La ruta del voto para canalizar y alcanzar cambio de sistema de gobierno, está encontrando eco en diferentes actores de la sociedad venezolana, y eso es importante porque desplaza la improvisación e inmediatez aupada por los anarquistas. La canalización de las diferencias estaría resguardada por el respeto de la voluntad de los ciudadanos expresada en las urnas electorales, en el entendido que las condiciones de la participación se alcanzan con la activación y organización de las personas desde sus núcleos residenciales.
Referencia importante tendrían entonces el fortalecimiento de los partidos políticos, lo que reflejaría también el desplazamiento de la anti política y vendría con ello el renacer de la política, arraigada en la diplomacia del entendimiento, sustentada con el debate de las propuestas rodando en el escenario nacional para consolidar la cultura democrática propugnada en la pluralidad de las ideas. La conclusión de ese escenario es la propia democratización de los partidos políticos, y el surgimiento de liderazgos, contrarios al mesianismo castrante y arrogante devenido en caudillismo y falsos profetas.
Se impone en consecuencia la selección de las personas que representarán a la alternativa democrática en los escenarios electorales por venir, y la misma gozaría de excelente salud si se entiende que la participación ciudadana no puede ser manipulada por actores anclados en la incoherencia e hipocresía política que siguen generando división en los ciudadanos, negándose a reconocer el error del llamado a la abstención al entregarle a la minoría el control del poder legislativo nacional, favoreciendo con esa torpeza la estrategia del oficialismo de hacerse con el poder absoluto. Eso sería entregar el cuidado de la propiedad a quien está esperando un descuido del dueño para apropiársela. Algo así como zamuro custodiando la carne.
Quienes apuesten a quebrantar la unión y consolidación de la organización de los ciudadanos para la toma de decisiones, tienen derecho a hacer tienda aparte, pero la sociedad democrática también tiene derecho de encausar el cambio de sistema de gobierno colectivista, sustentado en la miseria, odio y exclusión, por la vía de las elecciones, alejado de los atajos y confrontación estéril.
La respuesta a tales diferencias tiene que venir entonces por la vía del voto a lo interno de la alternativa democrática, y la misma encuentra su cauce con la organización de elecciones primarias. Lo recomendable es la participación de todos quienes tengan aspiraciones de representación popular. Son los ciudadanos quienes conscientemente tendrán en sus manos la decisión de seleccionar esos liderazgos. Que empiece la carrera para que surjan los candidatos y sus propuestas.
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