Los precios imposibles en la Navidad venezolana
Estos son algunos de los precios que consiguen los papás en calles y tiendas. La Playstation 5 cuesta 1.400 dólares, tres veces más que en EE UU y Europa.
Como todos los amantes de los videojuegos, la venezolana Génesis Rojas sueña con encontrar bajo su árbol de Navidad la Playstation 5, una consola que promete gráficos y velocidades nunca antes vistas en el universo “gaming”. Pero en Venezuela, este aparato es más que un lujo: es un regalo imposible, cuyo precio supera en tres veces al de Estados Unidos o Europa.
Los 400 dólares que cuesta en el resto de países se convierten en las tiendas del país caribeño en unos 1.400, un lujo que muy pocos se pueden permitir. Es el mismo dinero que se paga por un vehículo usado, por una motocicleta nueva o por un electrodoméstico de última generación.
“Me parece una exageración ese precio”, dice Rojas resignada. “Entiendo lo del traslado (envío) y todo eso, pero aún así me parece un precio súper exagerado. Al menos, aquí en Venezuela, sabiendo cómo está la situación (económica)”, añade la joven.
Caracas, la burbuja
Venezuela, otrora parada obligatoria para las grandes marcas y productos, atraviesa hace más de un lustro por la peor crisis de su historia moderna, con caída del PIB y alta inflación.
Con ese panorama, no siempre es fácil encontrar las novedades que inundan el mercado mundial, aunque en Caracas, una burbuja en la que poco se sienten los problemas en comparación con el resto del país, donde la crisis se expresa con mayor crudeza, la ansiada Playstation 5 se vende en varias tiendas.
En el llamado “centro de la tecnología” de Caracas, un edificio de varias plantas con decenas de tiendas especializadas en dispositivos electrónicos, una vendedora que prefiere el anonimato explica a Efe que ha vendido varias consolas de videojuegos desde que comenzó diciembre.
Pocas de ellas son Playstation 5, aunque algunas con precios que superan los 400 dólares pese a ser “viejas”. Este dato no deja de sorprender a la mujer, que reconoce que la crisis de Venezuela se entierra con los miles de dólares que se venden cada día en ese centro comercial.
“No lo sé”, dice encogiendo los hombros cuando se le pregunta por qué la nueva consola de Sony cuesta el triple en la tienda en que trabaja. “Yo solo la vendo”, agrega con la sonrisa de quien aspira a concretar una transacción.
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