Las redes sociales ya forman parte de la vida de más de 2.000 millones de personas en todo el mundo. Esto significa que las acciones que antes requerían del contacto personal, ya están siendo sustituidas cada vez más por nuestra interacción virtual.
El problema llega cuando los usuarios utilizan esta herramienta y comparten todo tipo de información. Es decir, las personas suelen perder el sentido de la realidad y descuidan ciertos detalles, olvidando a veces que esos comentarios o conversaciones de carácter personal serán visto por otros. Las fotos o vídeos inocentes de nuestra intimidad nos hacen presas fáciles.
La premisa que se está imponiendo en nuestra sociedad, donde las redes sociales están a la orden del día, es la de compartir al instante cada momento de nuestra vida. Los perfiles personales se llenan de infinidad de publicaciones que van desde selfies hasta fotos de reuniones familiares, viajes, etc. Pero, ¿qué sucede cuando en esas fotografías aparecen menores de edad aunque sean en el seno de la familia?
Divulgar retratos de menores puede ser perjudicial para ellos, tanto en el presente como en el futuro. Actualmente, la imagen pública va formándose desde el embarazo. Son casos excepcionales los padres que no comparten en las redes sociales el primer ecosonograma de su hijo, o la fotografía de su recién nacido, o los primeros pasos de su bebe, entre otros.
De este modo la identidad digital queda ya formada. Una simple búsqueda en Internet puede dar lugar a múltiples imágenes en actuaciones incomodas, que esa persona nunca hubiera compartido de haber sido consciente de ello.
Por ello, el equipo de Unidad Editorial Estudio, realizó una investigación sobre esta situación, y advierte la importancia de hacer un uso más responsable de las tecnologías y ser conscientes de que este tipo de fotografías pueden afectar a las personas que aparecen en ellas, tanto en la actualidad como en el porvenir.
Así surge una tendencia denominada sharenting, formada por los términos ingleses share (compartir) y parenting (crianza).
El sharenting se trata de un fenómeno global y por ello se han elaborado interesantes estudios en distintos países para conocer qué impacto real tiene en la sociedad. Una de esas investigaciones elaboradas en el Reino Unido, arrojan datos sorprendentes.
Según el estudio Shaere with care, realizado en 2016, los padres británicos han publicado cerca de 1.500 fotografías de sus hijos en Internet antes de que estos hayan cumplido los cinco años.
El 92% de los menores estadounidenses tienen una identidad digital antes de cumplir dos años.
Fotos que nunca deberías subir a las redes sociales:
No debes publicar en las redes sociales tus boletos de avión o boletos premiados ni ningún boleto de entrada, ya sea a algún espectáculo o al museo. ¿Sabes por qué? Porque fácilmente pueden robar el código de barras.
No debes publicar la fotografía de tu DNI o carnet de identificación (por más linda que te veas). Esto incluye la licencia de conducir, el pasaporte o cualquier información sensible que pueda ser suplantado o acarrearte otros problemas.
No subas fotos en alta resolución en las que se puedan ver tus huellas digitales, puede servirles a los hackers expertos para entrar en aplicaciones en tu teléfono que requieran huellas digitales.
¡Cuidado con las fotografías de tus vacaciones! Este tipo de imágenes son altamente compartidas en las redes sociales. Existe una increíble necesidad de mostrarle al mundo todo lo que podemos lograr. Sobre todo, si tu perfil en las redes sociales es público. Pero lo cierto es que es difícil, incluso, controlar quién maneja nuestras publicaciones cuando nuestra lista de amigos supera los tres dígitos. No sabes quién de ellos puede ir a robar tu dulce hogar mientras estás lejos por unos días.
¡Cuidado con la geolocalización! Los teléfonos celulares ahora incluyen esta opción, la cual tiene muchísimas ventajas, pero puede convertirse en un arma de doble filo, ya que las imágenes que publiques pueden revelar tu ubicación.
No subas a las redes sociales fotos de tus hijos desnudos o con poca ropa, por más inocentes que se vean. Por lo regular, estas fotografías se viralizan. Estas fotografías podrían llegar a manos de pederastas. Recientemente una pareja publicó unas imágenes de sus hijos desnudos en el baño y alguien los denunció por abuso. No obstante, si bien todo se aclaró con las autoridades, pasaron un buen susto.
A menudo puedes ver en las redes sociales fotos de madres casi desnudas posando sexis junto a uno de sus hijos. Es realmente penoso. No sé en qué están pensando.
No subas fotos en las que apareces al lado de un cadáver en algún funeral. Es irrespetuoso.
No subas fotos de tus amigas dando a luz. Y mucho menos, si eres médico. Es inapropiado.
No subas imágenes demasiado sugestivas.
Realmente asusta el hecho de que no muchas personas estén alertando sobre esta problemática. Los padres parecen no darse cuenta de los peligros que corren sus hijas al subir fotos indebidas a las redes sociales.
Tanto adultos como adolescentes están subiendo fotos de las cuales luego se arrepienten.
El cómo, dónde y con quién compartes estas imágenes están siendo motivo de suicidio de muchas de nuestras adolescentes. Entender que este tipo de fotografías puede llegar a millones de personas, asusta. Lo malo es que no todas son conscientes de eso, ya que creen que compartirlas con su novio o mejores amigos no hará que esta se haga viral.
Gisela Ortega es Periodista – giselaoo@gmail.com