María Fernanda Escalona | Foto Efecto Cocuyo
Cuando María Fernanda Escalona tenía nueve años no soñaba con ser doctora, maestra o astronauta. Quería ser repostera.
Ella descubrió su pasión, a esa misma edad, luego de quedarse sola en su casa un día cualquiera. La vivaz joven aprovechó el momento para hacer una torta de naranja para reglársela a su mamá. “Mi mamá estaba contenta con la torta, pero no tanto por haber prendido el horno”, recuerda, María 30 años después.
Por Reynaldo Mozo Zambrano | Efecto Cocuyo
Oriunda del pueblo de Aguirre, ubicado en el estado Carabobo, actualmente vive en Bélgica. Cumplió su meta de ser repostera y chocolatera.
Su pasión e ímpetu la llevo a ganar en 2018, una medalla de bronce en el prestigioso concurso La Cuillére d´or en París. Ella era la única latina concursando.
María Fernanda relata que su primer acercamiento a la repostería llegó con revistas mensuales y programas de televisión culinarios. Claro, a principios de los años 90, no existían videos tutoriales en internet para aprender hacer una torta.
“Había un canal que se llamaba Casa Club TV y tenía un programa de cocina. Ese programa lo realizaba una chef española de postres y ella utilizaba las palabras de los productos que usaban en España. Me quedaba con la duda. Leyendo libros y revistas me fui interesando más, siempre me gustó la pastelería”, cuenta desde Bélgica.
Salir a cumplir un sueño
Mientras vivió en Venezuela, María no estudió ninguna carrera culinaria. Al contrario. Comenzó a estudiar ingeniería en la Universidad de Carabobo, carrera que no culminó cuando decidió irse del país en 2002.
Su meta era ir a Francia, la cuna de la pastelería del mundo. Antes de irse a Europa, María estudió francés en la Alianza Francesa venezolana. “Siempre tenía la vista puesta en que quería formarme en pastelería y por eso antes de irme hice un curso”, espeta.
Primero llegó a España. Años más tarde se trasladaría a Bélgica, con su esposo. También, fue el país se formó como una pastelera y repostera profesional.
“Estudié para obtener diplomas oficiales en pastelería, helados, postres de restaurantes, todo lo que pude hacer de pastelería lo hice”, dice.
El neerlandés no es un idioma fácil. Las barreras idiomáticas fueron una traba, mas no un problema. María se adaptó como pudo. A pesar de que su esposo es belga, la chocolatera venezolana desconocía absolutamente el idioma, de hecho, ellos se comunican en español.
Los profesores de María al ver su esfuerzo y dedicación en las clases, se comunicaban con ella en inglés. “Empecé un curso de holandés y me entendía en inglés con los profesores. Iba a clases de holandés por la mañana y en la noche iba a la escuela de pastelería y ellos estaban felices. Al año dominé el idioma”, explica.
La pastelera es egresada de la Escuela de Hostelería de la ciudad de Gante, en Bélgica. En cuatro años logró los diplomas oficiales en pastelería, chocolatería, postres de restaurant, pan artesano y maestro heladero.
Medalla de bronce en París
La ambición de la chocolatera venezolana no tiene límites. María Fernanda siempre quiso obtener un premio por sus trabajos en la repostería y chocolatería.
Pero le extrañaba que los galardones culinarios se entregaban generalmente a hombres. Por eso se marcó un nuevo reto. Ganarles a ellos también.
Tras terminar sus estudios en Bélgica, a la experta en pastelería le tocaba hacer unas pasantías. Decidió enviar su síntesis curricular a un prestigioso restaurante de Barcelona, España.
La venezolana fue aceptada para entrar en la práctica y meses después aprovechó para postularse como candidata del concurso La Cuillére d´or.
“Estando en práctica me confirmaron que había entrado al concurso y siempre lo quise hacer; casi siempre son los hombres los que van a ese tipo de concurso y era un reto para mí”, dice.
Gracias a los recuerdos de la tierra en donde nació y creció, María creó un postre que dejó boquiabiertos a los miembros del jurado. Incluso al reconocido chef pastelero Pierre Hermé.
Para ganar la medalla de bronce en la categoría profesional, la pastelera sorprendió con dos pasteles que tenían como principal ingrediente chocolate venezolano. “Fue una pieza artística de chocolate haciendo homenaje a mi querida Valencia”, expresa con alegría.
Además del chocolate como ingrediente base, María usó romero y naranja. La justificación de esos ingredientes se remonta a sus recuerdos en la casa de su abuela de Aguirre, que tenía arboles de naranja, mandarinas y guayabas.
“Era un homenaje a mi familia, a mi pueblo y a Venezuela”.
María Fernanda recuerda que al juez Hermé le gustaba mucho el chocolate de Venezuela; pero se maravilló por la historia detrás de la receta.
“Fue emocionante porque cumplí un sueño que tenía desde hace años, es un momento que voy a recordar toda la vida. Significó mucho. Mi familia estaba feliz porque sabía que yo tenía tiempo formándome con los mejores. Mi abuelita estaba súper contenta porque nombré al pueblo de Aguirre”.
Amor por la Sarrapia
La Sarrapia es uno de los secretos que esta premiada pastelera utiliza en sus postres. Aunque esta semilla abunda en el país, no es muy conocida dentro del territorio. En Europa sí es una de las favoritas.
De hecho, María Fernanda enfatiza que un postre que la defina tiene que llevar sarrapia, ser dulce, ácido, picante, con chocolate, ají dulce y una presentación en hoja de plátano.
“Principalmente apuesto por el chocolate porque Bélgica es reconocido por el chocolate. Acá hay tiendas de chocolates. Si hay un país donde sea perfecto para trabajar con chocolate es Bélgica. Es mejor llevar el nombre de Venezuela con el cacao y los ingredientes nuestros, y no solo hablo del cacao sino de la sarrapia, que es una semilla que en Venezuela no se conoce mucho y son ingredientes versátiles”.
El sueño de María Fernanda es hacer su propio chocolate. Mientras tanto, trabaja con chocolates El Rey y Franceschi. La mujer que tiene contacto directo con productores del cacao en Venezuela, reconoce el esfuerzo que hacen los productores para seguir cosechando el mejor cacao.
“El chocolate venezolano viene de los aromas del cacao. El cacao venezolano es muy aromático y cuando lo procesas puedes extraer las notas del cacao. Es un chocolate apreciado porque cuando el cacao lo convierten en chocolate y lo pruebas pueden sentir sus aromas; por ejemplo ,el cacao del sur del lago de Maracaibo tienen notas afrutadas, es como el vino, cuando lo pruebas puedes sentir esos sabores. Por eso el cacao venezolano es apreciado en Europa”, explica.
A pesar de tener muchos años fuera del país, María Fernanda le coloca un toque criollo a todos sus postres.
Una de las recomendaciones que hace para esta navidad es lo que ella llama “postre típico navideño”, que se compone de pequeñas porciones de dulce de lechosa, torta negra y helado de sarrapia.
“Esos son los sabores que me transportan a mi infancia, los de mi abuela, el dulce de lechosa, el arroz con leche y los arboles con frutas. Eso se me quedó muy dentro y por eso los coloco en mi trabajo porque allí está mi corazón, con los sabores de Venezuela”.