En estos días de encierro, incertidumbre, hiperinflación y malestar por el mundo que nos rodea, además del nefasto régimen que gobierna a Venezuela, la televisión es nuestra más cercana compañera. Los canales de Venezuela, la mayoría de propaganda, excepción hecha de Vale TV, IVC y algunos y escogidos programas de Televen, nos podríamos morir del aburrimiento si decidiéramos ver los de la propaganda gubernamental. La televisión por cable o satelital, -no sabemos si está consciente de su importancia en estos días- era el consuelo. Mención aparte merece la televisión simple, como acertadamente decidieron llamar a lo que fuera una distribuidora de las transmisiones: DIRECTV. En efecto, hemos pasado del Primer Mundo en TV al 4to mundo, prácticamente con este desastre. Obviamente, colapsados por hacer las cosas de manera atribulada y seguramente siguiendo las instrucciones de gente vinculada al régimen, ¿son ellos mismos? No tienen sentido común. Además les encanta que la gente sufra y se mortifique, medio sádicos, ellos. Sin embargo, no es de eso que deberían tratar las palabras de hoy, contradictorios lectores, el título refiere a los conocidos “Talk Show”. Algunos los conocen como “debates en grupo”; otros se refieren a “shows en vivo”; la cuestión es que los tales programas distraen bastante, y pueden llegar a entretener en algunos casos en los que, los analizamos con cierta ecuanimidad. En Venezuela, hay varios producidos aquí y que resultan interesantes, gracias a las conductoras “Se ha dicho”, “Palabra Final” “Cartas del Corazón”; de las que recuerdo y los que llegan por vía de los canales internacionales: ¿Quién tiene la razón? Y Casos de Familia. Con sus respectivas conductoras. Dra. Nancy es clase aparte.
Hemos sacado algunas conclusiones empíricas, de la observación: predominan los latinos en su exposición de la cotidianidad. En el tiempo que he visto estos programas, solo 1 norteamericano se ha presentado en el show. Dos españolas y una brasileña. De resto los cubanos están en primer lugar, seguidos por mexicanos y colombianos. Aparecen en cuatro oportunidades venezolanos, unas 6 veces argentinos. Algunos centro americanos: nicaraguenses, hondureños, dominicanos y puertorriqueños. (Esto sería durante un tiempo, aproximado de 6 meses) No es una encuesta válida, pero si el indicador que a los latinos les cuesta menos que a los sajones hablar de sus problemas cotidianos. ¿Son estos shows copia de los que existen en otras latitudes? No parece. Los shows famosos que vemos como el de Grahan Norton, (BBC), Elen Degeneres (ABC) y otros, no son de una familia y un problema. En general el entrevistado o los entrevistados son personalidades famosas que hablan, casi siempre de sus éxitos, no de sus fracasos. Presentan música, del momento, y pareciera que son para divertir, no para plantear problemas que se pueden o no resolver por la vía de la TV. Alguien cercano me advierte, “son programas trucados, montajes”. Según estos les pagarían a los participantes; para hacer esas representaciones. De todas maneras es una exhibición de la cotidianidad, una forma de resolver conflictos, en algunos casos muy terapéuticos, en otros con sentido de diversión, expresamente. Algunos insólitos, otros banales. De todo hay como en botica, ¡ah, pero de qué distraen, no hay duda!
