El 13 de diciembre, estaban los restos del Libertador Simón Bolívar frente a La Guaira, esperando varias embarcaciones nacionales y extranjeras con sus banderas a media asta, para agregarse al gran cortejo naval.
El día 15 fue bajado a tierra el ataúd, el general Juan Uslar, llegó de Valencia, portando el uniforme con el que combatió al lado de Bolívar, cuyos restos pernoctaron en la iglesia de ese puerto.
El día 16, lo subieron a Caracas en una extraordinaria procesión, pernoctando en la iglesia de la Santísima Trinidad (hoy Panteón Nacional).
El pueblo de Caracas acompañó a su eximio hijo detrás del gran carruaje construido en París; todas las calles, casas y ciudadanos mostraban riguroso luto; la gran parada militar, la comandó el siempre leal general Rafael Urdaneta, con su uniforme de gala y el sable que le regaló Bolívar.