Psicólogos alemanes exigen un cambio de estrategia para enfrentar el agotamiento por el coronavirus

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Alemania, agotada por la crisis del coronavirus: ¿Cómo motivar a la gente?

En Alemania se prolongó el cierre estricto de la vida pública hasta marzo. La gente está agotada. ¿Cómo se la puede motivar para resistir esta fase? La comunicación y los planes por etapas son parte de la estrategia.

El trabajo de Frank Roselieb, que se desempeña desde hace más de 20 años como investigador en la gestión de crisis y es capacitador en empresas, municipalidades y asociaciones, nunca ha sido tan difícil como ahora en la pandemia. Roselieb se las tiene que ver con el agotamiento que provocan en la gente las restricciones por el coronavirus en Alemania. La pandemia se extiende como un manto de ceniza sobre el país. La población se siente atrapada y agobiada entre el teletrabajo, las clases escolares en casa y los negocios cerrados.

Una mujer sentada en un sofá se toma el rostro con las manos.

Frank Roselieb, que fue integrado a un equipo de expertos de diferentes campos de la ciencia por el jefe de gobierno del estado de Schleswig-Holstein, es experto en comunicación. Según él, “la comunicación se vuelve más importante en la pandemia porque está surgiendo un cansancio pandémico que se hace cada vez más presente, y porque no todas las decisiones de la clase política han resultado ser correctas”. Su mantra: todos somos responsables de manejar la crisis en la pandemia. ¿Cómo motivaría él a la gente?

“En primer lugar, hay que mostrarle una luz en el horizonte”, es decir, el objetivo que todos queremos alcanzar juntos, como maestros, por ejemplo, para que los alumnos logren terminar su bachillerato en junio, o tomarse vacaciones de verano en agosto, explica. “En segundo lugar, se debe comunicar bien claramente todo lo que uno no sabe. Y tercero: nadie espera soluciones perfectas cuando el riesgo es extremo. También una disculpa oportuna motivaría tal vez a probar nuevos caminos y a no perder la esperanza”.

A Frank Roselieb le gusta explicar con imágenes. Compara a la pandemia con un partido de fútbol cuyo primer y segundo tiempo, así como el tiempo extra, ya pasaron, y es como si Alemania se encontrara en medio de una definición por penales desde hace meses, pero sin el gol que al fin pudiera liberarla.

Frank Roselieb, experto en gestión de crisis y comunicación del Instituto de Investigación de Crisis de Kiel, Alemania.

Alemania, preparada para un nuevo comienzo

Roselieb espera que los gobiernos de los estados federados elaboren un plan por etapas, para que el piloto sepa nuevamente donde hay mejores condiciones climáticas para poder aterrizar. Y defiende las diferencias en la implementación de las medidas contra el coronavirus en los estados.

“Nunca una situación de crisis -ni un atentado terrorista, ni una crisis financiera, ni un escándalo en torno a productos alimenticios, ni siquiera una controversia sobre donaciones a un partido- ha llevado hasta sus límites a políticos experimentados en Alemania como esta crisis del coronavirus”, dice. Pero, a pesar de todo, mira optimista hacia el futuro.

“La infraestructura completa de abastecimiento sigue intacta en la pandemia, y posibilita un nuevo comienzo relativamente acelerado tras la crisis. Y en Alemania se está tratando de equilibrar las situaciones de pérdidas de ingreso, por ejemplo, con (el subsidio a) la jornada de trabajo reducida y la distribución de mascarillas para los más necesitados”, señala.

Ulrich Wagner, profesor de Psicología Social de la Universidad Philipps, de Marburgo.

Psicólogos exigen cambio de estrategia

Pero lo que intranquiliza mucho a los políticos alemanes son los recientes resultados del estudio Cosmo, que mide el talante de la población desde el inicio de la pandemia: la confianza también se está desvaneciendo entre los que aprueban las medidas estrictas. Dos de cada tres personas de menos de 30 años dicen que se sienten abrumadas en este momento, el resultado más alto hasta ahora. Y casi un 80 por ciento de la gente desea una estrategia a largo plazo con normas unificadas.

