Comercios con fachadas tapiadas, restaurantes cerrados y hoteles vacíos: el covid-19 ha tornado el barrio de oficinas del centro de Nueva York en un pueblo fantasma, mientras empresas y autoridades intentan alentar a los trabajadores a que regresen cuando acabe la pandemia.
«Si no regresan, nos hundimos», dijo Kenneth McClure, vicepresidente de Hospitality Holdings, cuyo bistró en Midtown antes de la pandemia estaba repleto de banqueros e inversores.
El grupo ha cerrado sus seis restaurantes y bares en Manhattan, dos de ellos de manera permanente, debido a las medidas impuestas para detener el avance del coronavirus que han puesto en pausa la cultura de oficina, tan intrínseca a la vida de la Gran Manzana como un show de Broadway, un taxi amarillo o una porción de pizza.
«Los clientes que veías tres, cuatro, cinco veces por semana virtualmente desaparecieron», dijo McClure a la AFP, recordando marzo del año pasado, cuando la pandemia llegó a Nueva York. Desde entonces más de 26.000 personas han muerto por el virus en la ciudad.
Según datos recolectados por la empresa de seguridad Kastle Systems, solo un 14% del más de un millón de empleados de Nueva York había regresado a la oficina a mediados de enero, un golpe para las tiendas que venden emparedados y ensaladas, y para los pequeños negocios que dependen de los peatones.
Con el comienzo de las vacunaciones contra el covid, las corporaciones y los líderes empresariales buscan maneras de atraer a los empleados de regreso a la zona tras casi un año de trabajo en línea desde casa, para que el barrio no pierda su personalidad.
Un 79% de los empleados consultados en un estudio de PricewaterhouseCoopers este mes dijo que el trabajo en línea había sido un éxito, pero el informe también concluye que las oficinas no pasarán a la historia.
Un 87% de los empleados estimó que la oficina era importante para trabajar en equipo y relacionarse, aspectos de la vida laboral que son más fáciles y gratificantes en persona que por Zoom.
«Estar aquí, ver a mis colegas y salir de casa cambia mi humor toda la semana», dijo a la AFP Jessica Lappin desde su oficina en la Alianza por Downtown New York, de la cual es presidenta.
Pero pocos trabajadores planean ir a su oficina de lunes a viernes, de nueve a cinco.
«La vasta mayoría de los empleados dijo que un sistema híbrido de dos a tres días trabajando desde casa y dos a tres días trabajando en la oficina es lo que prefieren», dijo Deniz Cagla, coautor del informe de PwC.
Expertos dicen que las empresas deben transformar las oficinas para que ya no sean solo lugares donde los empleados mandan correos electrónicos y hacen llamadas, cosas que pueden hacer desde casa, sino lugares más atractivos, con espacios para recibir formación, socializar y donde se alienta la creatividad.
– «Nuevo futuro» –
Eso podría requerir salas de conferencias más grandes y flexibles, más que cubículos, algo tan simple como una mejor decoración, espacio exterior como un balcón o una terraza y el uso compartido de espacios que se pueden reservar de antemano, en vez de que cada empleado tenga su propio escritorio.
«Piensa como si fuera un teatro, donde hay diferentes sets para diferentes escenas», dijo a la AFP David Smith, coautor de un informe de Cushman & Wakefield sobre las oficinas del futuro.
Esto podría traducirse también en oficinas multiuso, con instalaciones como gimnasio, cafetería, lavandería y servicios de conserje que hagan sentir a los empleados que su viaje a la oficina vale la pena, acelerando una tendencia ya iniciada antes del coronavirus, señalan expertos.
Al tiempo que ofrecen flexibilidad al personal, varios grandes empleadores están duplicando su compromiso con las oficinas, apostando fuerte a los distritos comerciales de Nueva York pese a la incertidumbre provocada por la pandemia.
En agosto, Facebook firmó un contrato de alquiler por un espacio de 67.800 m2 en Midtown, mientras un portavoz de Google dijo a la AFP que el gigante de la tecnología sigue ampliando su campus junto al río Hudson.
Greenberg Traurig, un bufete de abogados que emplea a 400 personas en Nueva York, piensa seguir adelante con sus planes de mudarse a una nueva oficina cerca de la estación de trenes Grand Central este año, dijo a la AFP su vicepresidente, Robert Ivanhoe.
La empresa ha instalado mamparas transparentes, grifos que se activan con sensores, máquinas con desinfectante, más ventilación y puestos de trabajo distanciadas, y el personal acude a la oficina en turnos, no todos el mismo día.
Los líderes empresariales también están viendo cómo pueden agregar más espacios verdes a los barrios de negocios, y se espera que la nueva tendencia de comer afuera, en las terrazas de los restaurantes, se torne permanente tras el boom del último verano.
«Definitivamente hay una oportunidad para todos en el nuevo futuro», dijo a la AFP Alfred Cerullo, presidente del grupo de mejoras empresariales Grand Central Partnership.
AFP