Enrique Meléndez: El diplomático a palos

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Jorge Rodríguez, ideólogo por excelencia de la propaganda del régimen, y por costumbre suya, ha comenzado a llenar las paredes de Caracas, sobre todo, de un graffiti, que dice: “Libertad para el diplomático Alex Saab”. Entre tanto, no hay recursos para hospitales, no hay recursos para las escuelas y así sucesivamente; no se olvide que estamos ante una de las horas más menguadas, que ha vivido nuestro país, y a todos los niveles; producto precisamente de una conciencia, que nos gobierna, que parte de la mala fe en todas sus acciones.

De hecho, no es verdad que Alex Naim Saab Morán sea diplomático. Esa es una condición que el gobierno, a propósito de una de sus estrategias, para liberarlo de la prisión, donde se encuentra en Cabo Verde, se la atribuyó a última hora con todo el descaro del mundo; porque todas las jugadas del gobierno se basan en el corto plazo; empezando por la forma como actúo desde el principio, con respecto a la captura y detención de este hombre, y que fue cuando se dijo que al segundo día del hecho, el gobierno había enviado un avión cargado de dinero, a los fines de sobornar a los carceleros de este país africano, y a donde había ido a parar el novel diplomático, de acuerdo a la hoja de ruta, que llevaba a propósito de su condición de narcotestaferro del régimen de Maduro, tomando en cuenta los grandes negociados, que hace un gobierno, que está en el filo de la navaja, digamos así, a partir de su condición de paria; esto es, desconocido por las democracias de la comunidad internacional, dado su carácter ilegítimo y anticonstitucional, sobre todo, en materia de sobrevivencia geopolítica, y así que tiene que apelar a este tipo de tabla de salvación, sobre todo, basada en el comercio ilegal, y el que va desde el contrabando de oro, diamantes y coltán, sobre todo, hasta el narcotráfico. Entre tanto, se trataba de un sujeto que se iba haciendo una leyenda.

Porque como reza el dicho: lo que nunca de puede ocultar es la tos y la riqueza. He allí el problema de los grandes traficantes de este tipo de comercio; que, por supuesto, se mueven en el mundo de la delincuencia organizada, y como tal tejen a su alrededor toda una cadena de cómplices; aparte de que uno de ellos termina vendiéndolo, llama mucho la atención el hecho, por ejemplo, en el caso de Saab Morán, de que su novia, una expendedora de ropa en una tienda de Mónaco; italiana de origen; con aspiraciones de convertirse en una modelo profesional, comience a rodearse de pronto de toda una vida de lujos y de confort; siendo eso, una dependiente de una tienda de este pequeño reino europeo, lo que levanta sospecha de inmediato; tanto más que el cuñado de esta muchacha también comienza a llevar vida en Inglaterra, donde habita, de alto ejecutivo de una empresa transnacional, y así que las autoridades competentes le comienzan a seguir la pista a la susodicha, hasta dar con un rompecabezas, donde la figura central vendría a ser Nicolás Maduro; siendo su caballito de batalla este señor, que se las sabe todas a nivel de lavado de dinero y de colocación de mercancía ilegal en el extranjero.

Por supuesto, todo esto es llover sobre mojado, tomando en cuenta que toda esta es historia conocida, y sobre lo que se ha especulado mucho, desde que cayó Saab Morán en manos de la DEA en junio del año pasado; llevándose su caso abundante centimetraje noticioso, tanto en Colombia, como en Venezuela, si se parte de la circunstancia de que se trata de un oriundo de dicho país; proveniente del mundo de la narcoguerrilla; el que se filtró a través de la senadora Piedad Córdoba, quien se lo presentó a Hugo Chávez, y así que el susodicho terminó reencauchándose “veneco”, que es el apodo despectivo que nos tienen los “caliches” a nosotros, con motivo de esa condición suya, sobre todo, de lavador de dinero proveniente de la corrupción y del narcotráfico, y lo que supone que tiene puestos los tentáculos en el mundo entero; lo que el medio venezolano conoce como contactos, y los que se mueven entre la ilegalidad y la legalidad; por supuesto, donde está de por medio la figura del soborno; para lo cual, seguramente, hay que tener mucha cara dura, y es por esto que este hombre vale oro, y por cuya defensa el gobierno ha venido gastando una verdadera fortuna; se repite, desde el mismo momento en que envió un avión cargado de dólares hacia donde había caído Saab Morán, y el que fue rechazado de inmediato por las autoridades caboverdianas, y de modo que como estamos en un mundo ávido de informaciones extraordinarias en la opinión pública no dejó de especularse en torno a la vida de jeque árabe, que llevaba este señor, el lujo y el confort, del que estaba rodeado.

Se le ven demasiado las costuras a este nombramiento de diplomático de un señor; que tampoco es venezolano; lo que implica además una flagrante violación de la Constitución. Visto así llegamos a la conclusión de que nuestra política exterior la tenemos en los pies; pues nos saltamos toda la legislación, relativa a los nombramientos de los diplomáticos; lo que supone además toda una carrera. En todo caso, para la investidura de Saab Morán, en cuanto a su representación de nuestro país en el extranjero, no pasaba de ser un comisionado presidencial o un agente comercial, sólo que del rango de lo mafioso, visto que trafica con eso que el diputado en exilio Américo de Grazia llama “oro de sangre”. Su valía para la DEA, y es por eso que se le pesquisó hasta el final, lo constituye el hecho, precisamente, de toda la información que posee acerca del mundo del narcotráfico; luego, para el gobierno venezolano su valía reside en su silencio; de aquí que se haya movido en su defensa y retención de su extradición a EEUU a medio mundo, por iniciativa de Rodríguez Zapatero, y quien también funge de diplomático de nuestro país, y para la cual se ha contratado hasta el entredicho abogado Baltazar Garzón: una fortuna todo.

melendezo.enrique,@gmail.com

 

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