Desde hace bastante tiempo venimos observando una conducta que no es propia de quienes, de una u otra forma, pretenden gobernar y administrar un país y por supuesto orientar su destino.
Todos conocemos y entendemos lo que significa descaro; por vía de ejemplo, tenemos el caso de cualquier persona que asume una conducta reprochada por el grupo social en el cual se desenvuelve; no le preocupa en absoluto el qué dirán, o sea lo que el grupo opine, y continua comportándose igual, digamos, es y sigue siendo irresponsable y no cumple con sus compromisos, deberes y obligaciones, este puede ser un caso de irresponsable descarado.
Bien, decíamos de quienes no administran ni gobiernan, que son unos descarados; aquí alguien puede preguntar el motivo. Y al respecto decimos:
Escogeremos de las muchas y variadas experiencias sufridas, una y solo una de ellas, y es el caso reciente del pasado mes de diciembre 2020 y la tan cuestionada elección legislativa; aquí podrán esgrimirse un conjunto de opiniones variadas y contradictorias, donde todos podrán asumir que tienen la razón y se abrogarán la verdad verdadera de las cosas dichas y hechas.
Es el caso, que, de repente, desdé hace algún tiempo, el grupo que controla y dirige el partido de gobierno (y no sus aliados) y por ende al Estado, el cual han puesto a su servicio; cuando esté grupo decide que necesita tener a su servicio la Asamblea Nacional (AN), comienza una campaña, reforzando algunas ideas que pretenden le son útiles.
Así, en medio de la crisis de salud pública, social, familiar y personal, en definitiva, institucional, del Estado Venezolano, comienzan a reforzar la idea de que aquí no está pasando nada, que tenemos, o mejor dicho, que ellos tienen controlado al virus Covid-19, y que establecen de común acuerdo con el mismo medidas de restricción y amplitud de carácter temporal; aportando datos a traves de la Vicepresidencia, donde los números de enfermos o infectados son bajos y casi siempre cercanos, las defunciones son pocas (pero no pueden ocultar que el sector salud es el más afectado); en si, intentan y venden la idea de una epidemia bajo control y en descenso.
Continuando en su tarea para lograr su objetivo, “imponen” a través de los medios de comunicación que la pandemia viene bajando y en diciembre por múltiples razones habrá flexibilidad total, sin importarles las opiniones de organismos con fuerza real en sus declaraciones, nada les importa y todo les resbala, el que dirán, para ellos no existe. Según sus opiniones el riesgo está controlado y solo miran hacia el 6-D, las elecciones legislativas, lo demás no importa, incluso las creencias del pueblo, las navidades y el año nuevo. Todo tiene una finalidad, y por ello nos llevan al sacrificio. Hacen caso omiso de las advertencias de aumento de casos, de lo inconveniente de dicha flexibilización y de los riesgos que se corren.
En ese ambiente, ciertamente, contra viento y marea, logran su objetivo, las consecuencias se verán luego, en todo ámbito.
Ahora, en enero 2021, y un poco antes, pero después del 6-D, comienzan a decir que el pueblo no cumplió con la auto protección, no se cuidó e incumplió normas de bioseguridad y que se verán obligados a recrudecer las medidas “proteccionistas” volverán los 7X7 y posiciones más duras, claro para los irresponsables descarados lo importante eran las espurias elecciones. De paso no reconocidas por la comunidad internacional y rechazadas por más del 80% de los Venezolanos, sin contar con quiénes se encuentran fuera. Y hoy se observa que quienes controlan el poder no piensan cumplirle al grupo que los acompaño en la obra teatral electorera montada, ya son varias las demandas ante el también cuestionado “TSJ”.
Esté escenario lo estamos viviendo, y debemos actuar en consecuencia, por ello el trabajo por la unidad es necesario y urgente, aquí vale la premisa de las dificultades existentes, entre ellas, los envíos del exterior que ayudan a que quienes “administran” cabalgen la situación (para la reflexión), lo que amerita una tarea de concientización al respecto; sumado a las penurias que todos vivimos y que a muchos lleva al desespero poniendo en riesgo su vida, su integridad y hasta su moral; y lo no menos importante, la voluntad y disposición al cambio aún a costa de sacrificios, esto es ponerse al servicio del bienestar colectivo. Se requiere de lideres comprometidos con sus ideas, que conjuguen la teoría con la práctica social y comulguen con ello.
La historia verdadera se encargará de mostrar la verdad y a nosotros, los mortales de hoy, nos corresponde reforzar el trabajo por el cambio social verdadero, donde todos podamos vivir seguros y tener un futuro por delante, sin descarados irresponsables pretendiendo dirigir y conducir nuestro país.
“La esperanza no debe morir y menos en nuestras manos” (NEMO, 2020)
@neamog