La leche de burra, en Venezuela comenzó a elaborarse hace muchos años en el estado Falcón.
Al pasar el tiempo se sustituyó el azúcar y la leche, por leche condensada y leche evaporada, fue tan popularizada que actualmente se hace en todo país.
Durante las fiestas navideñas en Venezuela y el estado Trujillo es muy típico consumir un ponche navideño que comercialmente se conoce con el nombre de Ponche Crema, que es una marca registrada y se consigue a la venta en licorerías y supermercados. Este ponche también es conocido popularmente como Leche de Burra cuando se prepara artesanalmente en casa, pero ya por costumbre se le llama Ponche Crema, aún cuando no corresponda a la bebida embotellada que se expende en los comercios.
Dicen que Popea, la mujer de Nerón, viajaba siempre con quinientas burras paridas para bañarse en su leche. Así era la buena fama que tenía la reputada leche de burra, utilizada contra la tisis, para corregir irritaciones intestinales y combatir afecciones nerviosas. Aseguran que es muy parecida a la leche materna, aunque un poco más ligera, contiene menos nata y caseína que la de vaca y para que sea de calidad debe provenir de animales jóvenes, sanos, recién paridos.
Pero a lo que vamos a referirnos ahora es a otra leche de burra que de burra no tiene nada salvo el nombre. Porque, ¿qué significa leche de burra en Venezuela? De acuerdo al Diccionario de Venezolanismos, es “una bebida que se prepara con leche, huevos batidos, aguardiente y azúcar. Es típica de Los Andes”. Luego cita un testimonio de J. Caballero donde dice que es “un licor del campo, que se hace a base de leche cocinada con astillas de canela. A esto se le une un melado hecho con azúcar. Luego se le agregan huevos y al final el aguardiente”.
La palabra ponche tiene origen inglés, punch, y no tiene nada que ver con el ponche que se produce en el béisbol cuando el bateador no pueda darle a la bola. Era una bebida fría o caliente que se elaboraba con ron y almíbar o bien té, azúcar, especias y frutas. De ahí pasó al francés una vez que se autorizó la importación de ron de las Antillas, cosa que estaba prohibida antes de 1830 para que no compitiera con el coñac. Existen múltiples variantes de esta preparación, incluso algunas que se hacen con vino sauternes, vino blanco seco o champán, pero ninguna lleva leche. Lo más cercano es una versión italiana donde sobre un merengue de claras de huevo batidas se vierte un poco de ron al momento de servirlo.
El Tiempo de Valera