“Creo que ya no se puede continuar como hasta ahora. La mayoría de nosotros respetó en gran medida las reglas anteriormente”, dice Ulrich Wagner. “Seguir simplemente así nos lleva a esta sensación de ‘indefensión o impotencia aprendida’, como se dice en Psicología. No importa lo que hagamos, nada cambia. Y eso provoca resistencia y depresión”, explica Wagner, profesor de Psicología Social en la Universidad Philipps, en Marburgo. Si formara parte de un grupo que asesorase al gobierno alemán, dice, abogaría por un cambio de estrategia. Como un entrenador de fútbol de un equipo en desventaja, que cambia a dos jugadores en el medio tiempo, los políticos también podrían generar nuevas energías en la población a través de un plan por etapas, que se base, sobre todo, en la incidencia de casos.

El profesor Stefan Schulz-Hardt, vicepresidente de la Sociedad Alemana de Psicología.

Disminuye la confianza en los políticos

Muy importante en ese plan es la comunicación, dejando en claro las condiciones necesarias para dar determinado paso: “Si logramos reducir considerablemente el número de casos de COVID-19 en los hospitales, entonces habrá un relajamiento de las medidas. Es decir que, si me atengo a las normas sin excepción, puedo contribuir a que la situación mejore para todos”, explica el psicólogo social. “Si en la forma de comunicar vinculamos la incidencia de casos con el propio comportamiento en la pandemia, eso produce una eficacia autogenerada”.

A la clase política, Wagner le pide que proceda de manera unificada, si es que de verdad se decide por un modelo por etapas. “En las regiones en las que la incidencia es más baja se pueden tomar medidas diferentes a las de las regiones en donde hay una alta incidencia. Pero el principio debe ser el mismo, y tiene que ser puesto en práctica por todos por igual”, subraya. “De otro modo, la credibilidad se pierde”.

Según el estudio Cosmo, la confianza en el gobierno alemán durante la pandemia se hundió, comparada con el año anterior, de un 60% hasta llegar a un 40%. Eso significa que para la canciller, Angela Merkel, el ministro de Salud, Jens Spahn, y el ministro de Economía, Peter Altmaier, recuperar esa credibilidad podría demorar un largo tiempo. Sobre todo, si a la población se le recuerda diariamente que en el manejo de la crisis del coronavirus algo salió terriblemente mal. La campaña del gobierno alemán “Alemania se arremanga”, por ejemplo, está pensada para aumentar la disposición de la población a vacunarse contra el virus. Ahora, al mirar los afiches de la iniciativa en las calles, muchas personas piensan en el inicio lento y dispar de la vacunación en este país.

La canciller alemana, Angela Merkel, y el ministro alemán de Salud, Jens Spahn.

Una maratón con meta incierta

El profesor Stephan Schulz-Hardt, vicepresidente de la Sociedad Alemana de Psicología, considera que la introducción de un plan por etapas es un enfoque coherente para devolver a las personas una sensación de que recuperan el control perdido. “Desde un punto de vista psicológico, el control percibido se basa en tres pilares: explicabilidad, previsibilidad e influenciabilidad. Y los tres en Alemania son susceptibles de optimización”, sostiene.

Pero si se trata de previsibilidad -no solo en Alemania, sino en todo el mundo- habrá que tomar en cuenta una posible pérdida de control. Los científicos y los médicos han dicho en repetidas ocasiones que la lucha contra el coronavirus no es una carrera corta de velocidad, sino una maratón. El problema: el maratonista sabe, aunque se agote por completo en el kilómetro 30, que la meta está a su alcance a 42 kilómetros y 195 metros.

Sin embargo, con la pandemia es diferente. El psicólogo Stefan Schulz-Hardt dice que “es una maratón de la que ni siquiera se sabe exactamente qué distancia hay que correr, ni cuán cerca se está de la meta. Y eso es algo que al organismo humano le sale muy mal: mantenerse alerta un período tan largo”.

DW

 

 

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