Cuba y Venezuela hacen una alianza para tratar de sortear las medidas de EE.UU y la Unión Europea

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La vicepresidenta del régimen chavista llegó a la isla con el objetivo de organizar “un observatorio” para planear cómo sortear las medidas de EEUU y la Unión Europea. La vicepresidenta de Maduro, Delcy Rodríguez, y el primer ministro de Cuba, Manuel Marrero.

Nicolás Maduro envió a Delcy Rodríguez a Cuba a negociar una estrategia común para evadir las sanciones internacionales

La vicepresidenta de Maduro, Delcy Rodríguez, anunció este sábado que su país y Cuba crearán un observatorio para dar seguimiento a las sanciones que pesan sobre ambos países, decretadas en su mayoría por Estados Unidos.

Rodríguez viajó hoy a La Habana para presentar la llamada Ley Antibloqueo, aprobada en su país para evadir las sanciones de EEUU, y también avanzó escuetamente esta nueva iniciativa entre Caracas y La Habana, estrechos aliados políticos y económicos desde hace dos décadas.

“Hemos acordado la creación de un observatorio binacional para hacer seguimiento a las medidas coercitivas, unilaterales, ilícitas e ilegítimas que hay sobre Cuba y sobre Venezuela”, dijo la vicepresidenta, quien denunció la búsqueda de la “asfixia económica” de ambos países y el “cerco financiero” que pesa sobre ellos.

La representante venezolana no entró en detalles sobre la iniciativa, de la que “próximamente” se difundirán más detalles.

Alianza a prueba de sanciones

“Estamos compartiendo información relevante, estamos trabajando, nada ha podido perturbar ese camino a pesar del criminal bloqueo imperial que hay contra nuestros países”, añadió.

La Administración saliente del republicano Donald Trump ha aplicado en los últimos cuatro años fuertes sanciones sobre ambos países, medidas que en el caso de Cuba Washington ha justificado en su supuesta injerencia en Venezuela para apuntalar al Gobierno de Nicolás Maduro.

Sobre Venezuela, además de las sanciones estadounidenses, pesan también entre otras las impuestas por la Unión Europea, que incluyen el embargo de armas y equipos que puedan utilizarse para la represión y la prohibición de entrada y congelación de activos a 36 dirigentes chavistas.

Rodríguez defendió hoy los “lazos de hermandad” entre su país y Cuba, una alianza que “no la ha podido detener nada, ni siquiera el criminal bloqueo más bajo que ha conocido la humanidad”.

“El Gobierno de Donald Trump está en sus horas agónicas y ahí está, dando patadas de ahogado contra Cuba y contra Venezuela, y nosotros seguimos trabajando, tranquilos, sin miedo”, aseveró. En este sentido, calificó de “inmoral” la decisión de EE.UU. de volver a incluir esta semana a la nación caribeña en la lista de países patrocinadores del terrorismo de la que la isla salió en 2015 durante el “deshielo” bilateral impulsado por el entonces presidente Barack Obama.

“Es inmoral porque el mundo sabe quién creó a los grupos terroristas, quién financia a los grupos terroristas, quién les da armamento, de eso se ha hablado mucho en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas”, apuntó Rodríguez.

Sobre su presentación de la llamada Ley Antibloqueo, la vicepresidenta venezolana indicó que se trata de “un camino propio donde Cuba puede tener también espacio como otros países del mundo que se acerquen con reglas del derecho internacional, que se relacionen en los ámbitos comerciales y financieros sin restricciones”.

La Ley Antibloqueo fue aprobada en octubre por la extinta Asamblea Nacional Constituyente de Venezuela, que estuvo integrada solo por oficialistas y no reconocida por varios países, después de un único debate en el que no se discutieron los 44 artículos.

La ley fue redactada y propuesta por Nicolás Maduro, según él mismo, y tendrá vigencia en Venezuela hasta que cesen todas las sanciones impuestas.

La polémica norma otorga a Maduro poderes extraordinarios para tomar decisiones en materia económica. Además, declara “secretos y reservados” todos los actos derivados de su aplicación, por lo que el régimen no estaría obligado a someterse a controles. No fija mecanismos para rendición de cuentas previas, indicando que solo la Contraloría podrá tener acceso posterior a información si lo solicita. “Vamos a hacer crujir los grupos y sectores que entorpecen el desarrollo nacional”, amenazó en Twitter Maduro tras la aprobación.

La vicepresidenta de Venezuela calificó de “extraordinaria” su fugaz visita a Cuba, con una “agenda de mucho trabajo” que incluyó encuentros con el presidente Miguel Díaz-Canel; el primer ministro, Manuel Marrero, y el viceprimer ministro y copresidente del Convenio Integral de Cooperación Cuba-Venezuela, Ricardo Cabrisas.

En las reuniones se abordó “la marcha de los vínculos económicos, comerciales y de cooperación” y Díaz-Canel transmitió a la representante chavista la “invariable solidaridad” de su país con Venezuela, según una escueta nota oficial del Gobierno cubano.

Delcy Rodríguez estuvo acompañada en su viaje a La Habana por el viceministro de Políticas Antibloqueo, William Castillo; el viceministro de Comercio Exterior y Promociones de Inversiones, Héctor Silva; la ministra de Ciencia y Tecnología, Gabriela Jiménez; el ministro de Salud, Carlos Alvarado, y el presidente de la compañía estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA), Asdrúbal Chávez.

La alta funcionaria eludió responder de forma directa a una pregunta sobre las perspectivas para 2021 de los envíos de petróleo venezolano subsidiado a Cuba, que se han desplomado en los últimos cinco años, lo que ha obligado a la isla a buscar otros suministradores en el mercado internacional.

Los gobiernos de La Habana y Caracas mantienen desde 2001 un polémico convenio de cooperación por el que La Habana recibe crudo a precios preferenciales a cambio del envío a Venezuela de servicios profesionales, fundamentalmente médicos y maestros.

La caída de las ayudas venezolanas en los últimos años ha sido uno de los factores clave en la grave crisis que afronta en este momento Cuba, una situación en la que también han influido el endurecimiento de las sanciones de EE.UU., el retraso de las reformas para paliar la ineficiencia del modelo económico cubano y, en el último año, la pandemia del coronavirus.

EFE

 

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