahora.
Las estrategias (Pro Voto) también resultaron ineficaces, cuando el régimen: 1ero obtuvo un mayoría significativa para la nueva asamblea nacional y su estrategia de capturar, intervenir mediante el TSJ a los partidos más grandes e importantes y convertirlos en sus satélites o por lo menos en instrumentos eunucos (Copei, AD, Primero Justicia, Voluntad Popular) de él, le garantizan su permanencia hegemónica.
Otros Partidos como Avanzada Progresista de Henry Falcón, el MÁS de Felipe Mujica. Soluciones de Claudio Fermín, entraron en un proceso de reducción electoral significativa y de poca importancia en sus aportes “políticos”
UNT de Manuel Rosales y Fuerza por el Cambio de Henrique Capriles se retiraron de la contienda electoral (elecciones parlamentarias) para no contarse e intentar preservarse para las elecciones de Alcaldes y Gobernadores.
La Propuesta de Eduardo Fernández y Mercedes Malavé, la plataforma electoral Unión Progreso no consiguió romper la aguda polarización y diferenciarse, pero a pasar de la escasez de recursos, el poco tiempo de que dispuso y todas las dificultades que tuvo que sortear pudo lograr 53.000 votos en todo el país.
La profundización de la crisis económica y social, pareciera inevitable, al colapsar del modelo rentista (La destrucción estructural de la estatal petrolera Pdvsa) deja al país sin su principal y casi única fuente de ingresos y lo convierte de productor a importador de derivados del petróleo, las industrias del hierro y el aluminio están paralizadas, el sistema eléctrico amenazado de parálisis estructural y sin opciones de reactivación económica del sector productivo nacional en el corto y mediano plazo.
Los sueños faraónicos de utilizar la explotación del oro, el coltán y los diamantes presentes en el arco minero parecieran, en función de sus resultados, hasta ahora más propaganda que realidad y no está en capacidad de generar los 40 mil millones de dólares anuales que el Estado venezolano necesita para operar en su mínima expresión.
El régimen no logra sortear, entre otras cosas por sus métodos reñidos con el abuso, la violencia y la represión, la arbitrariedad y el desconocimiento de los procedimientos institucionales y democráticos, de respeto a los derechos humanos y de transparencia administrativa el amplio rechazo que genera en la comunidad internacional.
Nos Toca continuar el camino de la maxidevaluación y la hiperinflación, al no cambiar sus políticas económicas será el 2021 el octavo año de caída del producto interno bruto (PIB), de contracción económica y recesión, en el corto plazo emitirán posiblemente un nuevo cono monetario, aplicaran una nueva reconversión monetarias (eliminaran 6 ceros más al Bolívar) y todo seguirá igual o peor.
Para los que apostamos a otras opciones y no vemos la emigración (el exilio forzado) como única salida seguiremos intentando reconstruir el tejido orgánico de la democracia que son los partidos políticos y concentramos nuestros mejores esfuerzos en organizar, estructurar, convertir a Unión Progreso en una real referencia y alternativa política nacional, no será fácil, nada lo será en la Venezuela de Hoy, pero intentaremos desarrollar planteamientos y propuestas que convenzan y movilicen, es tiempo de confluencias, de intentar novedosas alianzas estratégicas, construcción de nuevos consensos. Lo contrario es la perpetuación de un modelo político que ha llevado al país a su peor situación en los últimos 100 años.
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