Como mucha gente, Yuleisi, vive en un barrio de Caracas, luego de media hora de camino desde la parada de los yises hasta el comienzo de unas escaleras que llegan hasta su casa.
Yuleisi tiene once años, es decir, no ha visto sino una forma de vida que empeora cada día.
No es nuevo para ella, que los alimentos, lleguen cuando hay real o que la gente del gobierno se acuerda de lo que era una caja CLAP ahora es una bolsa CLAP. Muchas veces han tenido que comer las pocas cosas que van quedando. Sopa de papa. O agua con una bebida en polvo que venden en el mercado.
Tiene rato sin ir a las clases en su Escuela, allá no se encontraba sino con Profesores mal pagados, que a veces no venían o nos ponían con la gente de los notones a repasar las clases ya dadas. A veces en el año pasado, pasó materias, con cosas que nunca vio, pero aparecieron con quince.
A veces Yuleisi, tiene que ir hasta la cola del gas, haciendo cola. Muchas veces, luego de horas de espera, no vino el camión de PDVSA GAS, pues hay que regresar a la casa con la bombona vacía y con pocas posibilidades de calentar lo que fuera. A menos que la comadre Rita, hiciera un favor a su mamá y permitiera calentar o hacer alguna de las comidas.
En algunos momentos de la semana, en la parada de los yises, no hay suficientes transporte, no tienen gasolina. Entonces vienen algunos y ofrecen su servicio al doble o triple de lo que cobran cuando si hay combustible.
En el barrio, no hay normalmente agua, cuando viene, hay que llenar los envases que estén por ahí y desear de que pronto vuelva a subir. Ese día tratamos de bañarnos, de lavar la ropa y de echarle una agüita a las matas que se tienen cerca, para que no se mueran.
Casi nunca va al médico o esos que llaman ahora médicos comunitarios. La sábila, el aceite, ajo, cebolla, entre otras cosas son los nuevos medicamentos de la casa. Como lo hacía la bisabuela o la abuela, sale más barato y no tenemos que ir a ver si llega o no a barrio adentro, quien a veces no llega o vemos a una gente con acento caribeño, atendiendo.
En la zona, ahora, cada vez más frecuente, se va la luz. Ahora indican que también se estará racionando en la capital, mientras tanto lo poco que hacíamos en la casa, ver televisión, oir radio, a veces no se puede cuando no hay luz. De la nevera, no lo cuento, uno de los señores de la zona, ha tenido que venir a repararla. Y eso le cuesta a su mamá, además de los repuestos, hacerles ojitos a esos señores. Como si fuera su novia.
Entonces, a las seis de la tarde, uno de los días en que si existe electricidad, encontramos al Presidente hablarnos de los avances en el nivel de vida de la población. Yuleisi no sabe si este señor habla de otro país, porque la verdad, en el barrio donde vive ella, no ve avances hacia mejor vida. No la ve.
@jrhernandez381