El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, muestra un documento mientras habla durante el evento de inicio del comercio internacional de Petro, la criptomoneda desarrollada por el gobierno venezolano, en Caracas, Venezuela, 1 de octubre de 2018. REUTERS / Carlos Garcia Rawlins
El pasado 4 de diciembre, la criptomoneda creada por el chavismo, el petro, cumplió tres años desde que fuese anunciada. Son 36 meses de promesas sobre su capacidad para recuperar la economía, tiempo en el que se mantuvo la hiperinflación y se evidenció una progresiva dolarización de facto.
Por Brian Contreras / talcualdigital.com
En el caso particular de 2020, se dieron las condiciones para que el petro tuviera mayor uso. El año inició con las plataformas digitales, tanto financieras como del Estado, adecuaron el criptoactivo a sus sistemas; un marco normativo de criptomonedas en funcionamiento, una mayor libertad cambiaria y, sobre todo, una pandemia que limitaría la circulación de dinero en efectivo y el uso de tarjetas de débito. A pesar de este contexto, no se logró un impulso de la usabilidad del criptoactivo.
Captación de petros a la fuerza
El gobierno chavista intentó promover el uso del petro apenas inició el año. En enero puso su rúbrica para autorizar la venta de 4,5 millones de barriles de petróleo en petros, un mecanismo que consideró esencial para «la consolidación del petro».
En paralelo, también autorizó la apertura de casinos -un sector severamente restringido en los últimos años- que recibieran apuestas en petros, una iniciativa que traería a colación nuevamente a finales de año.
Por si fuera poco, el 15 de enero de 2020 fue publicado el Decreto N° 4.096 en la Gaceta Oficial N° 41.800. Dicho decreto hace referencia a la liquidación, venta y pago de servicios en petros; y no hace más que especificar una lista de impuestos, trámites y tasas oficiales que los entes del Estado cobraban en divisas, que ahora se efectuarían en petros.
El decreto afectaba principalmente a empresas y personas jurídicas, pues involucraba pagos tales como los efectuados a Petróleos de Venezuela (Pdvsa) y sus filiales por el combustible para aeronaves; al Servicio Autónomo de la Propiedad Intelectual (SAPI) por el registro de marcas y patentes; al Servicio Autónomo de Registros y Notarías (Saren) por la reserva de denominaciones de empresas y el registro de sociedades extranjeras, su domicilio o el establecimiento de agencias, sucursales o representaciones.
A esta lista se añadían otros trámites ante Bolivariana de Puertos (Bolipuertos), el Instituto Nacional de Aeronáutica Civil (INAC), el Instituto Aeropuerto Internacional de Maiquetía, Bolivariana de Aeropuertos y el Instituto Nacional de los Espacios Acuáticos).
Quizás la decisión más cuestionable en este decreto fue incluir los trámites ante el Servicio Autónomo de Identificación, Migración y Extranjería (Saime) a los extranjeros que quisieran obtener documentos vinculados a migración o extranjería.
En paralelo, las oficinas de estos entes, al adecuar sus sistemas para recibir petros, empezaron a aceptar este método de pago para los trámites de personas naturales venezolanas, aunque no era obligatorio. Por esta razón, se fijaron las tasas, comisiones, gravámenes y afines en petros, y su valor en bolívares fluctuaría según cotizara el petro.
Con este ecosistema financiero instalado tanto a nivel técnico como normativo, se esperaría un período de estabilidad para que el sistema cuajara. Sin embargo, ocurrió todo lo contrario. El gobierno chavista decidió hacer borrón y cuenta nueva con la criptomoneda que tanto promovió.
Nueva plataforma ¿Nueva criptomoneda?
Una de las sorpresas que trajo consigo 2020 en materia de criptomonedas en Venezuela fue la reestructuración de la plataforma del petro. Prácticamente sin previo aviso ni explicación aparente, la Superintendencia Nacional de Criptoactivos y Actividades Conexas (Sunacrip) creó una nueva plataforma para la criptomoneda venezolana.
El 5 de mayo se suspendieron las operaciones es la plataforma petro debido a un «mantenimiento» que tenían programado. La plataforma volvería a funcionar seis días después, el lunes 11 de mayo, con una nueva interfaz y especialmente, un nuevo explorador de bloques que deja en evidencia lo que realmente ocurrió: un cambio de Blockchain.
Desde que el petro entró en funcionamiento, el 13 de octubre de 2018, sus operaciones habían quedado registradas en el explorador petro. Esta dirección aloja los 501.893 bloques de transacciones confirmadas entre el 13 de octubre de 2018 y el 7 de mayo de 2020, fecha en la que se registró la creación del último bloque de este sistema.