Eligio Damas: ¿Qué vamos a hacer con Guaidó?

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¿A todo cochino le llega su sábado?

Uno tiene que dejarse de prejuicios y pendejadas y hasta esos rencores que infunde la envidia y reconocer que Guaidó nos echó una vaina. O mejor, porque en verdad, como solemos decir en el lenguaje coloquial, “es así como es”, los gringos, con él, nos echaron una tremenda vaina.

Sí, ya sé, no hay necesidad de decirlo, porque sé eso mismo me van a decir, que hay muchos pensando en este momento, al leerme, que “igual vaina nos echaron los cubanos o sólo Chávez con Maduro.”

Pero al decir lo anterior, debo dejar constancia, si es que no quedó claro, que esto lo dicen los opositores de la ultraderecha y nos limitamos a registrarlo o recordar lo que ellos piensan, sobre todo por lo que cité lo “de la tremenda vaina que nos echaron los gringos o los cubanos”. Pues eso tiene un origen demasiado conocido para atribuírselo a otro. Y lo hago para que no me evalúen sectario, parcializado o supresor que pasa por alto lo que otros piensan y hasta creen “con fe de carbonarios”.

También, debo dejar claro que, no ha sido mi intención, al decir lo primero, provocar que lectores opositores repitan lo que dicen y piensan. No es este pues un ejercicio inteligente, como ese de Luis Britto García, quien al hablar de “El Impostor”, menciona a Guaidó o a quien asume de “presidente interino”, lo que es una impostura, pero a quien le lea, con eso que los cumaneses llamábamos “piquete al revés”, verá detrás de las brumas la figura de Maduro, sobre todo cuando dice aquello de “Más fácil autoproclamarse que llegar a gobernante legítimo, más cómodo que hacer elegir un Presidente de verdad, aclamar uno de pacotilla”.  Lo que luce como más cristalino cuando agrega, “Más sencillo que hacer una Revolución, esperar que los capitalistas la hagan por nosotros.” Luis Britto García: Impostor

Hay allí, en ese texto, una mezcla de dos vainas, como agua y aceite, que se repelen, rechazan o se niegan a homogeneizarse, como que son distintas y se refieren o identifican a dos personajes diferentes. Y es que el talento de Britto es tanto que dice, casi subliminalmente, lo que al Chapulín Colorado se le “chisporroteaba”, pero “sin querer queriendo”.

Y Guaidó llegó a tanto que casi hizo realidad, pese lo virtual, algo como su participación en eso que llamaron “el realismo mágico”, lo que Pedro Emilio Coll pensó pudiera lograr Juan Peña en su “Niño del diente roto”. Es posible, el “interino” haya leído al escritor caraqueño, ya que, por lo menos en los viejos programas de literatura de nuestra escuela había un contenido sobre su vida y obra, particularmente el cuento que hemos mencionado.

No quise decir que Coll fuese de aquellos creadores que dieron origen a lo del “realismo mágico”, tratándose de un escritor de una etapa bastante anterior, sino que lo “mágico” estuvo en que un Juan Peña y hasta uno de menor jerarquía, hubiese llegado a una presidencia, lo que tuvo algo de real, por la cantidad de dinero o “real”, por aquello del “real”, antigua moneda colonial y española, obtenido por la “ayuda dispensada” por la Casa Blanca, “a cuesta”, como decimos los venezolanos, de los recursos robados a nosotros por intermedio de eso de las sanciones.

Pero sí nos echó la vaina al tener que admitir, cuando se hable de la historia venezolana, las generaciones del futuro escucharán su nombre.

Gómez, fue un hombre de muy poca cultura, pues la suya de muchacho fue la de arrear burros y ganado, abrir trochas a machete, pero se enroló en aquella aventura que tuvo algo de épica que fue la llamada “Revolución Liberal Restauradora” o la “invasión de los 60”, en la cual terminó siendo segundo de a bordo del jefe Cipriano Castro. Y luego, siendo presidente, aparte de haber sido presidente de verdad-verdad, demostró tener don de mando, no ser marioneta de cualquier saltimbanqui, aunque con los gringos fuese muy obsequiosos y dejó una obra llena de asuntos por discutir.

Guaidó, sin haber hecho nada positivo y si cometido demasiados errores en tan poco tiempo, pues nunca habíamos visto a un político equivocarse tanto y tan seguido, viene en picada, lo venimos diciendo desde tiempo atrás y por eso hemos dado bastantes pistas, como las que el lector puede hallar si se toma el trabajo de leer algunos de nuestros trabajos, como los que se hallan siguiendo estos enlaces:

https://www.aporrea.org/tiburon/a297944.html

https://www.aporrea.org/tiburon/a298009.html

https://www.aporrea.org/oposicion/a298157.html

https://www.aporrea.org/actualidad/a298628.html

Pero su caída no es en solitario. Junto con él, con la misma velocidad de caída viene López y para dar demostraciones de esto, basta examinar las informaciones de las últimas 24 horas, cuando falta poco para que Trump deje de ser lo que fue y vuelva a lo que siempre ha sido.

Hoy, apenas comenzando el año, casi 24 horas antes de fenecer el período de la AN que preside, como resultado de esa contingencia hasta cómica que todos conocemos y la instalación de la nueva, con lo que fenecen todas las prerrogativas que pudiera tener y llega el momento de tener que entregar cuentas y ser sujeto a que se las pidamos, cuando también faltan unos pocos días para que se vaya Trump e ingrese a la Casa Blanca Joe Biden, la prensa norteamericana se ha soltado a dar informaciones que ponen a Guaidó en la mira o para mejor decirlo, muestran como la mira comienza a desplazarse hacia el “presidente interino” y empieza a aclararse el futuro del Juan Peña de estos tiempos.

El Departamento de Estado acaba de informar que, hasta ahora ha entregado al “gobierno interino”, la fabulosa cifra de 1 mil 200 millones de dólares en carácter de ayuda para los venezolanos “más vulnerables”.

https://www.aporrea.org/oposicion/n361713.html

Una cifra que, de acuerdo a sus fines, de alguna manera debió haber llegado a quienes estaba destinada. Y no es necesario hacer indagación alguna ni ningún esfuerzo de imaginación para saber qué pasó con eso.

De lo anterior, llamamos la atención del lector, que ha sido el Departamento de Estado mismo, pese todavía Trump es presidente, el organismo que ha divulgado la noticia. Lo que nos fortalece en algo que siempre hemos creído y dicho o sugerido en alguno de esos trabajos que antes he publicado, y esto es que, el fin de Guaidó parece haber sido ya determinado, aunque Trump hubiese sido relegido.

Pero casi en paralelo, el diario capitalino “The Washington Post”, revela que Guaidó se apropió de la suma de 40 mil millones de dólares de activos pertenecientes al país valiéndose de la figura de “presidente interino”.

https://www.aporrea.org/contraloria/n361716.html

Que el Departamento de Estado, todavía siendo presidente Trump, aunque le queden pocos días y el mencionado diario estadounidense de vínculos afectivos y políticos con el nuevo presidente, Joe Biden, hayan optado en este momento, quedándole pocas horas de vida a Guaidó como “presidente interino” o para mejor decirlo, de presidente de la AN, revela muchas cosas. Es un como estarle retirando de antemano las alfombras y dándole rienda suelta a quienes, estando obligados y con derecho constitucional, salgan a pedirle cuentas de sus hechos. Pareciera que, el destino de aquel personaje como salido de la obra de Pedro Emilio Coll, “El diente roto”, publicado casi comenzando el siglo XX, comienza a dibujarse y que a “todo cochino le llega su sábado”.

 

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