Carlos Casanova: Comenzado la década

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Tiempo de grandes cambios, aparecerán y se revelarán las intenciones de los que imponen la agenda global por encima de los gobiernos y de los llamados Estados-Nación, para ellos el país, o un grupo de ellos, un continente o varios son pequeños, sus influencias las ejercen sobre el planeta como si fuera una aldea, los presidentes se someten o se cambian, las organizaciones e instituciones se infiltran para el mismo proceso, te apoyo, te pongo, pero cumples mis dictados, una pirámide de influencias, de orientaciones, sugerencias, asesoramientos.

Para avanzar en los cambios que se proponen algunos sin que el ciudadano se percate, los gobernantes, acostumbrados ahora al pulso de opinión para contar con respaldo, siguen los dictados de lo que los medios y grandes medios acuerden, controlar la información, y orientar lo que el consumidor de información debe recibir.

Para liquidar las identidades de los ciudadanos para con sus países, se inventaron la multiculturalidad con las cláusulas que deben cumplir los países y, con ello, estimular la política del éxodo, mientras más personas se vayan a un país, más rápido pierden su identidad histórica, son los cambios que ahora vemos en España, o en Francia, los santuarios de inmigrantes ilegales para que no pare ese flujo, la comunidad internacional no resuelve el problema en la causa, en razón a que la política es la inmigración para que cumpla los distintos objetivos de una agenda global, dejo propiedades, ahora dependiendo de una ayuda en otro país, es un ser dependiente.

Las estadísticas proyectivas de Naciones Unidas señalan que aumentará un 40 % la inmigración para este año, en relación al pasado. ¿No puede la comunidad internacional poner orden en un país donde la crisis es alimentaria, de hambre, de muerte? Claro que puede, pero para ello sí aparecen las excusas.

Si un narcotraficante puede tener más dinero que un país, si existen empresas que tienen en su nómina a la población de Caracas, si algún integrante de este selectísimo grupo quisiera comprar a Cuba, lo podría hacer, siendo así, solo piense cuánto más no tienen los que dirigen y manejan el capital financiero mundial.

Los que manejan el mundo financiero del planeta se proponen una nueva humanidad, pero tienen que liquidar los valores culturales, morales, cívicos, espirituales y religiosos, para este propósito mercadean los derechos de las minorías para imponérselos a la mayoría, la ideología de género como antesala para la destrucción de la cultura.

¿Cómo se va logrando el propósito de destruir la cultura?  Utilizan el método denominado “la ventana de Overton”, que implica el proceso de aceptar lo impensable,  el canibalismo, la pedofilia como orientación sexual, la multiplicidad de géneros, el posthumanismo, reescribir la Biblia, luego surgen en su respaldo las opiniones científicas que lo justifican y que señalan que es posible; luego se pasa por el derecho de discutirlo y promover estas ideas, y por supuesto, las afirmaciones de que el hombre o la mujer en libertad pueden decidir, su sexo las veces que quiera, comer carne humana, hacer el sexo con un niño(a), luego los medios de comunicación con rostros conocidos le dan promoción, y la gente comienza a ver en ello el progreso, ya los temas se comentan de forma pública, y después los políticos lo llevan a la ley en protección de esos derechos de estas personas.

Todas las formas que sirvan para acabar la cultura occidental serán buenas para este propósito, pero al final, se trata de la liquidación del humano por el posthumano, la transgresión del límite de lo humano nos conduce al posthumano, el modelo futuro es el transexual como humanidad futura, liquidando las diferencias de género, donde Dios ya no sea el centro.

El cambio de sexo y la reasignación del mismo es la antesala del transhumanismo, un cuerpo reducido a una máquina, estos temas están relacionados con el tema del modelo de producción y del capital, que por espacio no puedo terminar de desarrollar, pero comprensible que los sectores más avanzados del capital (la GAFA, primeras letras de Google, Apple, Facebook y Amazon) sean los más apasionados de esta desgracia generalizada de la humanidad. Para los globalistas, un católico no puede ser presidente, salvo que lo sea en apariencia.

La luz disipará la sombra.

 

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